NIGHTINGALE & CO

Las leyes de Murphy enfermeras

 

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Queridas compañeras enfermeras recién ingresadas en esta apasionante y vocacional profesión: bienvenidas. Soy consciente, como enfermera veterana, benemérita y un poco kalandraca (dícese de la enfermera que atesora en sus lomos más de 15 años de turnos rotatorios mañana/tarde/noche), que habéis  sido preparadas de una manera exhaustiva para poder desarrollar al máximo vuestras capacidades científico-técnicas. Os han hablado hasta la saciedad de la importancia de lo “holístico”  y el cuidado integral del paciente. Han grabado en vuestras tiernas mentes que una enfermera debe ser siempre amable, diligente, resuelta…Incluso alguna, de lo más ingenua, habrá pegado en su carpeta de apuntes de último año, las palabras de nuestra amada lideresa, Florence Nightingale:

“La formación recibida por parte de las futuras enfermeras se basa en el principio de comprender no sólo que hay que hacer, sino cómo llevar a cabo sus obligaciones”

No os dejéis engañar…Si a Florencia le dio tiempo a escribir tanto y sobrevivió a la experiencia de ser enfermera en la guerra de Crimea, es porque iba de aquí para allá con un candil en la mano, pero… ¿quién ponía las cuñas mientras tanto? No la veo yo de mancharse los puños almidonados, la verdad.  En fin, que mi propósito hoy aquí, consiste en transmitiros un saber diferente.

Sé que lleváis años memorizando formulaciones que serán esenciales en vuestro desempeño enfermero. Creéis que sin ellas  nunca  podréis ser tomadas por profesionales de prestigio: el gradiente alveólo-arterial, el índice de intercambio de O2, el aclaramiento de creatinina, una de mis favoritas: la excreción fraccional de Sodio, y por supuesto: como pasar mililitros a gotas y micro gotas y calcular el cómputo de volumen a pasar en un determinado tiempo.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAPero, colegas mías de profesión, os tengo que comunicar que la gran ley reguladora de la enfermería fue formulada en 1949 y se llama la “Ley de Murphy”. Se basa fundamentalmente en un precepto que aglutina un  mensaje totalmente verdadero. Esta será la ley empírica de vuestros futuros turnos de trabajo: “Si hay alguna posibilidad de que las cosas salgan mal, saldrán mal” Si nos detenemos a reflexionar sobre  ello, claro está que  la impresión que da es la  de tener una visión laboral bastante pesimista. No es cierto. Es la pura realidad. Más os vale armaros de valor y estar preparadas para el combate. Por eso, noble alma kalandraquera como soy, he decidido legaros este saber ancestral: las leyes de Murphy enfermeras:

  1. La desaturación, hipertensión, arritmia, agitación o dolor referido por el paciente y razón por la que has avisado al médico de guardia, desaparecerán instantáneamente ante la aparición de su ondeante bata blanca. Lo que no desaparece es tu cara de tonta al suceder eso.
  2. Lo absurdo de una sugestión u orden médica será directamente proporcional  a la distancia de la cama del paciente a la que se encuentre (¡Viva la telemedicina!)
  3. Tan pronto como termines la cura de una herida a la que hayas dedicado tres cuartos de hora, aparecerá un cirujano que insistirá en revisarla.
  4. Tu nariz te picará invariablemente cuando te encuentres enfundada de pies a cabeza con gorro, mascarilla, bata y guantes estériles. De una forma terrible.
  5. El paciente agitado y desorientado que lleva 9:30h  de tu turno nocturno de 10 horas, chillando y agitando las barras de su cama, quedará por fin callado y dormido bajo los efectos múltiples de la medicación administrada durante la noche en ese preciso momento. Así seguirá durante la siguiente mañana y la tarde. Cuando vuelvas de nuevo al turno nocturno, el tin-tin de las barras chocando te saludarán anunciando otra noche “irrepetible” de guardia.
  6. Recordarás que no has ido a buscar la medicación de la siguiente hora, justo cuando te hayas puesto bata, guantes y mascarilla del box aislado en el que se encuentra tu paciente.
  7. Justo al salir de la habitación de un paciente al que acabas de preguntarle si necesitaba algo más, percibirás que la luz del timbre de su habitación se enciende llamando a la enfermera.
  8. Si tu supervisora se acerca risueña y sonriendo hacia ti… ¡ten mucho, mucho miedo! Prepara excusas creíbles por las que te es imposible doblar turno o venir el fin de semana.
  9. Tan pronto como retiras un catéter IV, el médico pautará una nueva línea de suero.
  10. Las reuniones obligatorias para el equipo de enfermería se programarán en los salientes de tus turnos de noche, preferentemente cuando la unidad esté llena y cargada de pacientes psiquiátricos.
  11. Si tu paciente precisa 3 mg de sintrom, en tu cajetín monodosis de farmacia solo tendrás 2mg. Al intentar reclamar lo que falta, te darás cuenta que hace cinco minutos la farmacia está cerrada y tienes que llamar al supervisor de guardia.
  12. Cuanto más agitado y confuso está un paciente, menor es la probabilidad de que un familiar o amigo pueda acompañarle.
  13. Cuando tras una hora dedicada a bañar, cambiar la ropa de cama y curar las heridas de tu paciente, creas que todo ha quedado a gusto de la enfermera Nightingale, un gran “código marrón” se expandirá fuera de las líneas del empapador y deberás comenzar de nuevo.
  14. Nada más “abordar” la inserción de un catéter arterial o tener que lidiar con un gran, gran “código marrón”, el médico al que estás intentando localizar durante toda la mañana, te llamará por fin al control de enfermería.
  15. Si has tenido un turno de 7 horas en las que has tenido que reanimar a un paciente, cambiar de cama a otro, poner en marcha  un hemofiltro, y dejar cargadas las perfusiones para las 8 bombas que necesita tu paciente, el supervisor de guardia llegará a la unidad justo en el momento en que  te acabas de sentar y estás ojeando una revista.
  16. Tu paciente de 150 Kg precisará según orden médica: enema, fisioterapia respiratoria y levantar al sillón, mientras que el otro de 48 Kg, tendrá prescrito reposo en cama.
  17. El enema que administraste hace 5 horas será efectivo 20 minutos antes de que tu turno finalice.
  18. Justo al levantar a tu paciente recién operado con ayuda de una grúa y fajado como si fuera Scarlett O´Hara, te llamarán de rayos para comunicarte que el paciente puede bajar al escáner en 10 minutos (¡y telemedicina no te ha avisado!)
  19. Cuando tu paciente entre en shock hipovolémico y se necesite urgentemente los resultados de la analítica, el técnico de laboratorio llamará protestando porque el tubo de coagulación está mal enrasado.
  20. Si la tostada se cae, siempre será por el lado de la mantequilla ( se ruega aplicar  la misma fórmula en caso de un empapador manchado por un “código marrón”)

Queridas mías, así son las cosas, ahora sabéis la verdad. Estad preparadas entonces. No tengáis miedo. Os quedan muchas guardias para comprobar la verosimilitud de estas leyes enfermeras (algunas otras las formulareis vosotras mismas, tras tiempo de experiencia) Sólo os ampara una herramienta para poder sobrevivir a esta profesión que es en verdad, impagable: el humor. Reíros de vosotras mismas y de las absurdas situaciones que vivimos a diario. Es la única salida para conservar la cordura.

 

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3 pensamientos en “Las leyes de Murphy enfermeras

  1. Drucila Marroquin

    Esos puntos mencionado es muy cierto me he reído e identificado que verdad queridos estudiantes pero es una hermosa profesion

  2. veronica

    hola, soy estudiante de Enfermería de segundo año, no llego a imaginarme que es lo que pueda suceder el día en que comience a trabajar, tenemos practicas, pero se que no es lo mismo, espero con ansias ese momento, cuando uno empieza a conocer sobre la carrera te comprometes mas y mas, tomare en cuenta los puntos a tener en cuenta, un gusto.

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