¿Con qué ojos miramos al otro?
Generalmente cuando observamos la realidad que nos rodea lo hacemos bajo el prisma de la cultura en la que hemos nacido, que nos condiciona desde que somos pequeños. Esto nos ocurre vayamos donde vayamos ( ya lo estudia la antropología), no descubro nada nuevo, pero a veces es bueno caer en la cuenta.
Hace unos años, pase un tiempo en Benín (África Subsahariana), trabajando en un proyecto de educación para la salud y promoción para la mujer en una zona rural del norte del país, cerca del Níger, del desierto (os conté algo en otras entradas (1)(2)). Durante este tiempo pude aprender mucho del trabajo sanitario cuando los recursos son escasos. De aquella experiencia hoy os quiero presentar una imagen, que he utilizado en algunas ocasiones cuando he hablado de mi trabajo allí, simplemente por pararnos y darnos cuenta de qué vemos cuando miramos.
Observemos la foto con la que comienza esta entrada.
¿Qué vemos?
En el fondo un muro de barro con una puerta de chapa, supongo de una casa. Es la calle o un patio donde el suelo es de tierra. Cinco personas en diferentes actitudes.
¿Qué hay en la escena? ¿Quiénes forman parte de la misma?
Una mujer, bañando a un niño. Tres chavales de pie (a dos se les ve el rostro).
¿Cómo se comportan?
Parece una escena cotidiana en la que todos están mirando a alguien que les habla, excepto el niño pequeño que mira a la mujer.
¿Quién es el protagonista?
El niño al que están bañando.
¿Qué muestra?
Una madre que baña a su hijo con agua marrón, yo afirmaría sucia, mientras atiende a alguien que le habla.
A golpe de vista la madre parece un poco despreocupada, realizando la higiene del niño en la calle. Le baña en una palangana, con poca intimidad, y la ropa del niño la tiene en un cubo morado de cualquier manera. En un primer momento me parece que “yo no lo haría así”.
Pero volvamos a mirar la foto, por favor, parémonos a ver lo que hay detrás.
Estamos en una población sin hay agua corriente. Donde la gente va todos los días al pozo más cercano a por agua, en concreto las mujeres. Este pozo tiene poco agua (su capa freática está muy baja), lo que hace que cada vez que se extrae agua esta sale con tierra en el fondo y le da un color marrón, pero es agua limpia.
Con estos antecedentes, ¿qué vemos?
Estamos en el patio delantero de una casa que se compone sólo de dos estancias (una habitación común – sala principal- y una habitación), lo habitual en esta zona. Gran parte de la vida diaria se hace el en patio: se cocina, se come, se habla ,…, uno se relaciona con la familia y la gente. La puerta de chapa es la puerta de la casa, el muro marrón es una de las paredes de la casa.
En la escena vemos cinco personas: una madre con varios de sus hijos y un amigo. Esto es la vida cotidiana: una madre, bañando a uno de sus hijos en presencia de otros de sus hijos y un amigo, en el sitio que tiene para ello (los adultos se duchan en otro lugar apartado).
Les ha llegado visita y les están atendiendo (por eso les miran). Como ha sido un momento en el que el baño se ha interrumpido el niño pequeño mira a su madre. Siempre se saluda, se acoge a las visitas.
¿Qué puedo decir de la acción principal de esta escena? Que está muy bien hecha. “Yo sí lo haría así”. Y esta es la explicación.
Estamos viendo a una madre bañando a su hijo con los recursos que tiene, de la mejor manera posible:
- Utiliza agua limpia, sí agua de color marrón, pero limpia. Debido a la escasez de agua en el pozo, cada vez que se extrae la misma sale con tierra que le da ese color. Pero si la dejamos reposar la tierra se deposita en el fondo y podemos coger agua limpia de la superficie del recipiente, que es lo que hace la madre.
- El agua está repartida en tres recipientes: una palangana y una cacerola que contienen la limpia, y la palangana donde se está bañando al niño. No mezclamos aguas.
- La secuencia es la siguiente: la madre echa poco a poco el agua limpia al niño , lo enjabona y aclara. Esa agua que cae en la palangana , no se reutiliza, siempre aclara con agua limpia de los otros recipientes.
- Una vez bañado el niño, ese agua se tirará lejos de la casa, puesto que delante de la misma el suelo de tierra haría que se formara barro ( ya se vierte algo de todas formas, pero eso no lo podemos evitar) y hay que evitarlo para mantener limpio el patio.
- Durante el aseo, el paño con el que se va a secar al niño y la ropa que se le va a poner están en ese cubito morado de plástico que vemos también en la escena ( a la derecha). Tenerlos ahí evita que se manchen con la tierra del suelo. Cuando juegue el niño ya se ensuciará, pero como toda madre trata de dejar lo mejor posible a su niño cuando sale de casa.
Ahora, miremos lo que no veis. Tras el baño, la madre “reboza” al niño en crema, para hidratarle. Si es la época de lluvias, en la que el calor hace sudar mucho a todo el mundo ( niños y mayores), se le aplicarán polvos de talco, para evitar rozaduras, quemaduras con el sudor. Aunque a nuestros ojos parezca suciedad en la piel oscura, en cambio es todo lo contrario una piel limpia que intenta ser bien cuidada.
Como enfermera concluiría: ¡Qué buenos cuidados da esta madre a su hijo!
Desde esta pequeña foto sólo os invito a abrir los ojos un poquito más a la realidad que nos rodea, de la que muchas veces no percibimos más que un porcentaje de lo que hay en el fondo.
Esto nos ocurre cuando miramos lo que tenemos cerca y mucho más al que tenemos lejos, o viene de lejos. Al tratar de valorar realidades que desconocemos, sobre todo contextos culturales alejados de nuestra cultura occidental, intentamos entender la vida de otros desde nuestra óptica, cuando se nos escapan muchas de las claves que les mueven, especialmente a extranjeros que no sé de dónde proceden.
Yo no digo que haya que compartir las costumbres de otros si no nos gustan, también hay que dar valor a lo propio, pero, al menos, intentemos entender el por qué otros hacen las cosas de otra manera, actitud fundamental en un mundo cada vez más multicultural.
En relación a esto os invito a leer esta reflexión, es una visión desde el “otro lado” , no te la pierdas.
http://yaivi.blogspot.com.es/2014/01/como-caerle-bien-un-blanco_27.html
- Equivocarse es humano, no aprender de los errores imperdonable: Seguridad del Paciente
- Matilde
Yo veo niños sanos uno de ellos comiendo fruta y lleva en la otra mano Tirachinas, una madre sonriente con su bebe mirandola. Veo felicidad con lo poco que tienen.
Buenos días! me encanta que haya compratido su experiencia, no me sorprende nada , y lo veo con los mismos ojos que usted porque tengo la suerte de venir de un país latinoamericano y empatizo con otras realidades, diferentes , porque las he visto.
Soy esrtudiante de enfermería en España, a mis 48 años porque necesitaba ampliar mis conocimientos de auxiliar de enfermería , y porque la vida no me ha permitido estudiar antes.
Es interesamnte que los jovenes aprecien lo que tienen en sus vidas y en sus futuros trabajos , y estas notas son muy cercanas , para enseñar.
Comparto con muchos estudiantes jóvenes , que cada vez son mas competitivos con las notas , pero les falta mucho mucho mucho de esencia de enfermería.( es mi humilde opinión)
Muchas gracias por compartir reflexiones.