NIGHTINGALE & CO

Bioética y dignidad

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Sonia Vizcaíno Núñez
 «La vida nos da la muerte, y por eso quien la olvida tiene olvido de la vida». Para mí la enfermería no es sólo una profesión, si no una forma de ser y ver la vida.» Diego Sánchez de Badajoz,  La farsa de la muerte

 

 

Sonia Vizcaíno, es enfermera y actualmente está dedicada a los Cuidados Paliativos. Interesada y formada en el campo de la bioética, ha querido colaborar esta semana con Nightingale&Co para aportarnos su visión sobre la corriente personalista de la bioética, una corriente que se centra en la protección de la persona y el valor de la vida humana. Desde aquí queremos agradecer que comparta estas líneas con nosotros. Gracias Sonia!

 

BIOÉTICA Y DIGNIDAD

Miles son los conflictos éticos a los que nos enfrentamos el personal sanitario a diario en nuestra práctica clínica. Pero mayores son aun los que aparecen ante esos pacientes de los cuales no tenemos claro si su vida se puede considerar o no digna, como pacientes en estado vegetativo persistente, con deterioros cognitivos y funcionales severos o con  cánceres terminales. Para resolver dichas cuestiones tenemos la Bioética y sus distintas corrientes, una disciplina que se encargará de recordarnos el valor y dignidad de la vida humana. Sólo tomando conciencia sobre dicha dignidad, podremos resolver los conflictos éticos que surjan y proporcionar una asistencia sanitaria de calidad.

 

En primer lugar debemos ser concientes que los avances científicos y técnicos supusieron décadas atrás la posibilidad de “curar” sin “cuidar”, lo que hizo pasar al cuidado a un segundo plano, y por consiguiente a un plano más lejano la relación terapéutica, deshumanizando tanto la Medicina como la Enfermería. Es por estos avances por los que apareció en la década de los setenta la Bioética como un “puente” entre ciencia y humanismo, que se encargará de estudiar los actos humanos en el campo de la salud y la vida desde el punto de vista de su licitud moral, es decir, de si son “buenos” o “malos”, recordándonos el valor de la vida humana. Partiendo de esta base, cualquier actividad asistencial o cuidado dirigido a una persona debe basarse en dicho valor, que vendrá dado por la dignidad ontológica de la misma. Todo ser humano por el hecho de ser persona tiene dignidad, independientemente de su calidad de vida (dignidad basada en calidad de vida), o de si ha sido una buena o mala persona (dignidad moral). Simplemente por el hecho de ser persona, es digna desde el momento de su creación hasta el de su muerte. Y esta dignidad no viene dada por la parte material (o cuerpo) del ser humano, si no por su parte inmaterial, el espíritu o su alma.

 

Y es que precisamente cuando la enfermedad deteriora el cuerpo o parte material del ser humano, hay algo que permanece intacto, que es su alma. No debemos caer en el materialismo. Si nos damos cuenta el cuerpo se satisface de lo material, pero hay una parte de nosotros que no encuentra satisfacción en cosas materiales, si no que alcanza su plenitud con cosas inmateriales como el arte, la música o el amor. Esta exaltación del alma humana se ve claramente en los pacientes en situación terminal, cuando su cuerpo se va deteriorando con la enfermedad y la calidad de vida disminuye, la persona aun siente que hay algo vivo e intacto dentro de él que le otorga su valor.

 

La mejor manera de tomar conciencia acerca de la dignidad ontológica de nuestros pacientes es mirándoles a los ojos, escuchándoles e interesándonos por su bien personal hacia el que debemos dirigir nuestros cuidados. Este bien personal no tiene que corresponderse con el bien para su salud, sino con el bien de el paciente en particular. A partir de esta MIRADA surgirá en el profesional toda una experiencia moral que no le dejará impasible, que buscará el proporcionarle no sólo el bien para su salud, si no el bien para el mismo, y que además alimentará su vocación profesional.

 

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Estos párrafos son el fundamento de la Bioética Personalista, o al menos lo que yo considero la base del Personalismo, una corriente que se centra en la protección de la persona y el valor de la vida humana. Por ello, el Personalismo se opone a cualquier práctica que viole la dignidad del ser humano, una corriente muy basada en la defensa y amor a la vida humana, sin por ello rechazo a los avances científicos y tecnológicos.

 

Fdo: Sonia Vizcaíno Núñez

 

Un pensamiento en “Bioética y dignidad

  1. Diego Luís Antúnez Puerta

    Se que es muy difícil decidir. Pero hasta donde llegar o que hacer, pero nos paramos a ver que es lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros en ese momento o tomó la palabrasin importarle lo que el propio paciente necesita o quiere. Una cosa es la Autonomía del paciente que muchos sólo la tienen en libros y charlas. Sonia me gustan tus palabras. El otro día viví un casó que me indignó un montón como profesional, cómo ciudadano y persona mis compañeros que me lean seguro que tienen igual sentimiento.

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