Mis tres esencias
Hace ya algún tiempo me encontré con una autora estadounidense que no había conocido en mi proceso formativo, Jena Watson. Cayó un día en mi mesa y se quedó ahí hasta el día de hoy. Tranquila, paciente, esperando ese espacio de tiempo en el que pudiera ser leída. Y esperó mucho tiempo. Como traída desde ese pasado anacrónico, por diferentes razones volvió a saltar a mi mesa desde el cajón donde dormía. La desperté del silencio y del sueño de la espera para leerla y apreciarla.
El motivo (siempre hay un motivo) fue una conversación de diez minutos de un curso de formación en cuidados paliativos donde se nos cuestionaban las motivaciones, razones, referentes, valores, y actitudes que pudiéramos tener cada uno de nosotros en relación a esta área de trabajo.
Tenemos mucha tendencia a mirar al futuro. Nos hinchamos como pavos cuando nos engolamos con futuribles. Somos expertos en técnicas, conocimientos, formaciones de las más variadas índoles, sueños, creencias, aspavientos, rumores, tendencias,….. pero después de tantos años sigo echando de menos “ser experto en esencias”.
La esencia es la base, el arraigo, la raíz que me une al suelo y me permite crecer. La esencia siempre es pequeña porque su capacidad es la del desarrollo, la de la iniciativa, la de la proacción,… la del rumor convertido en conversación. La esencia siempre nutre, pero en muy pocas ocasiones la concedemos atención pensando que siempre estará ahí. El problema surge cuando hemos expandido tanto nuestras ramas que el tronco no puede, no sabe o no quiere soportarlas.
Es ahí donde surge, Watson y su Teoría del “cuidado transpersonal”.
En mi trabajo cotidiano, antes y después, siempre me he planteado si existen los cuidados éticos al individuo o si es un uso ético de los cuidados lo que hace que nos movamos de un lado a otro. Qué es lo que condiciona cuáles y cuántos de esos cuidados son necesarios; cuáles y cuántos cuidados no son necesarios; qué es lo que me hace priorizar qué y cuántos cuidados se han de administrar y durante cuánto tiempo. …..
Otro aspecto que me resulta siempre curioso por sí mismo es el hecho de que los cuidados, como aspecto base de la relación con el paciente/persona, han de ser administrados con la normalidad más estrecha del contacto humano. Cuidamos porque somos personas y porque, por el mero hecho de ser persona, debemos ser cuidados (es ahí donde entra mi concepto de profesión). Ahora bien, convertir los cuidados en algo anormal, realmente proporciona esencia a los mismos o los excluye de esa pirámide de prioridades que es la profesión enfermera?. Supongo que como todo en la vida, nos movemos en la dicotomía.
Mi tercera esencia profesional, se basa en la actual tendencia hacia la humanización de los cuidados. Este aspecto me resulta tan en las antípodas de la finalidad y raíz de mi profesión …!!!! Cómo puedo establecer cuidados si no parto del concepto de la humanización de los mismos? Qué le aporta de novedoso a mis cuidados el hecho de que yo los tilde de “humanos”?
Según Watson, la enfermería está centrada en relaciones de cuidado transpersonales. La enfermería es un arte cuando la enfermera experimenta y comprende los sentimientos del otro, es capaz de detectar y sentir estos sentimientos, y a su vez, es capaz de expresarlos, de forma semejante que la otra persona los experimenta”.
El cuidado se basa en una perspectiva fenomenológica según la cual el cuidado es un fenómeno impregnado de subjetividad que conduce a proecuparse por las experiencias de la otra persona.
Watson reconoce que el cuidar es parte fundamental del ser y es el acto más primitivo que un ser humano realiza para, efectivamente, llegar a ser. Este ser es un ser en relación a otro que lo invoca. Esto es la base fundadora del cuidado en general y, a la vez, del cuidado profesional propio de la enfermería. Este cuidado profesional es estructurado, formalizado y destinado a satisfacer las necesidades del ser humano con el propósito de promover, mantener y recuperar la salud.
Algunos conceptos importantes en la Teoría de Watson son:
Interacción enfermera-paciente: define al cuidado como un proceso entre dos personas con una dimensión propia y personal, en el que se involucran los valores, conocimientos, voluntad, y compromisos en la acción de cuidar. Aquí la enfermería elabora un concepto de idea moral como la preservación de la dignidad humana.
- Campo fenomenológico: corresponde a la persona en su totalidad de experiencias de vida humana, abarcando sentimientos, sensaciones, pensamientos, creencias, objetivos, percepciones. Es decir, es todo lo que construye la historia de vida del individuo tanto en el pasado, presente y futuro.
- Relación transpersonal de cuidado: para comprender dicho proceso debemos tener en claro dos conceptos básicos, estos son:
-Transpersonal: ir más allá del propio ego, lo que permite alcanzar conexiones espirituales más profundas en la promoción de la comodidad y la curación del paciente
-Cuidado transpersonal: intenta conectarse y abrazar el espíritu o el alma de los demás a través de los procesos de cuidados y de tratamientos y estar en relación auténtica, en el momento.
La relación entre estos dos conceptos se da por la caracterización de una clase especial de cuidado humano que depende de: el compromiso moral de la enfermera de proteger y realzar la dignidad humana así como el más profundo y/o más alto yo, mas allá de la situación de salud.
- Momento de cuidado: es una ocasión en la que la enfermera y otra persona se conectan para el cuidado humano con un punto de contacto en un tiempo y espacio determinado. Tiene la habilidad de expandir la capacidad humana.
Los supuestos de la teoría transpersonal de Jean Watson son los siguientes:
. El cuidado sólo puede ser demostrado y practicado efectivamente en una relación interpersonal.. Son contextuales a la época en la que se desarrollan, al lugar geográfico, a las necesidades de la población o de un individuo en particular y a los elementos con los que se cuenta por lo que necesitan de un conocimiento del ámbito y del ambiente en el que la persona se desarrolla.
. El cuidado está condicionado a factores de cuidados y asistenciales destinados a satisfacer las necesidades humanas.
. El cuidado efectivo promueve la salud y el crecimiento personal y familiar.
. Las respuestas del cuidado aceptan a las personas no sólo por lo que son sino por lo que pueden llegar a ser.
. Un entorno de cuidado posibilita el desarrollo de aptitudes a la vez que permite a la persona elegir la mejor opción para sí misma en un momento dado. Un ambiente de cuidado es aquel que promueve el desarrollo del potencial del individuo permitiéndole elegir la mejor opción en un momento preciso.
. El cuidado genera más salud que curación. El cuidado integra el conocimiento biofísico y el de la conducta humana para producir o promover la salud y para ofrecer ayuda a quienes están enfermos. Por lo tanto, la ciencia del cuidado es complementaria de la ciencia de la curación.
. La práctica del cuidado es central en la enfermería.
Como podéis imaginaros, las tres esencias de las que os hablaba al principio (cuidados éticos, normalidad de los cuidados y humanización de los cuidados) no son algo nuevo que descubrir. Algunas teóricas de nuestra profesión ya habían hablado de ello por lo que para mirar al futuro y soñar con futuribles sí que creo que es necesario regresar al pasado, cargar la mochila y descubrir el camino de baldosas amarillas. Y como siempre, comenzar a andar.
Bibliografía:
http://teoriasdeenfermeriauns.blogspot.com.es/2012/06/jean-watson.html
http://encolombia.com/medicina/revistas-medicas/enfermeria/ve-104/trabajoslibres1/
Guillaumet i Olives M, Fargues i García I, Subirana I Casacuberta M, Erosi Serra M. Teoría del Cuidado humano. Un café con Watson. Metas de Enfermería. Marzo 2005; 8(2):25-32
Urra M. E, Jana A. A, García V. M. Algunos aspectos esenciales del pensamiento de Jean Watson y su teoría de cuidados transpersonales. Ciencia y Enfermería 2011; (3):11-22.
Cristiane do Nascimento J, Lorenzini Erdmann A. Comprender las dimensiones de los cuidados intensivos: la Teoría del Cuidado Transpersonal y complejo. Rev. Latino-am Enfermagem 2009 marzo-abril;17(2)
- Con paso firme: la vejez como oportunidad
- Ser persona migrante en un país en desarrollo: enfermera en Benín.