NIGHTINGALE & CO

Ruido por Pilar Núñez Relatos_Covid19

Soy Pilar  Núñez, enfermera de UCI.

Desde que empezó esta situación de pandemia, hay un ruido que me acompaña, a veces fuerte, otras más débil…pero ahí está, en mi cabeza.

Estamos viviendo un tiempo en el que todo el mundo está dando lo mejor de sí mismo. A los sanitarios, igual que a las fuerzas de seguridad, repartidores, limpieza, etc., nos toca salir y poner al servicio de los demás nuestra profesión, lo que siempre hemos hecho, ahora en un contexto más estresante, más tenso, por las repercusiones en pérdida de vidas humanas, pérdida derechos y libertades, …, y lo que todo esto implica…empieza el  ruido…

Por las mañanas, cojo el coche para ir a trabajar y pongo las noticias, “necesito” saber cómo nos hemos despertado. Horas más tarde, cuando salga, seguramente la situación habrá empeorado. Esto ha sido así durante días, pero ayer una buena noticia al salir: parece que los casos que acuden a Urgencias se van estabilizando… el ruido se alivia…

Llegas al trabajo, y el talante de todos y cada uno de nosotros es el mejor. Entiendes que te saquen del servicio porque hay que abrir camas de UCI en otros lugares del hospital, todos estamos dispuestos a adaptarnos. De igual modo, hay compañeros que no siendo de cuidados intensivos, de la noche a la mañana, tienen que aprender a llevar un paciente crítico, y, uno no se forma en 24 horas. Pero, ahí están, viviendo sus situaciones de estrés y mediándolas como buenamente pueden, ajustándose a las circunstancias.

En todo esto, vives la tensión de un paciente que van a intubar, acaba de llegar en ambulancia, sube de urgencias directo a UCI, su mujer se ha quedado en casa. Él te dice que por favor llamen a su mujer, mientras la intensivista (residente pequeña que ha tenido que hacer las veces de adjunta, porque no queda otra) le comenta que para el tratamiento hay que dormirle, y que cuando se vea mejoría se despertará. Tú, como enfermera antigua, vas apoyando el discurso de la médico para que el paciente comprenda la situación, y, asegurándole que su mujer va a ser informada de todo, porque se está haciendo así.  Pero, tú, por dentro sabes, que no conoces si ese momento de despertar llegará, porque el paciente tiene unos antecedentes que no avalan una pronta recuperación, y, eso te lo vas guardando…Más ruido.

En ocasiones, el jefe nos da “partes de guerra” de cómo va la situación: tantos pendientes en planta que tienen que subir a UCI, otro que por Urgencias ha llegado, pero que no va a poder subir, sus antecedentes indican difícil extubación, mala evolución. La cama libre será para uno de los pacientes de planta, que tienen más esperanza de supervivencia. Esto no se hace “jugando a ser Dios”, sino por optimizar los recursos de los que disponemos, porque “no hay camas” … sigue el ruido en la cabeza.

Una mañana, una médico me pregunta qué me parece si la familia trae unas fotos para su familiar enfermo, se lo han pedido en la información telefónica. “Por qué no, que las traigan”, ya no por el paciente que no sabemos cuándo despertará, pero sí por la salud mental de esas familias que no pueden ver, tocar, sentir a su familiar enfermo. Al menos, queda el consuelo de saber que esas fotos acompañan a su ser querido…pero no lo vuelven a preguntar, esas fotos no llegan, se quedan en la información telefónica, y en el temor de lo que le pueden decir…más ruido.458e446f-1087-4d79-ad13-6b2a5d40dab3

Fotografía© Pilar Núñez, enfermera UCI HUF 

Yo soy creyente, en estos días,  mis pequeños ratitos de silencio son esos  momentos de oración en los que te paras contigo mismo y con Dios. Simplemente tratas de ver donde estás ,y, lo que te toca vivir. Ante esto , veo que puedo acompañar a aquellos que viven la soledad de estar enfermos, y puedo ofrecer este servicio para el bienestar de los que me rodean. Creo que esto es una suerte y una gracia que se me pone delante… Esto silencia ese ruido .

Porque llego a casa y está Javi. Él siempre me saca una sonrisa. Pero, traigo mucha tensión por esa realidad que has dejado atrás. Y, en algún momento del día, o la semana , vas y discutes con tu pareja por una minucia….pero, vas, y te rompes. Empiezas a llorar porque por algún lado hay que sacar ese ruido cuando no has podido silenciarlo. Y, hay que llorar, porque así cargamos de silencio tranquilizador nuestra cabecita para poder otro día ir  al hospital a llenarlo de más ruido.

Pero, a veces , hay ruido consecuencia de realidades no hospitalarias, sino de otras que una ha tenido o tiene cerca:  situaciones de precariedad que conoces. Al inicio de todo esto se habló de unos pabellones del IFEMA que se iban a abrir para atender a la gente que no tiene un hogar donde confinarse. Se llenaron el primer día, y se iba a plantear ampliar. Sé que Caritas y otras ONGs siguen repartiendo alimentos, … hay  personas que no terminan de tener ese lugar donde estar…ruido difícil de silenciar…

Qué decir de otros  países donde la realidad es más pobre, con sistemas sanitarios deficitarios. Hace un rato he estado hablando con Isidro, misionero con el que estuve trabajando en Níger. Allí el confinamiento es una recomendación del gobierno, pero en el día a día la gente sale al mercado, o al campo, porque si no se muere de coronavirus, se muere de hambre… Rezo para que no se presente allí, con las cifras que nos movemos en España ,porque llegar ya ha llegado, , no olvido aquellas comunidades … más ruido.

Sin embargo, dentro de todo este barullo, de este ruido que estoy viviendo, hay diferentes músicas que poco a poco me ayudan también a silenciarlo: los audios de mindfulness que me envía mi amiga Bea y otras compañeras;  la solidaridad de muchas personas, ofreciendo la mejor versión de sí mismo al servicio de otros; los compañeros apoyándonos con su sentido del humor cuando menos lo esperas;  la gente quedándose en casa; y, la música de los aplausos a las ocho de la tarde, que todos y cada uno de los días me siguen emocionando.

…Seguimos.

07/04/2020

Mª Pilar Núñez Méndez

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Fotografía Personal UCI Hospital de Fuenlabrada©

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4 pensamientos en “Ruido por Pilar Núñez Relatos_Covid19

  1. Roberto Gil

    Pilar, todo mi reconocimiento a tu trabajo, a vuestro trabajo.
    Me ha encantado tu artículo, que ha caído en «mis manos» de casualidad, y no he podido evitar leerlo. Siempre tienes algo interesante que decir, no me lo podía perder.
    Lástima que en este país, con el potencial que siempre hemos tenido a lo largo de la historia, para que a una sanidad pública la tilden de una de las mejores del mundo, haya que tener sanitarios que los cataloguen de héroes o de heroínas, aunque muchos de ellos, con razón o no, digan que no lo son. Es como admirar una maravilla del mundo construida a base del trabajo de esclavos, si se me permite el símil. Monumental, espectacular, grandiosa, increíble… vergüenza, pensaríamos al recordar que muchos esclavos murieron construyéndola ¿verdad?.
    Hago una llamada desde aquí a los irresponsables, a los políticos inútiles (los que gobiernan y los que no), a los descerebrados, a los que no arriman el hombro aunque sea quedándose en casa, que se necesita y mucho: ¡Qué fácil es que unos pocos destrocen el trabajo y el esfuerzo de muchos!.
    Esto, que ya es gravísimo, no ha hecho más que empezar, y muchos no se han dado ni cuenta.
    Un abrazo, Pilar.

  2. Pingback: El ruido esperanzado de Pilar Núñez - TTN :: Torrejoncillo Todo Noticias

  3. M.Carmen Sobrado

    Gran trabajo Pilar. En estos duros tiempos de COVID te ha tocado ser enfermera de guerra, con todo lo q conlleva.
    Lo has contado muy bien. Ese «ruido» del q hablas te ha puesto en situaciones límite, física, psíquica y emocionalmente.
    Te admiro y quiero compañera.

  4. Ana Contreras

    Pili eres grande con tus compañeros, estáis siendo calma y paz para los enfermos y para sus familiares. Y devolvéis la salud a muchos. Todo lo que estáis dando os lo devolverá la vida y Dios, seguro!!!. Que tu fe en Dios te sosiegue, que Javi te siga cuidando cuando llegues a casa. Muchas gracias por tu trabajo, os aplaudimos cada día sin cansarnos.

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