NIGHTINGALE & CO

Cuento de Navidad: Cuando la mujer llegue a liderar la profesión enfermera

edwardian-nurse

En silencio, en medio del turno de noche, saco una fotografía del interior de mi bolsillo. Es el regalo de Navidad que una amiga, también enfermera, que me ha entregado en el cambio de turno. Miro a los ojos a esta otra “yo” enfermera de principios del siglo pasado y me pregunto en qué nos parecemos. Seguimos usando las mismas tijeras que ella lleva colgando de su cintura, casi como un adorno y el blanco sigue siendo un color distintivo. La cofia, las mangas abullonadas y las enaguas que dan forma a sus faldas se han extinguido en favor de los pantalones. Ahora podemos movernos con más soltura. Incluso los papeles casi han desaparecido para dejar espacio al reinado informático.

Miro por segunda vez  la imagen, y no puedo evitar desear vestir por un momento sus ropas. Pienso que sería adorable tener un retrato de mí misma vestida a la antigua adornando el salón. ¿A quién estaría destinado este retrato, me pregunto? Los padres de la enfermera, su prometido… En cualquier caso, hay una respuesta segura: o bien la mujer se dedicó por entero a su profesión o bien la abandonó para casarse y cuidar de su familia, porque las dos cosas eran incompatibles en esos tiempos. Una pequeña voz en mi interior se apresuró a preguntarme: ¿y ahora? Las alarmas de la unidad se callaron entonces para dejarme pensar mejor. Quizás, me dije, esa enfermera hubiera querido supervisar su unidad, o incluso en un rincón de su alma su más ardiente deseo era gestionar el hospital donde trabajaba. Pudiera ser…Entonces, casi en el corazón de la madrugada, algo hizo un chasquido en mi cerebro y me dije que quizás esa mujer y yo teníamos más cosas en común de las que pensaba.

La Enfermería ha sido históricamente una profesión históricamente feminizada, donde persisten estereotipos de géneros que han construido y todavía lo hacen, un muro que impide a las mujeres acceder a los puestos de mayor responsabilidad.[1] Las mujeres, a día de hoy, siguen estando infra-representadas en los puestos de liderazgo, y  esta desigualdad se maximiza, en el caso de profesiones feminizadas, como es el caso de la enfermería.

Leo, intentando buscar respuestas que en la actualidad, en España hay alrededor de 650.000 mujeres emprendedoras (suponen el 17% del total de los emprendedores) Sólo un 26% de los puestos de dirección en las empresas españolas medianas y grandes están ocupadas por mujeres. Y en el sector sanitario (¡atención! a nivel global, no únicamente la enfermería), parece que incluso tenemos que ser optimistas, pues se alcanza el máximo número respecto a los demás junto con servicios y educación: un 41%[2]

¿Pero qué ocurre en el caso de la enfermería? Intento localizar datos actualizados de porcentajes de ocupación de la enfermeras en puestos directivos. Lo único que encuentro es un informe sobre salud y género del año 2006 ofrecido por el Ministerio de Sanidad y Política Social. En él se constata que el 88% de la enfermería son mujeres. En cambio, cuando trato de revisar en mi historia personal  quiénes ocuparon y ocupan el cargo de gestor del hospital, dirección  de enfermería, dirección de colegio profesional, revistas científicas, profesional docente universitario y comités de investigación, rostros masculinos empiezan a cruzar por mi mente. Y me pregunto el porqué. Junto a mí han trabajado y estudiado mujeres con una formación y una experiencia profesional más que sobrada para ocupar puestos directivos ¿Dónde están ahora?

Me temo que los puestos de responsabilidad siguen en manos de hombres porque existe una tradición cultural que los cree más idóneos para este tipo de cargo y se promueve menos el talento femenino ¿Cuál es la causa? ¿Rechazan acaso las propias mujeres estas posiciones de alta responsabilidad? ¿Nos falta ambición? Lo que sí parece claro es que la mujer sopesa las consecuencias del acceso a esta posición más que los hombres, no actúan de manera impulsiva empujadas por el ansia de liderazgo. Las mujeres renuncian a ascender en el trabajo porque en su vida existen otros aspectos tales como la maternidad y la familia que al igual que la profesión, quieren atender de manera adecuada. Entonces, cuando existe un desarrollo profesional, surge la culpabilidad por la falta de tiempo en la dedicación familiar. Y esto sucede porque en muchos casos, el hueco dejado por la mujer no ha sido ocupado por su pareja. Y esto es muy difícil de asumir. Es más, le digo a mi hermana de la fotografía,  cualquiera se lanza a un puesto directivo si no existe una conciliación familiar de verdad. Eso supondría que el objetivo a alcanzar fuera un reparto de las tareas familiares al 50%. Los hombres, se convertirían por tanto en verdaderos promotores de un cambio que posibilitara librarse de prejuicios y permitir que la mujer desarrolle una mayor proyección laboral de manera pactada entre ambos miembros de la pareja.

Y es que los estereotipos de género, en todas las esferas, y por tanto también en la enfermera, se resisten con fiereza a desaparecer. Sólo es posible cambiarlo desde la generosidad y la educación. Para que cuando mamá esté fuera de casa, el niño tenga la seguridad de que papá estará ahí para atenderle.

Por eso, desde la esperanza, este “Cuento de Navidad” que es la paridad en la distribución de poder, se va filtrando poco a poco en la sociedad. Ya existen hombres y las mujeres que trabajan por este cambio.

En un futuro,  otra enfermera dentro de mucho mucho tiempo, mirará mi fotografía también  vestida de enfermera y pensará: lo logramos, derribamos el muro, junto a ellos, nuestros compañeros de vida.

Bibliografía

  • Miró-Bonet, M. (2008) ¿Por qué somos como somos? continuidades y transformaciones de los discursos y relaciones de poder en la identidad de las/los enfermeras/os en España (1956-1976) Universitat de les Illes Balears.
  • Vazquez Santiago, Soledad, González López, José Rafael (2008) La Historia del Liderazgo en Enfermería desde la Perspectiva de Género. Revisión Sistemática. Comunicación en congreso. X Congreso Nacional y V Internacional de Historia de la Enfermeria. 2008. Nuevos Enfoques para Repensar la Historia de la Enfermería. 125. 135
  • Informe de Salud y Género 2007-2008.Mujeres y hombres en las profesiones sanitarias. Disponible en: http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/informeSaludGenero2007-2008/informeSaludGenero2007_2008.pdf

[1] Miró-Bonet, M. (2008). ¿Por qué somos como somos? continuidades y transformaciones de los discursos y relaciones de poder en la identidad de las/los enfermeras/os en España (1956-1976) Universitat de les Illes Balears

[2] Las fuentes de estos datos proceden del INE; CIS, Instituto de la Mujer, Fundación Pfizer, Organización Internacional del trabajo, Ministerios, Grant Thornton, Comisión Nacional del Mercado de Valores, Centro de Estudios Demográficos dela Universidad Autónoma de Barcelona, Spain Stairtup, Red GEM España Observatorio del emprendimiento.

10 pensamientos en “Cuento de Navidad: Cuando la mujer llegue a liderar la profesión enfermera

  1. Isabel

    Me ha gustado mucho el cuento de Navidad. Te transportas en el tiempo.
    Al final de las reflexiones se ve un atisbo de esperanza y yo creo que sí,
    que la mujer alcanzará a tener esa igualdad con el hombre como ya en otros países está sucediendo. Gracias por haber escrito este maravilloso relato y haberlo compartido.
    Me llamo Isabel Johansson y el cuento me lo ha pasado Pedro tu marido. Gracias otra vez.

  2. Marina Rubio Guerrero

    Ahora que profesionalmente he tenido la oportunidad de un ascenso laboral como enfermera en mi hospital he estado en la duda de subirme a ese tren. La lucha interior por mi familia, mi trabajo y mi vida personal me ha tenido dias sin dormir. Hoy he aceptado el cargo y mi compañero de vida ha sido uno de los culpables. Lleva años haciendo que crezca profesionalmente porque ha cuidado igual o más que yo nuestro hogar y a nuestro hijo. Y al leer este maravilloso relato este año soy protagonista de mi cuento de Navidad
    Muchas gracias por compartirlo con nosotros

    1. admin

      Hola Marina:

      Gracias por leer la publicación. Quería felicitarte por tu ascenso laboral. Tu compañero de vida ya está rompiendo ese muro o techo de cristal que nos impide crecer en la profesión. Es más, vuestro hijo ya concibe un mundo en el que hombres y mujeres se ocupan por igual de hogar y familia, eso es esencial para su futuro adulto en paridad. Ser protagonista de un «Cuento de Navidad» como este, no es sin embargo, lo habitual. Esperemos que en un futuro muchas más mujeres podamos sumarnos.

      Un saludo

      Ana Medina

  3. Cecilia

    Ana, me ha encantado leer este «cuento». Soy afortunada de contar con un compañero que, siempre que hace falta, me «sustituye» en el hogar. También, por fortuna, mis hijos no lo ven como una sustitución, sino como algo natural. Es por ello que soy optimista y, usando tus palabras, estoy convencida de que, cada vez más, las mujeres dejaremos a un lado la «culpabilidad» para elegir libremente «atender de manera adecuada» otros aspectos de nuestras vidas, si así lo deseamos. Es un placer leerte.

    1. admin

      Hola Cecilia:

      Gracias por haber leído la entrada y dedicar un tiempo a escribir un comentario. ¡Qué importante es que esa paridad en casa te permite conciliar trabajo y familia! Tu caso, por desgracia, no es por el momento la realidad mayoritaria de la mujer enfermera. Sin embargo, yo también quiero ser optimista y pensar un futuro donde nuestros compañeros de vida transformen estereotipos.

      Un saludo
      Ana

  4. Lúa Sánchez Hernández

    Gracias Ana, por esta entrada tan constructiva a la par que didacta. Hace 6 días se celebraba el día de la mujer trabajadora y discutía con un compañero enfermero la relación entre cantidad de féminas en nuestra profesión y los puestos de responsabilidad en nuestras instituciones o lugares de trabajo. No tanto ya los puestos intermedios, como puede ser una supervisora, sino sobretodo aquellos considerados «altas esferas» dónde no es perceptible a simple vista pero existe ese tantas veces nombrado «techo de cristal». Y …tristemente todavía hay gente que argumenta que o no estamos preparadas o no somos una ejemplo de desigualdad (la enfermería) sino de todo lo contrario. Cuánto camino nos queda por recorrer…

  5. SOLEDAD VAZQUEZ SANTIAGO

    Ana…cuanta razón llevas…Sigo estudiando el fenómeno, y gracias por incluirme en la bibliografía. Soy Soledad Vázquez Santiago

    1. admin

      Soledad, muchas gracias por leer la entrada. Gracias a mujeres como tú, que exploran las causas del porqué de la posición de la mujer en los puestos de liderazgo y responsabilidad, nos hace a las demás ser conscientes lo que somos, y a donde queremos llegar. La lectura de tu trabajo me ha aportado un gran campo de reflexión. Te estoy muy agradecida

      Ana Medina

  6. Pedro

    Sencillamente maravilloso, el cuento de Navidad de Ana Medina (la enfermera prodigiosa)
    Esta noche mientras dormía, recibí este regalo de Navidad tan especial.
    Mientras yo soñaba, la propia autora me lo relató, en calidad de primicia. Entre susurros, con su maravillosa y melíflua voz de hada, Ana me recitó este maravilloso cuento.
    Y al despertar, me lo encontré publicado en Facebook…
    ¡¡ La magia de la Navidad nunca dejará de sorprenderme !!
    Nunca dejéis de creer. Nunca dejéis de soñar.

    1. admin

      Pedro, gracias por leer y comentar la entrada. La participación del hombre en la conciliación familiar es una de las claves del avance profesional de la mujer. Todo un reto social y cultural, pero del que se puede salir victorioso si se parte de un acuerdo entre los miembros de una pareja.

      Ana Medina

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