NIGHTINGALE & CO
Nightingale&Co es un blog de carácter personal, formado por un grupo de profesionales sanitarios preocupados por el cuidado integral de las personas, y cuyo compromiso se centra en aportar una visión reflexiva donde la experiencia y los diferentes puntos de vista de los profesionales implicados en los cuidados, puedan servir para mejorar la calidad en la asistencia profesional basada en la evidencia.

África a través del pincel

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Belén García Fernández

Belén García Fernández

Belén García es enfermera ,actualmente está preparando la oposición de enfermería a la Comunidad de Madrid y también abriendo un nuevo horizonte profesional a través de la ilustración. Se ha formado en el campo de la cooperación internacional y la medicina tropical y ha trabajado durante muchos años en varios países del continente africano como enfermera de terreno, logista y profesora.

 

 Quince años trabajando en acción humanitaria y cooperación al desarrollo en distintos países del continente africano. Escrito así, en un renglón, parece poco.

Mi primera misión fue en zona rural, al norte de Mozambique. Al principio iba a un proyecto de lepra, pero acabé trabajando en la enfermería de la prisión municipal y en el hospital distrital de Alto Mólòcue en la provincia de Zambézia. Mis maletas iban llenas de consejos de otros: “allí no hay… allí no tienen… allí no encontrarás… esto solo hay en la ciudad… aquello tal vez en la capital…” Con la ingenuidad de la primera vez, así fueron cargadas esas maletas.

Después del shock emocional que pasé los primeros días, llegó el periodo de adaptación al nuevo entorno, a los compañeros y al trabajo. Después empecé a acordarme de mi familia, de Madrid y de mis aficiones… había olvidado mi material de dibujo. Lo más útil que llevé en mis dos cargadas maletas fue el chubasquero, el frontal y una radio de onda corta. No tardé ni un mes en echar de menos mi material de dibujo. Me decía a mí misma cómo no se me ocurrió traer un bloc y unas pinturas, sencillamente pensé que en África no lo necesitaría.

Para todo hay una solución. Encargué a un enfermero que viajaba a Quelimane, la capital de la provincia, que me comprara una caja de lápices de colores y un bloc, especificándole que tenía que ser de hojas blancas ya que los cuadernos era fácil conseguirlos en el poblado. Estupefacto, el enfermero tomó nota, ya que esperaba que le encargara cremas, telas o productos de mujer.

Me tocó esperar más de dos semanas porque allí, por lo general, la persona que viaja de la zona rural a la capital no lo hace para ir un día y volver al siguiente; sino que aprovechan para hacer compras, visitar familiares o solucionar cuestiones personales. Y regresó con mi encargo, una caja de 12 lápices de colores marca “Acme” y algo parecido a un bloc tamaño A4 de hojas blancas, tan transparentes que se calcaba por detrás. Al fin tenía el material mínimo.

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Hospital Huila, Angola

Después de Mozambique, a lo largo de varios años, tuve la oportunidad de vivir y trabajar en otros países africanos como Mauritania, Guinea Bissau o Guinea Ecuatorial, que ha sido el último país hasta la fecha. Pero del país que guardo un recuerdo muy especial es de Angola, donde trabajé y viví durante siete años. Angola, país de grandes contrastes, representa para mí lo mejor y lo peor de mis años en la cooperación. Es donde más he aprendido como enfermera y como persona. Llegué por primera vez a la provincia de Benguela en el año 2000, en plena guerra civil, como cooperante voluntaria al Hospital Nossa Senhora da Paz gestionado por las hermanas Teresianas. Todas las comunicaciones por tierra estaban cortadas por la guerra; los vehículos solo salían en columna con custodia militar para abastecer a la población del interior. Llegué por aire, en una avioneta del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas que aterrizó en una pista perdida con una maniobra singular e inolvidable: descendió en círculos hasta que estaba muy cerca del suelo y tomó tierra, de esta manera evitaba lo más posible el armamento tierra-aire. Así fue mi inicio en Cubal, una ciudad en el interior de la provincia de Benguela y mi destino en el hospital fue el almacén de farmacia. El trabajo que realicé fue un poco ingrato pues no desempeñaba las funciones propiamente de enfermería, sino más bien de logística. Junto a un equipo local formado por cuatro enfermeros, estuve durante un año y medio colaborando en la organización y clasificación del almacén; así como elaborando protocolos de control de stock, pedidos y distribución; ya que desde el almacén se suministraba medicación al hospital (y cada uno de sus servicios) y a la farmacia de las consultas externas. Los medicamentos y demás material sanitario llegaban por subvenciones o a partir de donaciones principalmente españolas.

Cooperar en zona de conflicto bélico no es como pensaba mi madre. Ella creía que iba a estar poco menos que en una trinchera rodeada de sacos y las balas silbando por encima. Al menos en esa zona de Angola la guerra no era tan dura como en otros países. Durante el día había un alto el fuego más o menos consentido, era al atardecer y durante la noche cuando se producían los ataques y no todos los días. Los enfermeros de turno de noche no llevaban uniforme pues así evitaban ser blanco fácil en los ataques. No sé si acabé acostumbrándome al sonido de los disparos, ráfagas y explosiones; al toque de queda, a no poder salir de un corto perímetro, a no poder viajar al poblado de al lado, a tener que ir acompañada la mayoría de las veces, a estar vigilada, a las minas antipersona… el pueblo era rápido en oler las situaciones de peligro y siempre nos avisaban y nos ayudaban a los cooperantes.

Recuerdo que un día soleado había comprado un plato grande de mimbre y me puse a pintar dentro a un africano tocando el tambor. Como estaba sentada en el porche de la casa que daba la sombra, me rodearon los vecinos entre exclamaciones, pues algunos pequeñines no habían visto nunca una mano que  dibujaba. Poco a poco el público fue en aumento y tuve que interrumpir el dibujo porque estaba completamente rodeada. Lo que más me asombró de todo aquello fue que los padres de los niños me pidieron permiso para que tocaran mi cabeza, como si con esa acción se les transmitiera el arte o algo así, aún me estremezco al recordarlo.

Después acabó la guerra civil y trabajé con Médicos Sin Fronteras en varias provincias de Angola, en proyectos como emergencia de paludismo, emergencia de Marburg, asistencia en zonas sin cobertura sanitaria. Los dos últimos años trabajé en el norte del país con la cooperación italiana Médicos con África, en un proyecto de educación y salud donde tenía funciones de logista-administradora de la ONG en la provincia y apoyaba en la formación de formadores en el Instituto Médico de Salud donde se estudiaba enfermería.

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Elaborando el libro «Dibujando África»

En el resto de mis viajes ya siempre llevaba mi kit personal de supervivencia, que consistía en un pequeño bloc de dibujo, una cajita de acuarelas y algunos pinceles. Tan importante son estos simples materiales para los que nos gusta dibujar, como para un fotógrafo su cámara. A través del dibujo conseguía evadirme del duro trabajo diario, aunque muchos días tuviera que dibujar a la luz de las velas, siempre había un motivo porque los días en África no son iguales.

Gracias a mi trabajo en el campo de la cooperación salud y de la educación, he podido conocer mejor el continente africano,  a su gente y sus costumbres. Con la idea de no perder las ilustraciones que he realizado en estos años y que no dejan de ser vivencias personales, en diciembre de 2013 nació el blog Dibujando África (http://dibujandoafrica.wordpress.com) y durante este año he recopilado los dibujos para recogerlos en un libro ilustrado que estará disponible el próximo otoño.La lectura de las ilustraciones de Dibujando África se puede enfocar de una manera didáctica, ya que cada dibujo invita a ser comentado. Es una forma gráfica, diferente a la fotografía, de acercar a las personas un continente formado por 55 países y tremendamente olvidado.

Dibujando África también se puede seguir en:

Facebook: https://www.facebook.com/dibujandoafrica

Twitter: @dibujandoafrica


Recuerdos del verano: Campamentos

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Se acaban las vacaciones, y cómo no mirar atrás y revisar lo que hemos hecho. Una de las actividades más frecuentes son los campamentos infantiles, también conocidas como colonias. Todos los años, en el periodo estival, por gran parte de la geografía española  se organizan estos campamentos en los que niños, de diferentes edades y lugares, se reúnen durante 10 o 15 días para disfrutar  con actividades de diferentes índoles en lugares alejados del hogar, cambiar de ambiente, de rutina y darle rienda suelta a la imaginación.

En estos campamentos hay unas personas que organizan, coordinan,…, están pendientes de los pequeños y grandes detalles para  que todo salga bien:  monitores de tiempo libre, jefe de campamento, socorristas….y, según la comunidad autónoma en la que sea obligatorio o no, habrá también una enfermera.

Este año he participado en uno de estos campamentos como enfermera, no es la primera vez, pero siempre es una experiencia recomendable para cambiar de aires, de ambiente, y, desconectar del trabajo hospitalario. Días así te permiten entrar en otro mundo, el de las patologías «reales» e «imaginarias» de los niños.

Antes de marchar tuvimos una reunión  con los padres . En estos encuentros » te meten miedo» las alergias, intolerancias de algunos de los niños y los síndromes vaso-vagales de alguna de las niñas, fantástico cuando piensas que vas a hacer actividades en las que es fácil que cualquiera de estos antecedentes den la cara durante el campamento, pero para eso eres enfermera, para saber anticiparte.

Una vez en el campamento, los primeros días es normal encontrarte con los típicos «síntomas  idiopáticos» cuando llega la noche. Es curioso, según se acerca la hora de ir a dormir, aparecen dolores, malestares que no han dado la cara durante la jornada, especialmente durante la hora de piscina o deportes, pero que surgen repentinamente cuando acecha la oscuridad. Generalmente, la medicina y el cuidado más efectivo es quedarte a su lado hasta que se duerme y, verle con una cara espléndida al día siguiente. Esto no quita el  saber distinguir los golpes de calor que a más de uno le han hecho pasar el día en la cama con fiebre, hidratación y antipiréticos, porque nunca se acuerdan de ponerse esa gorra que para ti es tan importante cuando vas a pasar la mañana al sol, pero, que a un/a adolescente supone romper con su imagen, su peinado,etc, elementos «vitales» para estar en el campo perdido unos días. Increíble la de excusas que te pueden dar para no hacerte caso al respecto. Por otro lado, es cierto que la capacidad de reponerse de los chavales es muy grande ,y, tras un día de reposo, están con las pilas cargadas para recuperar el tiempo  perdido a la mañana siguiente.

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No voy a descubrir nada diciendo que los niños son una máquina de sorpresas, donde menos lo piensas van y «zas» se la pegan, y vienen a verte. No podré olvidar el «tortazo» ( creo que es la palabra que mejor lo define) de J.M. al caerse en uno de los juegos. Vino con su pie un poco hinchado,y cara de aguantar las lágrimas,pero sin soltar una porque la niña que le gustaba estaba delante. Sólo fue un  golpe que con hielo y una pomada anti-inflamatoria, le permitió reponerse  en día y medio para poder correr,pero era para haber llorado ( yo lo hubiera hecho)…y en este caso él se aguantó. IMPRESIONANTE si lo hubieráis visto, porque en un principio parecía que se hubiera roto algo,y, ahí lo tenías a los dos días imitando a Michael Jackson porque era su especialidad.

Curioso también es ver cómo un niño te viene en la piscina diciendo que se ha pegado con otro, los dos traen arañazos ,que tienes que curar y darles la típica charla para que no lo repitan….pero lo es más, si esa misma tarde la madre de uno de ellos,  te llama por teléfono porque el niño ha hablado con ella diciendo que otro  le ha pegado , que se ha mareado ( síntomas que tú no has visto ,ni oído en el niño después de inspeccionarle),…y tienes que escuchar a su progenitora decir: » por favor hagamos lo posible para que su hijo ( según su punto de vista tranquilo donde los haya, yo quizás tenga otra visión del chaval) no se junte con el otro»..mientras tú, al otro lado del teléfono estás viendo cómo los niños se están abrazando y hablando tranquilamente porque acaban de hacer las paces. Y tú , «lo flipas», porque estás haciendo lo posible para no decirle a la madre que a su niño «tranquilo» le encanta estar con el otro  , porque se lo pasan bien juntos y son casi inseparables, pero bueno son las ópticas desde el otro lado, cuando uno no es el padre.

Así van pasando los días y  los chavales acaban  identificando al monitor más divertido, al más serio, al responsable,…y a la que le va a hacer caso cuando algo le duele : la enfermera. Quizás hay ratos que te miran con respeto y cierto » distanciamiento» porque se acaban de clavar una astilla en la mano y ves que se acercan a ti con ojitos de «gato de Shrek», para decírtelo. Han visto que ya has sacado varias a otros niños, saben que les va a doler , pero no están seguros de cómo decírtelo porque quieren que se la quites , pero sin dolor,conceptos incompatibles, cuando la astilla  ha ido profundizando en la piel y tejido subcutáneo tras sus «fallidos» intentos de retirarla antes de acudir a ti.

Y, entre unas cosas y otras, no hay momento para aburrirse, entre actividades, horas de piscina, arañazos, golpes, …y cosas leves que  los niños explican con gran dosis de imaginación. De este modo no puedo dejar de mencionar esas molestias gástricas cuando el plato de comida contiene verdura o ensalada , pero que desaparecen cuando el helado del postre aparece para los demás niños y a él le has dicho que no puede tomarlo porque «le duele la tripa», pero te hace unos razonamientos increíbles para decirte que antes  le dolía y ahora no.

De este modo, el tiempo transcurre, y, cuando ya te sabes los nombres de todos los chavales, va y se acaba. Llega la despedida, las lágrimas, los recuerdos de unos días que te han hecho dormir poco, trabajar a todas horas , pero también  reír mucho. Acabas con la sensación de querer repetir el próximo año porque te ha merecido la pena por compartir unos días con gente desinteresada ( monitores voluntarios) que opta por emplear parte de sus vacaciones en un campamento donde la realidad africana ha tratado de estar presente,y,  con niños de diferentes procedencias y contextos ( niños con más y menos recursos), ….que han sido capaces de estar juntos ,aunque por su rutina habitual no hubiera sido posible.

Os lo recomiendo

Hasta el próximo verano.


La suerte de trabajar con personas que padecen ELA: Una enseñanza de vida

 Por Pilar Corbajo Gullón

Enfermera de la Unidad de ELA

Hospital Carlos III de Madrid

Estos últimos días han podido ver, a través de los medios de comunicación y redes sociales, como famosos de diferentes ámbitos: deportistas, actores, celebrities…aparecían echándose encima un cubo de agua helada. En esas apariciones, con intención de continuar una cadena, se reta  a otros famosos a seguir su ejemplo. Esto ha sucedido en España siguiendo la estela de una campaña iniciada en EEUU. Su fin es que junto al gesto de «mojarse», se haga un donativo económico que ayude a recaudar  fondos para la investigación de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

La ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva, que afecta a las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. Las neuronas motoras son las encargadas de conducir el impulso nervioso encargado de poner en movimiento los músculos de todo el cuerpo. Al producirse la ELA, estas neuronas se degeneran progresivamente hasta que mueren.  Con su muerte lo que sucede, es que el cerebro deja de ser capaz de iniciar y controlar los movimientos musculares. Y eso lleva a la paralización paulatina e incluso total, en los estadios finales de la enfermedad.

Para poder poner remedio a la ELA, que hoy por hoy no tiene curación, es esencial la investigación, un campo que desgraciadamente queda en muchas ocasiones olvidado, cuando debiera ser lo prioritario. Por esta razón, Nightingaleandco quiere aportar su apoyo impulsando la campaña de donación (más allá del gesto visual del cubo de agua helada). El proyecto MinE es un proyecto internacional de investigación genética que se propone conseguir 22.500 perfiles genéticos: 15.000 pertenecientes a personas que padecen ELA y 7500 que no (casos control), para poder compararlos. Cada perfil genético tiene un alto coste, en torno a 2000 Euros, lo que agrava la dificultad a la hora de encontrar fondos suficientes para la investigación. De esta forma será posible conocer la base genética de la ELA y encontrar por fin una cura para esta enfermedad terrible que concede una esperanza de vida de 3 a 5 años.

En España FUNDELA (Fundación Española para el Fomento de la Investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica), lleva luchando desde el año 2002 para poder coordinar los esfuerzos con el fin  de poner en marcha  loa programas , formación y gestión de recursos destinados a la investigación de la ELA.

Ambas organizaciones no pueden seguir avanzando sin nuestra ayuda económica. Desde aquí os dejamos información de sus  páginas web donde podréis encontrar más información sobre estas fundaciones y sus actividades, y donde podréis encontrar además  los links  a través de los cuáles hacer un donativo:

  • FUNDELA: http://www.fundela.info/
  • Project MinE: http://www.projectmine.com/

¡¡¡MÓJATE Y CONTRIBUYE A UN MUNDO SIN ELA!!!

FUNDELA

Para poder poner cara a la enfermedad, Pilar Carbajo Gullón, enfermera al cuidado de personas que padecen esta enfermedad en la unidad de ELA del Hospital Carlos III, ha querido dar su testimonio vital. Más allá de estadísticas, teoría médica, diagnósticos, etc., existen personas con proyectos truncados, miedos, alegría, pasiones…y sobre todo mucha valentía. Desde aquí Pilar ha querido compartir con todos nosotros a través de su experiencia, un homenaje a lo aprendido de aquellos a los que cuida diariamente.  Y le estamos muy agradecidos por este relato tan cercano y emotivo. Les dejamos con sus palabras.

Ana Medina Reina

Editorial Nightingaleandco

LA SUERTE DE TRABAJAR CON PERSONAS QUE PADECEN ELA: UNA EXPERIENCIA DE VIDA

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Una compañera del Hospital Carlos III ha venido a verme para hacerme una propuesta. Yo pensaba que era algo relacionado con la investigación y que habría  que  sacar  nuevas  muestras,  que  habría  que  incluir  algún  tubo más,….Pero no, su propuesta ha sido escribir un artículo sobre mi visión como enfermera de pacientes con ELA.

Automáticamente le he dicho que sí y poco después me he dado cuenta de que no había vuelta atrás, porque a pesar de que lo mío no son los relatos y que resulta muy difícil expresar en unas cuantas líneas las vivencias y emociones compartidas con estos pacientes, en mi interior sabía que les debía algo más que mi simple trabajo con ellos.

Pues  bien,  hecha  esta declaración  de principios,  paso a contaros  que mi nombre es Pilar, llevo trabajando como enfermera 21 años y he pasado por diferentes hospitales, servicios y centros de salud hasta que aterricé en la Unidad de ELA del Hospital Carlos III.

Os confieso que llegué a la unidad con un tanto de miedo. No me asustaba el paciente ni su patología ya que había tenido contacto con ella previamente en los domicilios;no me asustaba el equipo multidisciplinar, todo lo contrario,me encantaba volver a trabajar en un tandem como cuando trabajaba en el Centro de Salud Illescas con la Dra. Ortuño al frente;no me asustaban los comentarios  de unos o de otros. Lo único que realmente me asustaba era poder estar a la altura de los pacientes y poderles ser útil. He de confesar que poco a poco he podido conectar con ellos y en mayor o menor medida;no seré yo quien lo juzgue, ir ayudándoles a paliar los efectos devastadores de esta cruel enfermedad.

No  voy  a  hablar  de  evidencia  científica,  de publicaciones,  de números  y cifras, de estadísticas,….no es uno de mis puntos fuertes y en el equipo hay profesionales, con el Dr. Mora al frente, que saben todo y más sobre el tema y llevan años luchando por y para esta enfermedad. Yo soy más de emociones, de sentimientos, soy más de piel y en eso me voy a centrar.

Puedo  empezar  contando  que  junto  con  Yolanda,  mi  compañera,  intento llevar a cabo eso que nos cuentan en la Facultad de la valoración, del plan de cuidados, de la visión y atención integral del paciente. Ya, ya sé que en los libros queda muy bien, tanto que a veces parece utópico e irrealizable, pero os aseguro que con estos pacientes se puede y se debe hacer. Son tantos los frentes que tienen abiertos que aunque no quieras, tienes que implicarte en todos y cada uno de los patrones de nuestra querida Margory Gordon.ALS2

 

Resulta duro ver como un joven de 20 o 30 años que termina su carrera y empieza a disfrutar de la vida con su pareja tiene que olvidarse de esa moto que tantas emociones le hace sentir porque va perdiendo movilidad en las piernas y en los brazos, como una alta ejecutiva comienza a tener problemas con el habla, una de sus más valiosas armas en el terreno laboral, como un ama  de  casa  no  puede  utilizar  sus  manos  ni  para  coger  una  cuchara, abrocharse un botón o lavarse la cara, como un escritor de prestigio tiene que manejar su vida con la mirada las 24  horas  del día, como un gran deportista tiene que cambiar sus piernas por una silla de ruedas para seguir disfrutando de participar en una carrera, como le ponen a un simpático y encantador tramoyista una máquina que le   ayuda a respirar pero que nos priva de su sonrisa, como una linda mujer ve alterada su imagen corporal por un tubo que le sale del estómago, como, como, como,……podría seguir enumerando, pero sólo serviría para dar pena o lástima y no es esa mi intención.

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Prefiero  contaros  como  ante  el  miedo  de  un  paciente  a una ventilación mecánica  no invasiva  o BIPAP,  la enfermera  intenta explicarle las dudas existentes, le instruye en cuidados básicos, le tranquiliza para que siguiendo las indicaciones del Neumólogo, intente adaptarse poco a poco a ella, como habla  con las compañías  que les suministran estos aparatos para intentar solucionar problemas que surgen en el domicilio. Os puedo contar como la enfermera aborda su disfagia y le va explicando poco a poco los cambios de texturas o de hábitos en la alimentación sin que le resulte traumático. Como da recomendaciones  y consejos  nutricionales  durante toda la enfermedad, con mayor énfasis ante la indicación de una gastrostomía;proporcionándole toda  la  información  y  cuidados  necesarios  previos  y  posteriores.  Puedo hablaros   de   cómo   la   enfermera   está   pendiente   de   vacunaciones,   de prevención  de caídas y úlceras, del patrón intestinal, de recomendaciones posturales, de hábitos de higiene corporal y bucales, de curas, de medidas facilitadoras  para el descanso,  de asesorar sobre sistemas alternativos de comunicación,   de   recomendaciones   sobre   ejercicio… También sobre cómo  intervenir   en problemas familiares y sociales, acerca de las derivaciones a Cuidados Paliativos, citas con    Atención    Primaria    y   Especializada,   sobre la  coordinación con el estupendo equipo de médicos y psicólogos;pero no sería justo. Yo no pretendo echar flores a mí trabajo y aquí los protagonistas son ellos.

Quiero que la gente sepa lo “puñetera” que es esta enfermedad y lo valientes que son las personas que la padecen, sus cuidadores y familias. Ante esto no nos  podemos  quedar  cruzados  de  brazos  y  esperar  que  pase  delante  de nosotros toda  esta experiencia sin hacer nada.

Cada vez que me agradecen algo yo siempre les digo que soy yo la que tiene  que agradecer  mucho  su gran generosidad,  por dar continuamente lecciones de vida a pesar de los cambios que sufren continuos, por enseñarme cada  día  algo  nuevo,  y  por  permitirme  trabajar  con  ellos.  Por  eso  mi agradecimiento total y absoluto se debe a esa “maripija” que siempre me dedica una sonrisa y me enseña una fantástica filosofía de vida con su mirada y su iPad;a mi  “caganet”  por su amistad  y sus bromas  continuas  y por dejar  que le considere  como  el  hermano  pequeño  que  nunca  he  tenido;  a  mi  “hola feísima”  por  demostrar  día  a  día que el glamour  no está reñido  con la enfermedad, a mi “granaína” por los besos que me da cada tres meses y las historias  que me cuenta  de su barco,  a mi “gorda  vallisoletana”  por esas fotos, con sorna incluida de su PEG;a esa “reivindicativa de uñas fashion” a la  que  no  se  le  pone  nada  por  delante,……y  a  todos  y cada uno de los personajes  especiales  que  un  día  se  toparon  con  esta  enfermedad,  han aprendido a vivir con ella y nos dejan compartir un poquito de su intimidad. Mi puerta siempre ha estado y seguirá abierta para vosotros.

Ojalá que la campaña de los cubos helados sirva de verdad para dar a conocer esta enfermedad  y se reciban muchas donaciones para investigación y no nos quedemos sólo con la anécdota del vídeo. Yo deseo seguir compartiendo con ellos confidencias, risas y llantos durante muchos años. Y para eso hay que seguir luchando. Y sonriendo.

Martin Luther King

PONGAMOS CADA UNO NUESTRO GRANITO DE ARENA 


La Enfermería de UCI ¿una profesión con riesgos?

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La labor  de la Enfermería  existe desde el principio de la Historia, pero sólo en los últimos años ha empezado a demostrarse interés activo por los riesgos de quienes trabajamos en la asistencia sanitaria.

Los hospitales han sido clasificados como centros de trabajo de alto riesgo por el National Institute of Occupational Safety and Health (NIOSH)[1] por la multiplicidad de riesgos a los cuales están expuestos los profesionales sanitarios, especialmente las enfermeras. El personal de enfermería desde un punto de vista epidemiológico, se le considera un grupo especialmente vulnerable frente a riesgos de su actividad. En 1960 se publicó un informe sobre el empleo y condiciones de trabajo del personal de enfermería por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, el convenio 149 de la OIT es específico del personal de enfermería y del medio en donde se realiza el trabajo, recomendando a los países miembros disposiciones legislativas de protección, seguridad y salud para los profesionales de enfermería.[2]

Se han identificado numerosos riesgos asociados a la profesión enfermera [3] en la Unidad de Cuidados Intensivos tales como radiaciones ionizantes, agentes biológicos, manipulación de citotóxicos, manipulación de cargas, ruido, sistemas informatizados, vibraciones, PVD,carga mental y física, violencia física y verbal, falta de aplicación de los principios de la Ergonomía, movilización de pacientes, agentes químicos, condiciones termohigrométricas, factores Psicosociales como el estrés, burnout, mobbing, fatiga mental,  clima laboral, etc.

Las enfermeras conforman un importante grupo laboral que constituyen la columna vertebral de los servicios asistenciales. Presentan unas condiciones particulares de trabajo, representadas por la continuidad de su servicio durante las 24 horas. De la eficiencia y dedicación de las enfermeras depende la salud y bienestar de quienes requieren asistencia sanitaria y cuidados.

El trabajo de las enfermeras se realiza frecuentemente en una frontera difusa entre la vida y la muerte, especialmente  en la UCI, donde la supervivencia del paciente pende de un hilo. Muchos de estos pacientes se hallan en estado grave, sedados o inconscientes, otros son incapaces de valerse por sí mismos. Esta asistencia conlleva implícita multitud de riesgos, riesgos a los que está expuesto el personal de enfermería que no son tomados en cuenta por la propia Institución.

En las Unidades de Cuidados Intensivos se combina una gran responsabilidad y una continua disponibilidad a las necesidades de los enfermos. El trabajo en estos servicios es altamente estresante y agotador, la enfermera desde su competencia profesional, brinda cuidados óptimos y seguros, que favorecen la recuperación del paciente en el menor tiempo posible y minimice las complicaciones que puedan surgir, esto acompañado con el entorno de trabajo, mobiliario, aparataje médico, tecnología, clima laboral, condiciones de urgencia, etc. contribuyen a la aparición de riesgos para la salud de estos profesionales.

El problema surge cuando los propios profesionales no perciben esos riesgos, porque no tengan inculcada la cultura preventiva o desconocen los principios ergonómicos para una asistencia segura.

Las enfermeras tienen el triste privilegio de estar en la cabeza del ranking entre los trabajadores con lesiones dorsolumbares, son el único colectivo laboral que manipula a brazo pesos superiores a 60kg, con un promedio de 25 levantamientos o cambios posturales por jornada[4] . Los cuidados de enfermería en la UCI producen un gran desgaste físico y emocional, ya que ocasionan una cantidad y diversidad sustancial de situaciones en las que hay que efectuar un esfuerzo físico importante y esto repercute en su salud.
La aplicación de la Ergonomía en estos lugares de trabajo reportaría beneficios, principalmente para eliminar o reducir lesiones musculoesqueléticas, y deberíamos prestar interés en identificar  cuáles son los riesgos ergonómicos principales en la UCI y las medidas para reducirlos o eliminarlos,  garantizando la seguridad del profesional en su atención integral al paciente y una adecuada asistencia de calidad.
Dentro de los riesgos a los que están sometidos los profesionales de Enfermería es innegable que los riesgos biológicos ocupan un lugar destacado, en parte debido por la realización de un altísimo porcentaje del número de técnicas invasivas que se realizan en un servicio como es la UCI, pero por su mayor repercusión daremos mayor interés a la aplicación de la Ergonomía en los cuidados.
La Ergonomía es una multidisciplina que se preocupa de la adaptación del trabajo al trabajador, los objetivos de la ergonomía aplicada a los cuidados son la promoción de la salud y bienestar, reducción de accidentes y mejora de la calidad de la asistencia, así como la prevención de riesgos para la enfermera.
De todo esto surge la duda:  ¿realmente los profesionales de enfermería son conocedores de los riesgos implícitos en sus cuidados a pacientes en situación crítica?;¿aplicamos nuestros cuidados bajo principios ergonómicos?;¿ podemos ofrecer cuidados de calidad a la vez que velamos por nuestra seguridad?;¿es factible el cuidado al paciente crítico bajo condiciones ergonómicas?.
Aunque más bien parezca una hipótesis de estudio, afirmo, «La aplicación de la Ergonomía en los cuidados brindados en la UCI reporta beneficios tanto en la calidad de dichos cuidados como en la salud de los profesionales de enfermería».
Seguiremos investigando…


Bibliografía consultada:

[1] SERRA P, C. Manipulación de cargas. Taller sobre salud laboral en los hospitales andaluces. Huelva 19-20 Octubre 1995.p. 246

[2] ILO Nursing Personnel Convention nº 149. Genneva.

[3] Lospitao Gómez S. Enfermería UCI: una profesión con riesgos I. Proyecto Especialidad Higiene Industrial. Prevención Riesgos Laborales.  IMF. 2005.

[4] Borges Romero A.  Personal de Enfermería: condiciones de trabajo de alto riesgo. Salud de los Trabajadores.1998; 6(2).


Luz bañada de luz

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Entra en el escenario del Ancienne Belgique Luz Casal. Estamos en el primero de mayo bruselense que ha sido un día de tormentas y paseos en la Fôret des Soignes, el bosque de hayas donde hemos ido a buscar a Caperucita.

 A la mañana, hemos encontrado a su abuelita, al leñador, al lobo y a un cervatillo, pero no a la pobre Caperucita, que se ha escondido. No nos han asustado los truenos, que sonaban en la distancia y cuyo eco reverberaba entre los troncos y los helechos. No nos ha desanimado la lluvia, que caía a raudales entre las hayas, en vertical, como una cortina festiva sobre nuestro humilde y diminuto paraguas negro. Nos hemos perdido entre caminos que no llegaban a cruzar las autovías que atraviesan el bosque. Y esa pérdida nos ha permitido una intimidad desconocida con la foresta, porque la amiga que me acompañaba no conoce el miedo, no le asusta la lluvia, ni el ejercicio físico y con semejante compañera, todo era muy fácil. Íbamos escribiendo un cuento nuevo, reinterpretando a Hansel y a Gretel, pero con la esperanza secreta de encontrar a Caperucita.

 Las hayas, los tejos y los acebos. Las travesías empedradas, el sendero de largo recorrido que se escondía entre los árboles. El prado que se abría cuando lo hacía el cielo y se cubría de un sol momentáneo que calentaba los músculos y la esperanza de encontrar el camino….Todo se ha confabulado para concedernos unos minutos de encuentro con lo que somos. Había dos niños que no sabían qué buscaban en ese paseo, ni en la vida, y el bosque, sabio, eterno y bello, nos ha facilitado un poco el encuentro.

 Luego han venido los corredores, los jinetes y las paseantes con perro a rescatarnos de nuestro ensimismamiento. El camino ha acabado apareciendo y ya sólo quedaba prolongarlo hasta Tervuren, pasear bajo esa promenade de hojas marrones y verdes, sentir nuestra sangre revitalizada y clorofílica por la luz, la temperatura, la conversación y la risa…

 A la noche, junto a mi novio y otros amigos recuerdo yo toda esa felicidad mientras esperamos, de pie en el palco izquierdo del segundo piso, a que salga Luz Casal. Sin saberlo, cuando Luz entra en el escenario, aparece con ella Caperucita. Luz viste de rojo asimétrico y brillante. Se ondula y nos mira. Saluda al público de pie frente al escenario. Se dirige a los palcos y con los brazos abiertos, nos señala con gesto de reconocimiento por los aplausos de bienvenida. Su sonrisa dulce se pasea de un lado a otro. Su mirada cálida y agradecida nos bendice a todos como una Caperucita moderna que portara en lugar de una cesta, una garganta con el alimento que nos hace falta para acabar la jornada.

Luz comienza su actuación con Mi sono inamorata di teesa standard italiano de Luigi Tenco, que se había suicidado en 1967, en pleno festival de San Remo. La veo muy delgada. No es la Luz que recuerdo de actuaciones en televisión. Tampoco soy yo el niño que escuchaba una y otra vez la casete de sus primeros éxitos. Pienso en el camino recorrido por ambos.

A todo lo que canta Luz le imprime una profundidad dramática inesperada. Se desplaza por el escenario, moviendo sus botines de piel roja, y no deja de mirar a todos lados, comunicando a sus admiradores que lo que ella canta lo sabe bien porque lo ha vivido, y si no lo hubiera vivido, lo comprende.

 La Caperucita elástica que es Luz despliega los brazos con una elegancia de bailarina que prolonga su voz ronca y arenosa con los movimientos de sus manos. Saluda a la concurrencia y va presentado sus temas con una dulzura y humildad que desarman doblemente al ejército entregado que hemos ido a verla. El espacio es suyo. Cuando está parada, frente al micrófono, su presencia basta para llenar la sala: modula su voz en los graves y sincopa las versiones de sus temas de comienzos. El bajo, la batería, las guitarras y el piano le hacen la ola. Como nosotros, que vamos entusiasmándonos cuando la vemos dar pasos rockeros en Besar el suelo. Ella se inclina sobre el escenario y en cada estribillo, se agacha hasta casi besarlo. Cuanto más pegada a la tierra se encuentra, más se eleva sobre todos nosotros, más energía nos transmite: hay una mujer dolida y esperanzada en escena. Un ser que ha superado el cinismo y que entrega un mensaje excepcional. Correremos por las calles, gritaremos tú y yo que el amor es un misterio y que importa sólo a dos. Luz se gira, se balancea, se mesa los cabellos, interpreta el significado de una canción que todos coreamos y acaba agachada, plegada sobre sí, abrazando la intensidad etérea de su energía cerca del suelo. El mismo suelo del que ha remontado ya dos veces a causa de la enfermedad.

Contemplo a Luz entusiasmado cuando en una pausa instrumental, aparece de nuevo en escena con un vestido negro, de cuello Claudine y espalda desnuda, a juego con la elegancia de su voz y sus maneras. Trufa la actuación con temas clásicos y otros de su nuevo álbum, Almas gemelas. Siempre profesional, siempre la artista de Piensa en mí, Luz habla con su público, que está como yo, transido de la alegría de verla allí, de ver que ha superado el cáncer, que está afirmada de vida, que ella sí ha encontrado su camino en el bosque y trae una cesta de sentimientos, de recuerdos y emociones que nos sobrecogen a todos. La música la acaricia, ella se inclina hacia atrás, se curva sobre su espalda y nos regala su epifanía.

 De pronto, Luz nos recuerda que hay una canción de su tierra, un poema musicado de Rosalía de Castro, que quiere cantar. Se llama Negra Sombra. Y así, Luz bañada de luz, emociona hasta la lágrima: Si cantan, es que cantas. Si lloran, es que lloras. Eres el murmullo del río, y eres la noche y la aurora. Recuerdo entonces que mi amiga Chini estuvo viendo a Luz en el otoño de 2012, en otra sala de Bruselas, el Cirque Royal. Recuerdo entonces las palabras de Chini, que había sentido lo mismo que yo viendo a Luz. Que se había admirado de su porte escénico, de su madurez, de su dominio del francés, de su interlocución con un público como el de hoy: mixto, español y belga, y holandés, y ruso… todos reunidos en torno a un arte mayúsculo realizado con el corazón.

 Chini no sabía entonces que ya estaba condenada. Estaba viendo a una superviviente a la enfermedad, ingenua de su propio mal. Mientras Luz canta, me emociono por estar viviendo la misma emoción de mi amiga, ya muerta. La imagino en ese momento, disfrutando de la voz de esta gallega universal. La veo con sus amigas cincuentonas, apretadas en sus vaqueros, disfrutando de todos los temas rockeros de Luz, ingenua a lo que vendría después. Ella no sabía que esa misma voz de Luz sonaría, meses después, en su propio funeral. Esa misma Negra Sombra se oiría en la salida de la Iglesia, mientras se presentaban condolencias a su familia.

 Aún escucho la voz de Chini hablándome del concierto, enamorada de la noche tan maravillosa que había pasado. La estoy viendo en su despacho, avisándome de que no me perdiera una próxima actuación. Y allí estoy, parado, reviviendo en moviola todo, cuando me acerco a mi novio y le agarro la mano y siento su calor y doy gracias por el día que he pasado, por las sensaciones recibidas y recito una oración silente por Chini y, al final del concierto, me quemo las palmas de las manos aplaudiendo a Luz, que, aparecida entre los árboles, ha traído en su cesta, sin saberlo, el alimento que necesitaba, y me ha hecho recordar que hoy y ahora son las únicas dos palabras que importan.


La duda cartesiana enfermera: ¿Primer o segundo turno de café?

tea breakQueridas compañeras nóveles:

Lo que contempláis en la imagen forma parte de un ritual ancestral que ha formado parte de nuestra profesión desde tiempos inmemoriales. Unas enfermeras agrupadas alrededor de una mesa, tomando su café o té mientras comentan las últimas noticias del mundo, los chismorreos hospitalarios o los avatares de la vida misma. Con mantel o sin mantel, con cofia o sin ella, todas nos hemos tenido que enfrentar a la misma pregunta traducida a  miles de lenguas enfermeriles conocidas: ¿Tú prefieres primer o segundo turno de café?

Es aquí, queridas mías, donde os hago llamar la atención para que reflexionéis cuidadosamente vuestra respuesta. No es cosa de broma. Se han derrochado pergaminos y tinta a raudales hablando de lo que constituye la esencia de la vida. Filósofos sesudos y difíciles de comprender han debatido una y otra vez durante siglos acerca de dudas existenciales tales como: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos?…Menos mal que llegó un día el amigo Descartes y planteó su duda cartesiana. Se le ocurrió buscar una verdad de la que se tuviera absoluta certeza. Y encontró una: “Pienso, luego existo”

En el caso de las enfermeras la duda cartesiana podría formularse como: “tomo un café, y tras ello, existo”.  Sin cafeína o teína no nos es posible funcionar, lo sentimos. ¡Aviso a las castas superiores! Intentar limitar la ingesta de café puede conllevar peligros en el servicio.

No dejéis al azar, como si no tuviera importante, la resolución de esta duda cartesiana enfermera. Porque el decidir si eres del primer o segundo turno de café, no es una elección simple. Si acaso lo dudabais aquí lo queremos dejar claro, es una decisión trascendental (y a veces incluso definitiva).

No os dejaremos solas en este difícil proceso decisorio, sino que a continuación, os explicaremos detalladamente ciertas leyes y connotaciones que acompañan la elección de uno u otro turno:

  • Axioma mayor de la duda cartesiana enfermera: ¡Se ruega máxima atención! Si al preguntarte que prefieres dices, “me da igual”, eso significa invariablemente que quedarás para el segundo turno. No pienses que tienes ninguna oportunidad de salir en el primero si dices esta sandez. Enseñanza vital: ¡si quieres uno, di uno!
  • Quien lanza primero la pregunta al grupo de enfermeras que se encuentran en el control tras el pase de visita, es el más ansioso por tomarse el café. No os dejéis engañar, muere por la cafeína y por eso quiere zanjar la cuestión lo antes posible. Si os dice que le da igual… ¡miente!
  • El café puede ser preparado por la persona más madrugadora que entra a trabajar en el servicio. En ese caso, si es inteligente, dejará preparada la cafetera pero sin encender el botón en modo “on”. De otra forma, en el tiempo invertido en contar el parte os encontraréis que el café ha desaparecido… ¿duendes del hogar? ¡Noooooo! Seguir la estela olorosa de café….os guiará hacia la sala de los médicos (si no queréis herir sensibilidades (me refiero a las vuestras), no preguntéis si han pagado la cuota del café del mes)
  • En el caso de ser, casi todo el personal de enfermería, vetusto (aquí podemos utilizar otros términos como “viejuno”, “vieja gloria”, “calandraca”, etc.), saca el cuenco de palomitas y prepárate para presenciar la segunda parte de “Duelo de titanes”. Verás una negociación y regateo digna de un mercado en Estambul. Escucharás también justificaciones para poder salir el primero, de lo más variopintas. Si la cosa queda en tablas se apresurarán a cortar papelitos que serán usados en un sorteo. Decorados con tacitas de café o caras tristes con lagrimita solitaria. Invariablemente siempre hay un suertudo al que le toca siempre el papelito con la taza de café. Se ruega tener buen perder y aguantar estoicamente hasta el segundo turno.
  • El primer turno siempre es más largo. Es duro de asimilar, pero cuanto antes lo sepáis mejor. En el turno de mañana porque  a todos nos cuesta ponernos en marcha, el de la tarde, porque  siente deseos de charlar o invierte ese tiempo en la comida, y el de la noche extiende el tiempo para que el turno no se haga tan largo. El segundo…cortito, ¡como el café! Si os da la impresión de que llevan una hora desayunando, nuestro consejo es que dejéis de mirar los relojes. Para no sufrir…
  • Si hay alguna sobra apetitosa del turno o turnos previos, desaparecerá en el primer turno. El personal de enfermería (y a veces otra vez los duendes del hogar) se abalanzarán sobre el último trozo de tarta o queso del pueblo, traído por fulanita o menganita.
  • El segundo turno de café encontrará casi siempre un gran bol de patatas/palomitas vacío, salvo por la solitaria presencia de una  patata rancia, unas palomitas requemadas o los granos de maíz que han quedado sin hacer. Esto tiene un mensaje claro, que no es por cierto, “te hemos guardado algo”, sino… ¡lo lava el segundo turno! Se aconseja en este momento respirar profundo y agarrar la esponja y el “Fairy”. No descartamos la posibilidad de tener también que recoger el despliegue de medios extendida por toda  la mesa, más los manchurrones de paté, aceite, etc. Sobre todo si ese día sólo has tomado un café solitario. Tocará también secar y guardar toda la loza, por descontado.
  • Se espera que el personal de enfermería novel respete las canas y ceda el primer turno a los veteranos (“como mandan los cánones”) ¡Ojo al parche! Intentad aguantar la presión y aprender a negociar. Frases como: “Si no os importa me gustaría salir en el primer turno si es posible…”, se juzgará educado e incluso, podrás ser mirado como digno contrincante del “Juego de Tronos” del café.
  • No penséis por lo anteriormente afirmado, que el segundo turno no conlleva ciertas ventajas. Ya os lo dijimos desde el principio. Es esencial pensar cuidadosamente la elección. Hay especímenes enfermeros veteranos, que prefieren siempre segundo turno. Tampoco en este punto, hay que dejarse llamar a engaño. Esperará tranquilamente charlando con su compañera hasta la llegada del primer turno y no se apresurará a asear a sus pacientes. Cuando llegue de tomar el café, se encontrará aseada a casi toda la unidad y sólo quedarán sus pacientes por levantar. No os sorprendáis si os parecen los más deportistas o trasnochadores. Se han detectado un porcentaje elevado de alérgicos a la esponja en este tipo de turnos.

Y ahora, queridas compañeras, recién ingresadas en las filas de esta apasionante profesión, ya tenéis la información precisa para pensar concienzudamente vuestra respuesta. Aconsejamos, encarecidamente, no anclarse a uno u otro tipo de turno. El estudio antropológico ha demostrado que la estancia en diferentes hábitats son las que traen mayor aprendizaje y enriquecimiento personal. Adentraros en los dos, observar y elegid…

¿Tú eres de primer o segundo turno? ¡¡¡No me lo digas!!! La duda cartesiana nunca te abandonará en tu vida enfermera. Me pregunto si Florence Nightingale o la Henderson eran de primero o segundo… ¡de primero fijo!

 

 


Bioética y dignidad

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Sonia Vizcaíno Núñez
 «La vida nos da la muerte, y por eso quien la olvida tiene olvido de la vida». Para mí la enfermería no es sólo una profesión, si no una forma de ser y ver la vida.» Diego Sánchez de Badajoz,  La farsa de la muerte

 

 

Sonia Vizcaíno, es enfermera y actualmente está dedicada a los Cuidados Paliativos. Interesada y formada en el campo de la bioética, ha querido colaborar esta semana con Nightingale&Co para aportarnos su visión sobre la corriente personalista de la bioética, una corriente que se centra en la protección de la persona y el valor de la vida humana. Desde aquí queremos agradecer que comparta estas líneas con nosotros. Gracias Sonia!

 

BIOÉTICA Y DIGNIDAD

Miles son los conflictos éticos a los que nos enfrentamos el personal sanitario a diario en nuestra práctica clínica. Pero mayores son aun los que aparecen ante esos pacientes de los cuales no tenemos claro si su vida se puede considerar o no digna, como pacientes en estado vegetativo persistente, con deterioros cognitivos y funcionales severos o con  cánceres terminales. Para resolver dichas cuestiones tenemos la Bioética y sus distintas corrientes, una disciplina que se encargará de recordarnos el valor y dignidad de la vida humana. Sólo tomando conciencia sobre dicha dignidad, podremos resolver los conflictos éticos que surjan y proporcionar una asistencia sanitaria de calidad.

 

En primer lugar debemos ser concientes que los avances científicos y técnicos supusieron décadas atrás la posibilidad de “curar” sin “cuidar”, lo que hizo pasar al cuidado a un segundo plano, y por consiguiente a un plano más lejano la relación terapéutica, deshumanizando tanto la Medicina como la Enfermería. Es por estos avances por los que apareció en la década de los setenta la Bioética como un “puente” entre ciencia y humanismo, que se encargará de estudiar los actos humanos en el campo de la salud y la vida desde el punto de vista de su licitud moral, es decir, de si son “buenos” o “malos”, recordándonos el valor de la vida humana. Partiendo de esta base, cualquier actividad asistencial o cuidado dirigido a una persona debe basarse en dicho valor, que vendrá dado por la dignidad ontológica de la misma. Todo ser humano por el hecho de ser persona tiene dignidad, independientemente de su calidad de vida (dignidad basada en calidad de vida), o de si ha sido una buena o mala persona (dignidad moral). Simplemente por el hecho de ser persona, es digna desde el momento de su creación hasta el de su muerte. Y esta dignidad no viene dada por la parte material (o cuerpo) del ser humano, si no por su parte inmaterial, el espíritu o su alma.

 

Y es que precisamente cuando la enfermedad deteriora el cuerpo o parte material del ser humano, hay algo que permanece intacto, que es su alma. No debemos caer en el materialismo. Si nos damos cuenta el cuerpo se satisface de lo material, pero hay una parte de nosotros que no encuentra satisfacción en cosas materiales, si no que alcanza su plenitud con cosas inmateriales como el arte, la música o el amor. Esta exaltación del alma humana se ve claramente en los pacientes en situación terminal, cuando su cuerpo se va deteriorando con la enfermedad y la calidad de vida disminuye, la persona aun siente que hay algo vivo e intacto dentro de él que le otorga su valor.

 

La mejor manera de tomar conciencia acerca de la dignidad ontológica de nuestros pacientes es mirándoles a los ojos, escuchándoles e interesándonos por su bien personal hacia el que debemos dirigir nuestros cuidados. Este bien personal no tiene que corresponderse con el bien para su salud, sino con el bien de el paciente en particular. A partir de esta MIRADA surgirá en el profesional toda una experiencia moral que no le dejará impasible, que buscará el proporcionarle no sólo el bien para su salud, si no el bien para el mismo, y que además alimentará su vocación profesional.

 

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Estos párrafos son el fundamento de la Bioética Personalista, o al menos lo que yo considero la base del Personalismo, una corriente que se centra en la protección de la persona y el valor de la vida humana. Por ello, el Personalismo se opone a cualquier práctica que viole la dignidad del ser humano, una corriente muy basada en la defensa y amor a la vida humana, sin por ello rechazo a los avances científicos y tecnológicos.

 

Fdo: Sonia Vizcaíno Núñez

 


Primeros Auxilios Psicológicos

 

Durante algunos años de mi vida colaboré como enfermero en un equipo de Intervención Psicológica en Catástrofes. Allí pude acceder a una serie de conocimientos que me permitieron acercarme de una manera más humana, y creo que más profesional, a la forma de intervenir en situaciones en las que las personas se ven sometidas a un estrés psicológico, en algunos casos, extremo.

Al igual que ante una parada cardiorrespiratoria se nos instruye en la realización de una serie de pautas básicas e inmediatas para la recuperación del paciente, fue bastante interesante descubrir como la realización de actividades básicas e inmediatas pueden ofrecer un antes y un después en el afrontamiento de situaciones de distréss emocional.

Estas pautas forman parte de la formación del personal de emergencias habitualmente. En el quehacer diario nos encontramos con situaciones bastante conflictivas relacionadas con la psicología del paciente. Espero equivocarme, pero creo que los profesionales de enfermería no estamos formados suficientemente en áreas tan vitales para la persona como ésta. El manejo de las emociones, el establecimiento de esa cuarta pared en el cuidado de las personas, …. no facilitan nuestra labor. Imaginaos por un momento que algunas de esas pautas pudiéramos desligarlas exclusivamente de la intervención en emergencias y pudiéramos llevarlas a lo más cotidiano, a nuestra función asistencial… Aquí os hago una brevísima introducción al tema. Decididlo vosotros mismos.

Primeros Auxilios Psicológicos

La persona se enfrenta al mundo que le rodea a través de mecanismos que a lo largo de su vida maneja, gestiona, desarrolla, potencia, ….. Esos mecanismos se ven condicionados por algo tan vital para el ser humano como son las emociones , Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen como finalidad conseguir la adaptación de la persona  a lo que nos rodea.

En muchas ocasiones y, ante situaciones determinadas como son las pérdidas, se ponen en marcha mecanismos de estrés que alteran toda la funcionalidad orgánica y emocional. Algo que no tenemos en cuenta habitualmente es que la sensación de pérdida puede ser física, material, emocional, de seguridad, ….  y que cada individuo valora de forma diferente sus pérdida. En estas situaciones hablamos de “crisis”. Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización de la persona caracterizado por la sensación de incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares y en la que no sirven los métodos de afrontamiento habituales. Cabe destacar que existen crisis esistenciales naturales dentro del proceso de crecimiento del ser humano.

El concepto de Intervención en Crisis se define como un proceso de ayuda dirigido a auxiliar a una persona para enfrentarse a una crisis o suceso traumático de modo que la probabilidad de debilitar las consecuencias negativas aminoren y la probabilidad de crecimiento personal se incremente.

Los Primeros Auxilios Psicosociales, se diseñaron para ayudar, de manera inmediata, a las personas a restaurar su equilibrio y adaptación psicosocial. Es ofrecido por personal entrenado que entra en contacto con las personas en los primeros momentos después del desastre u evento traumático en cuestión. Son un conjunto de actuaciones inmediatas encaminadas a paliar el sufrimiento psicológico de los afectados por una situación crítica o traumática mediante la potenciación y el empleo de sus propios recursos.

Algo importante a tener en cuenta es no etiquetar de enfermedad lo que constituye una reacción normal a una situación excepcional. Las personas tienen más recursos y resistencia psicológica de lo que aparentan.

La intervención debería cumplir los requisitos de inmediatez, proximidad, simplicidad y expectativa de pronta recuperación.

Principios de atención en emergencias/urgencias psicológicas:

Las lesiones emocionales son tan reales y tan serias como las físicas.

Casi toda persona que está envuelta en un desastre, sufre un accidente o cualquier otro tipo de situación crítica, experimentará algún tipo de alteración emocional.

Todos tenemos un “punto de ruptura”.

Los sentimientos de cada persona son muy válidos para ella.

Cada persona tiene derecho a sentirse como se siente.

Nadie elige estar alterado emocionalmente en una situación crítica.

Enrique Parada( 2002)

Principios generales de intervención

Vamos a ver esos principios básicos de intervención. Normalmente, se llevan a cabo sin valorar la importancia que conllevan. Reconocerlos y asumirlos y, sobre todo, ser conscientes de su realización configuran una esfera de eficacia y efectividad en el marco de la intervención psicológica.

Actúa con calma. La calma es casi tan contagiosa como el nerviosismo.

Escuchar a la persona afectada le permite contar qué le ha ocurrido. No la juzgues aunque lo que te cuente sea inconexo o increíble.

Ten cuidado con el contacto físico. No todo el mundo lo tolera bien, puede sentirse amenazada y/o invadida.

Permite a la persona que se desahogue. Reacciones como el llanto, el no querer hablar, la ira, la búsqueda de seres queridos, …. son normales en situaciones traumáticas.

Principios técnicos utilizados en los primeros auxilios psicológicos.

Lo primero es identificarse.

Traslada a la persona (en la medida de lo posible) a un lugar calmado

Ponte a nivel de la persona. Si está sentada, hacerlo nosotros también. Esto marcará un punto de igualdad importante que facilita la conversación y la relación terapéutica.

Escucha  de forma responsable: escucha atenta y cuidadosamente.

Permite la libre expresión de la persona, en primer término. Debes estar preparado para invertir tiempo con la persona.

Transmite la necesidad de aceptar lo ocurrido, pues ya no se puede modificar.

Realiza resúmenes periódicos de la exposición de la persona: permite la organización del pensamiento.

Provee de información en la medida de lo posible. Fortalece lo positivo, la sensación de seguridad y de control de la situación.

Orienta en lo necesario pero evitando los “consejos directivos”.

Acepta a  las personas tal y como son, respeta su dignidad y sus derechos.

Sé empático, que significa ponerse en el lugar del otro, comprende lo que le está sucediendo.

Crea una atmósfera calurosa y humana alrededor de la víctima.

Abstente de proporcionar a la personas falsas esperanzas o prometer nada que no se pueda cumplir.

Desarrolla de actividades para el manejo del estrés.

Procura no instarla a tomar decisiones si estas pueden ser postergadas, o se encuentra en un alto grado de descontrol.

Aguanta los momentos de silencio. El silencio también es una forma de comunicarse. Facilita la organización de la información, sirve para tomar aire, permite cambiar perspectivas, …. o simplemente, escuchar. Normalmente, suele ser incómodo para el que escucha porque siente que debe decir o hacer algo en ese momento en concreto. El silencio es una fuente de información en muchos casos.

Muestra reacciones de comprensión y empatía, pero no negativas.

Facilita a la persona necesidades básicas (beber, orinar, …). Beber agua no tranquiliza, simplemente distrae a la persona. Si lo haces, hazlo de forma consciente y no como mecanismo para llenar el tiempo.

Mantén a la persona acompañada.

Nunca asumas que es imposible comunicarse con alguien hasta haberlo intentado.

 

Después de todo esto, ¿creéis que no son útiles los Primeros Auxilios Psicológicos para el profesional de enfermería? Yo creo que sí, demasiado. Son una herramienta metodológica que facilita nuestra labor en ese aspecto tan denostado por la profesión como es el apoyo psicológico de la persona. Ponedlos en funcionamiento y, veréis los resultados.


Momentos

Ana Escolano
Ana Escolano es celadora en el H.U. de Fuenlabrada
Licenciada en Filología Hispánica
Enamorada de la naturaleza y la literatura.

CUANDO NACER ES UN RETO

 

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La llegada de una nueva vida trae consigo una estela de esperanza y alegría. Son nueve meses de espera en los que el cuerpo de la madre trabaja intensamente y se prepara para darle las mejores opciones a su hijo. Durante este tiempo, el resto de los miembros de la familia se imaginan como es el nuevo hijo, hermano, nieto… que transformará sus vidas. Se preguntan cómo serán sus facciones, si le interesará la pintura  o en cambio será un gran aficionado al fútbol como su padre. La sonrisa acude con facilidad a nuestros labios cuando ideamos ese momento, enternecidos ante la suavidad de esa piel cuyo olor natural identificamos inmediatamente con la felicidad. Y cuando llega el momento del parto, el júbilo se desborda y la familia se reúne en pleno en medio de una gran excitación, esperando su oportunidad de ver el rostro arrugado y sonrosado. Todos se apresurarán en sacar parecidos e intentarán (¡o no!) tomarlo en brazos.

En medio de esta alegría, nadie cuenta con que haya complicaciones. Parece inasumible y aterrador que exista la posibilidad de que ese pequeño bebé tenga complicaciones y deba ser internado en una UCI neonatal. Durante todo el embarazo las ecografías y los análisis mostraron que el niño se encontraba bien y ahora, a los pocos minutos de vida, ha tenido que ser separado de los brazos de su madre para ser asistido por sondas y tubos que se ven temiblemente agresivos en el pequeño y frágil cuerpo del bebé. Es por tanto muy complicado, poder plasmar las emociones y pensamientos que esta dura experiencia trae consigo para una madre. Una madre para la que el corte del cordón umbilical es sólo un hecho físico y circunstancial, pero que ella siente aún presente y fuerte para el resto de su vida.

Este domingo una persona generosa que pasó por esta dura experiencia, quiere compartir con nosotros el impacto que supuso para ella ver a su hijo recién nacido pasar por complicaciones extremas. Para ello ha elegido un lenguaje poético. En ocasiones como ésta se convierte  en la mejor manera de poder plasmar los sentimientos que nacen desde el  corazón. Desde Nightingaleandco queremos agradecerte, Ana, que hayas puesto palabras a este episodio doloroso de tu vida con tanta valentía

Ana Medina Reina. Edición Nightingaleandco

 

MOMENTOS

 

A veces, el destino se encapricha tontamente.

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A veces. Sólo a veces.

La vida gira, tu vida gira, y

después de las cuarenta, cuarenta y dos semanas de rigor,

de larga espera,

de los nervios a lo desconocido,

los nervios, lo desconocido,

llega ese momento que se presupone tan feliz;

estás a un paso de que tu vida cambie completamente,

una vida nueva,

tu nueva vida.

Miedo, dolor, esperanza, alegría…

Y cuando crees que todo ha pasado,

y que tu bebé estará en tus brazos ya,

sin saber nada, sin sentir nada,

en un momento,

el miedo se convierte en terror,

desesperanza, furia, miedo, más miedo,

frustración, ira, más ira…

Imposible describir con palabras, cómo el día más feliz de tu vida,

el día en el que te haces madre,

se convierte, sin saberlo, en el día más doloroso de tu vida.

Un dolor que se clava en las entrañas, que te recorre la piel,

todos los poros de la piel,

y no cesa, infinito, infinitamente, abisal, abismo insondable,

abismo, pánico, terror.

Dolor. Dolor.

Incubadoras, agujas, sondas…

Incomprensión, llantos, gritos, lamentos.

Más gritos que no salen. Más lamentos.

Desesperación, tristeza, lágrimas, sueños rotos en mil, millones de pedazos.

Angustias…

Porqués, porqués…Incertidumbre…

Y sobre todo AMOR; porque sabes que sólo que da el amor,

el amor más grande, y porque sabes, intuyes que el amor romperá,

rasgará, los muros de la desilusión.

Y aprendes a volver a vivir, te acostumbras de nuevo a vivir

Y a veces, tantas veces, el destino

se encapricha tontame

 

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Sobre la formación en primeros auxilios a escolares…

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 «Enfermero por casualidad, empeñado en superarse cada vez más a sí mismo. Con el objetivo de aprender día a día de mi profesión, para poder dar unos cuidados de calidad a mis pacientes. Ya lo decía Florence Nightingale: La observación indica cómo está el paciente; la reflexión indica qué hay que hacer; la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo. La formación y la experiencia son necesarias para saber cómo observa y qué observar; cómo pensar y qué pensar

Koke

La parada cardiorrespiratoria (PCR) es una de las causas de muerte súbita más frecuente en España. La incidencia de muerte súbita es relativamente elevada y se considera que cada año fallecen alrededor de 16.000 personas por Infarto Agudo de Miocardio (IAM) antes de tener la posibilidad de recibir asistencia cualificada (1,2,3,4,5,6).

Estudiando los casos constatados, se ha observado que un 80% de las PCR son de origen cardíaco, sobre todo secundarias a patología coronaria en el paciente adulto. Según los datos de SAMUR-PC durante el año 2009 fueron atendidas 354 personas de parada cardiorrespiratoria en locales públicos y en vía pública.(1,2) De éstas un 44% fueron recuperadas e ingresaron en el hospital.(7)

La PCR, por tanto, es una de las situaciones de emergencia a las que debemos de hacer frente de una forma eficaz y en un tiempo mínimo. Se caracteriza por un cese brusco e inesperado, generalmente reversible, de la función respiratoria y circulatoria. Este estado va asociado a un cese del transporte de oxígeno a los tejidos, produciéndose una isquemia, que si se mantuviese en el tiempo, daría lugar irremediablemente a la muerte celular y finalmente a la muerte del individuo.

Una parada cardiorrespiratoria puede iniciarse como una parada respiratoria y posteriormente inducir una parada cardíaca, como es frecuente en pediatría, o instaurarse desde el primer momento como una parada cardíaca.(7,8)

La parada cardíaca súbita secundaria a una cardiopatía isquémica, se muestra como una de las principales causas de mortalidad en España y Europa, afectando a jóvenes y adultos, y siendo la fibrilación ventricular (FV) el ritmo más frecuente de presentación. Esta fibrilación ventricular es un ritmo potencialmente recuperable siempre y cuando se administre una descarga eléctrica proporcionada por un desfibrilador semiautomático de forma precoz. Cada minuto que se pierde, el buen pronóstico del paciente se reduce cerca de un 10%.(9,10,11)

El diagnóstico de la parada cardiorrespiratoria se basa en la valoración de los signos como la pérdida brusca de la consciencia, ausencia de pulsos centrales, cianosis, apnea y/o gasping (respiración agónica) y midriasis. Puede producirse por múltiples factores, desde una enfermedad hasta determinados traumatismos o accidentes, de ahí la importancia de la adquisición de las técnicas y habilidades en el tratamiento precoz por parte de la población lego (2,9), es decir, población no profesional.

Actualmente, para reanimadores lego, asociaciones como la American Heart Association (AHA) o la European Resuscitation Council (ERC) recomiendan utilizar únicamente masaje cardíaco externo en un adulto en parada cardiorrespiratoria, logrando un ritmo de al menos 100 compresiones por minuto y obviando la respiración boca a boca. Esta recomendación ha dado lugar tras la conclusión de varios estudios en los que se demuestra que con unas compresiones eficaces, se consigue movilizar la sangre oxigenada anteriormente a la parada, irrigando tejidos como el miocardio y el cerebro.(12,13,14) Con la eliminación del boca a boca se logra, una premisa fundamental a la hora de la actuación por parte de los reanimadores, la autoprotección.

Pero para que todos estos factores concluyan en el éxito de la reanimación cardiopulmonar (RCP) y en definitiva se consiga salvar una vida, debemos entrenar a la población en la activación de lo que conocemos como cadena de supervivencia, de una forma rápida y eficaz. Podríamos hablar de la cadena de supervivencia como el elemento más importante en el tratamiento de una parada cardiorrespiratoria. Ésta cuenta con cinco eslabones: reconocimiento inmediato del paro cardíaco y activación de los sistemas de emergencia, reanimación cardiopulmonar precoz con énfasis en las compresiones torácicas, desfibrilación rápida, soporte vital avanzado para su tratamiento, traslado a un centro especializado y cuidados post parada cardiorrespiratoria.(10,11,12,13,14,15,16)

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De estos cinco eslabones, la población lego debe de ser entrenada para poner en marcha los tres primeros eslabones: aviso al servicio de emergencias 112, reanimación cardiopulmonar precoz y desfibrilación precoz.

Dada mi experiencia durante cinco años en los servicios de emergencias de SAMUR-PC y Cruz Roja como formador en materia de primeros auxilios a escolares y diferentes organismos, como Guardia Civil y Policía Nacional, he podido observar de qué manera un alto porcentaje de la población lego no sabría cómo actuar ante una situación de PCR.

Teniendo en cuenta que un servicio de emergencias como SAMUR-PC en la ciudad de Madrid, tiene un tiempo de respuesta de aproximadamente siete minutos y que a partir de cuatro minutos de parada cardiorrespiratoria empezaríamos a perder neuronas provocándose un daño cerebral irreversible, se torna imprescindible que cualquier ciudadano (con la previa adquisición de conocimientos teóricos y prácticos) sea capaz de actuar frente a una PCR como primer interviniente, pudiendo prestar unos primeros auxilios básicos e incluso poder desfibrilar de una forma precoz, aumentando así el éxito de la resucitación cardiopulmonar y pudiendo triplicar la tasa de supervivencia.

Es por esta cuestión por la que pienso que la adquisición de conocimientos en cuanto a cómo manejar una situación crítica se muestra fundamental, siendo importante entrenar en la consecución de estas habilidades a edades tempranas en un medio como la escuela.

Al realizar estos cursos en una formación obligatoria, estamos haciendo que nuestros hijos, vecinos, amigos, etc. tengan conocimientos y estén entrenados para poder salvar una vida a un ser cercano o incluso la nuestra propia.

Mediante estos proyectos, se logra formar a un gran número de alumnos para que sean capaces de salvar la vida de cualquier persona que se encuentre en una situación de parada cardiorrespiratoria, mientras esperan a la llegada de los servicios de emergencias.

Sería ideal como elemento principal y novedoso de estos proyectos, que se eliminasen los tiempos de espera que pueden llegar a desmotivar a los alumnos. Se trata de hacer sesiones más dinámicas en dónde cada alumno dispondrá de un maniquí, algo difícil dada la poca financiación que se dedica a la formación en primeros auxilios. Se elimina por tanto, el método de enseñanza tradicional, en el que, un ratio de aproximadamente nueve alumnos se disponen en círculo en torno a un maniquí y a un monitor. Este nuevo método que cada día se intenta poner más en práctica, utilizado en la actualidad en América del norte, ayuda a que el alumnado se muestre mucho más activo en la totalidad de la parte práctica de la sesión aumentando su capacidad de retención de conocimientos, la práctica de la reanimación cardiopulmonar y la motivación por el contenido de las sesiones planteadas.

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