NIGHTINGALE & CO
Nightingale&Co es un blog de carácter personal, formado por un grupo de profesionales sanitarios preocupados por el cuidado integral de las personas, y cuyo compromiso se centra en aportar una visión reflexiva donde la experiencia y los diferentes puntos de vista de los profesionales implicados en los cuidados, puedan servir para mejorar la calidad en la asistencia profesional basada en la evidencia.

Querida Lola: Quien salva una vida…

 

 

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No nos conocemos en persona, pero a pesar de eso, contigo existe una sensación ciertamente irreal en  las conexiones vía online. Eres capaz de atravesar esas redes de lo invisible para hacerte cercana. La primera vez que supe de ti fue a través de la noticia de la publicación de tu libro, “Sanatio”. El argumento resultaba muy atrayente para mí, amante de la novela histórica y de la literatura en general. Pero el verdadero choque llegó cuando al visitar tu blog, tuve la certeza de encontrarme ante la presencia de una mujer notable. De esas que sacuden a los que se encuentran a su alrededor por ser como un núcleo atómico, rodeado siempre por nubes de electrones enamorados de él por la fuerza de un amor electromagnético. No sólo eras escritora, leí, sino también enfermera, licenciada en Geografía e Historia, Máster en Ciencias Políticas y Derecho Sanitario…Esos títulos hablaban mucho de tu búsqueda vital y tu tesón. Los que hemos emprendido el camino de estudiar más allá de la frontera estrictamente profesional, entendemos  su implicación, la riqueza y el crecimiento que se logra, pero también el coste.

Me preguntaba cómo sería la Lola en cuerpo y sangre, la real, la que se alegra y se entristece, la que disfruta de una buena lectura, la que se enfada por los desastres y noticias que se van desgranando en la red (y que tú te apresuras a retwittear con indignación, para que los demás también nos enteremos) De repente el 4 de Julio leí la noticia de tu propia mano, habías dado el paso de ser donante en vida. Tu labor como enfermera y cuidadora durante años de una persona querida con ERC, te ha hecho ser testigo y parte de lo que supone vivir dependiente de una diálisis, y las dificultades que esto entraña. Este hecho te conmovió. En el diccionario “conmover” es un verbo que significa “provocar en una persona pena y dolor, la desgracia o sufrimiento que padece otra”, y también “sacudir o alterar una cosa, especialmente no material”. Lola, has sido capaz de mostrarnos que en este mundo también es posible sacudir y alterar. Transformar la vida de los demás es factible a través de la donación en vida. Tú además nos muestras que ese camino  de donación, de regalo de ti misma, es posible también para nosotros si encontramos la valentía de seguir tus pasos.

La narración de tu experiencia ha nacido con un poder extraordinario: despertarnos de la indiferencia. Ese estado emocional que impregna cada uno de los recovecos de nuestra sociedad, invitándonos incansable a ser autistas emocionales ajenos al sufrimiento de los demás. Esta indiferencia es la que nos enseña, pacientemente, a no tomar decisiones, a no ser capaces de ser críticos, a no ser capaces de pensar. A construir lo que Hannah Arendt llamaba la “puerta del mal”. En tu blog nos dices que “Nada me es indiferente”,  y efectivamente, siendo consecuente con este pensamiento, has hecho real esta reflexión a través de hechos concretos. El futuro no nos ha sido prometido, sino que debemos ser nosotros los que lo cimentemos a través de una vida con sentido, como la tuya.

Querida Lola, en el libro sagrado judío, el  Talmud Yerushalmi, en la  Mishnah, se puede leer en una de sus partes: «Kol hamekayem nefesh ahat, keilu mekayem Olam male», que significa “Quien salva una vida, salva al mundo entero”. No sólo, en un gesto de amor sin barreras de sangre, dolor, sufrimiento y  noches en vela, has salvado una vida, sino quizás la  de todos nosotros. Gracias por ser diferente y única.

 

donar en vida

 


Entrevista a un enfermero: Nacho González

igonzalez1 Ignacio González Herrero

«Siempre me gusto el área de la salud así que me hice enfermero, o enfermera ;-). Además de eso, me di cuenta que la formación era algo que se me daba bien, así que  empecé a formarme en ese área (Formador de área, Formador de formadores, Instructor, Formador virtual), en la Urgencia y los Cuidados Críticos. Otra cosa que creo que es interesante para aplicar cuidados en la actualidad, son las redes sociales y  el mundo 2.0».

La educación para la salud es un componente indispensable de la asistencia de enfermería y se orienta a fomentar, conservar, y restaurar la salud así como adaptarse a los efectos residuales de la enfermedad (1). Dentro de las competencias de los profesionales de Enfermería encontramos la actividad docente y como tal, debemos satisfacer las necesidades de educación de la población. Debemos saber que ésta, se considera como una función independiente de la práctica y una responsabilidad primordial de las enfermeras.

La formación dirigida a la población en materia de salud es una herramienta e instrumento, que ayuda a los profesionales de Enfermería en la creación de una cultura de cambio en las conductas, hacia hábitos saludables.

Este domingo tenemos la gran suerte de contar con la colaboración de Ignacio González Herrero que  a través de esta interesante entrevista nos acercará un poco más a este campo,competencia también de la enfermera,como es la docencia.

1.-  ¿Cómo surgió la idea de ofrecer formación sanitaria a la población?

Pues, la verdad… no lo sé. Cuando estaba en la escuela de Enfermería, realicé mi primer curso para ser formador, concretamente  en Cruz Roja en Soria.

Al cabo del tiempo, me di cuenta que llegando a la población con información y formación, me aportaba mucho en lo personal,  ver como lo que mostrabas en tus charlas, les era útil para el día a día de las personas.

Después de eso empecé a formarme como formador-profesor, primero centrado en un perfil más profesional, pero desde hace unos años, veo que me es más reconfortante y encima más eficiente, ya que una población formada en, por ejemplo primero auxilios y prevención, usan los servicios sanitarios con mejores criterios  (ja,ja,ja).

2.- ¿Cuál ha sido tu motivación para implicarte en estos proyectos?

Puede que parezca un poco filosófico,  pero es devolver a  la sociedad lo que ella invirtió en mí.  Además, y eso siempre creo que hay sentirse bien y motivado al realizar cualquier cosa, y yo con esto, con la formación, disfruto.

3.-¿Es necesaria la figura de la enfermería en este  tipo de programas formativos?

Necesario es poco. Si recordamos las áreas competencia de la enfermería son la asistencial, la investigadora, gestora y FORMACIÓN.  La profesión creo que sólo se centra en la acción asistencial dejando la formación un poco en segunda plano.

4.-¿Qué puede aportar la Enfermería a la población y a su educación sanitaria?

Primero, darle una visión científica y actualizada para mejorar su salud.

Segundo, cercanía. Somos un colectivo que conecta con el paciente y con la familia. Podríamos ser un referente a la comunidad si nos lo propusiéramos.

5.- ¿La Enfermería es reconocida en este nuevo campo?.

La pregunta debería hacérnosla nosotros ¿conocemos nuestras posibilidades? ¿Somos conscientes de nuestro potencial?

Suelo hablar de este tema con compañeras y compañeros del mi unidad, la Unidad de Cuidados Intensivos(UCI) y la respuesta es siempre “no, yo no valgo”, a lo que respondo “¿lo has intentado?, y si no lo has hecho ¿te gustaría intentarlo”…. Siempre es una respuesta negativa.

Pero cuando lo prueban, pocas personas no repiten.

6.- ¿ La formación en temas de salud y enfermedad  a la población es competencia de las enfermeras?

No solo es nuestras, al igual que la salud de los ciudadanos, depende de más agentes , Medicina,  Psicología, Trabajo Social… Cada uno en su área, con un fin común, proporcionar al ciudadano las herramientas para que el éste sea consciente de su salud.

7.- ¿Cuál es tu grado de satisfacción, Nacho?

Alto, y espero que dure, ya que si no fuese así… algo habría que cambiar.

 

Desde Nightingale&Co queremos agradecer a Nacho su aportación a través de esta entrevista y le esperamos en  próximas colaboraciones. ¡Feliz verano!

 

 

 

 

(1).- Marriner Tomey Ann, “Modelos y Teorías en Enfermerías”, 4ª. Edición, Ed. Mosby 1999, 529-535.

 

 

 

 


Pasillos con orgullo

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Recorrer una calle suele ser un hecho habitual. Tenemos nuestro lado para hacerlo. Sabemos exactamente cuáles son los comercios que la habitan, en qué orden se encuentran, la ubicación de los árboles, donde se encuentra el quiosco, qué hay detrás de la esquina e, incluso, conocemos las caras de aquellos que al igual que nosotros recorren la calle por nuestro lado.

Pero si por alguna cuestión del destino nos vemos en la obligación de cambiar de acera, nuestra calle recoge todos esos matices que había perdido y que le dan su carácter. Adquiere tonalidades nuevas, formas nuevas, descubrimos esquinas nuevas, el cielo no se compone de las mismas nubes ni tan siquiera el tiempo de recorrido es el mismo. Pero, sobre todo, hay caras nuevas que te acompañan con cada paso haciendo ese mismo recorrido. Te das cuenta de que las callen tienen personalidades diferentes según el lado por el que las recorres.

Marzo puede ser un mes normal. Para mí este año no lo ha sido. Ha sido mi tiempo de cambio de acera. He dejado de ser el profesional para convertirme en el familiar del paciente que tiene que disfrutar de los dos lados de la calle, aunque más bien debería decir, de los dos lados del pasillo.

En diciembre se le diagnosticó a mi madre inicialmente un cáncer de encía que, posteriormente, se confirmó se había extendido a la mandíbula.

Tan sólo habían pasado dos días, 48 horas desde que el quirófano se había convertido en el protagonista de la historia. Dos días desde que se había levantado por última vez de su cama; desde que se había mirado en el espejo de su habitación por última vez. Lo que más me preocupaba era la sensación de pérdida de identidad, esa de la que hemos hablado en tantas ocasiones y que se produce por el hecho de no ser capaz de reconocerte en el espejo, de no ser capaz de identificarte con el reflejo fiel de la realidad que hay delante de ti.

Con ayuda salió de la cama; en principio, una tarea sencilla pero no en aquel momento. Tenía ganas de ir al WC y con mucho esfuerzo y, tal vez una pizca de locura,  se lanzó a recorrer los tres metros de distancia que había entre su cama y aquel lugar objetivo. Todo un recorrido de diez baldosas moteadas. Abrió la puerta y, como es habitual, el primer habitante de ese lugar era el espejo. A veces, es un enemigo de textura plana y formas rectas. Su cara hinchada y amoratada deformada por 5 horas de cirugía, el cuello robusto como una columna no se diferenciaba de la cara, los tímidos rasgos que quedaban parecían tener miedo a salir, la sonda blanca que zigzagueaba por la cara y resaltaba la paleta de colores morados,… los ojos inflamados se clavaron en esa imagen reflejada en ese espejo. Blancanieves había cambiado de espejo y huido de su cuento. Bajó la mirada, sus pupilas empequeñecieron y aquellas motas de las baldosas fueron la imagen necesaria a contemplar. No recuerdo siquiera si al final usó el WC.

Esa misma tarde nos lanzamos a la aventura, recorrer el pasillo. Como el nuestro era pequeño nos bajamos a la planta baja donde se encontraba el pasillo más largo de todo el hospital. Se abrió la puerta del ascensor. La mirada seguía puesta en el suelo. No sé si el miedo o la vergüenza eran los motores de aquel momento; la mirada era esquiva, callada, tímida, … incluso tengo la sensación de que su estatura había disminuido algunos centímetros a lo largo de aquel día.

Cuando salimos al pasillo estaba lleno de gente. 17h de un jueves en uno de los hospitales más grandes de Madrid. Mucha gente, muchas miradas, muchas voces al unísono, muchos ruidos entremezclados de ruedas que no ruedan y de metales que golpean los unos con los otros. Muchos colores y formas a lo largo de los doscientos metros de longitud. Dimos el primer paso, el segundo, el tercero, … todas las caras se giraban para mirarnos. Yo acompañaba nuestro desfile con un palo de suero y una botella de nutrición enteral de cristal que cada cierto tiempo tenía a bien recordarle a todo el mundo que estábamos allí cuando golpeaba contra el palo metálico. Es difícil expresar la indignación que uno siente cuando comprueba la poca discreción que tiene la gente y, sobre todo, porque la indignación no es propia. La sientes como una proyección de la otra persona que en ese momento no puede defenderse ni expresar nada que recuerde a cada uno su individualidad y su derecho a ser quien es, simplemente. Las caras se giraban a nuestro paso, los ojos se fijaban en las lesiones, las manos entrelazadas de los unos con los otros se apretaban en ese momento para informar al que no se había dado cuenta de que allí estábamos; los cuchicheos a la espalda; los “mira, mira, …” o los “pobrecilla”, o los “qué pena”, … y tantos otros comentarios. Las caras de susto, de miedo, incluso de asco. Yo fui el que pensó que no había sido buena idea estar allí en ese momento, enlentecí el paso incluso disminuí la longitud del mismo. Creo recordar que incluso giré el palo con intención de retroceder. Mi madre iba agarrada a mi y siguió hacia delante.

Nos cruzamos con más gente, mucha gente. Nos apartamos para dejar pasar sillas de ruedas, carros con ropa sucia o limpia, camas de pacientes que salían de quirófano e iban a otras unidades, familiares y pacientes, … Seguimos andando. Descubrí, y no sé si tiene algún sentido, que existe una gran alianza entre pacientes. El mundo dejó de centrarse en esas otras caras díscolas. Unos se miraban a los otros, se sonreían, sus ojos expresaban comprensión y apoyo. Los palos de suero de ruedas no rodaban para ninguno. No había miradas al suelo o desvíos de cara al cruzarse. Aquellos que llevaban sondas nasales formaban como un club propio dentro de otros clubes hospitalarios. Los que iban en silla de ruedas tenían el suyo también. Las miradas al cruzarse tenían tal capacidad de comunicación que paraban el tiempo; transmitían fuerza, ánimo, cariño,…; ojos que te veían guapa, que eran capaces de llegar al corazón sin conocerte;  susurraban a las paredes mensajes de apoyo y de valentía; sentías que “hacia delante” era algo innato en aquel ambiente. No había opciones para retroceder. Cabezas que asienten en señal de respeto, ojos que brillan con intensidad, bocas que expresan sin movimientos musculares, mejillas que ofrecen cordialidad, … Seguimos andando.

Cuando me di cuenta, aquel pasillo había llegado al final. Estábamos en el hall principal del hospital. Miré a mi madre y estaba erguida, no enjuta como antes. Tenía una sonrisa en la cara, una mueca de orgullo detrás de esa máscara pasajera. Tenía ganas de seguir hacia delante. La miré a los ojos y descubrí esa chispa que siempre había tenido. Habíamos recorrido mucho más que un pasillo. Yo había recorrido mucho más que un pasillo. Volvimos a la habitación lentamente, contemplando y disfrutando tanto de las malas caras como de aquellas cercanas a nosotros. Sonriendo. Sin bajar la mirada. Nunca más la bajaríamos.

Sigo creyendo a día de hoy que todos nuestros pasillos son mucho más que estructuras arquitectónicas. Son expresiones de vida y de intenciones. Están llenos de orgullo y coraje, de mensajes de superación y de vida. Están llenos de personas que siguen hacia delante día a día, baldosa a baldosa.


Soave sia il vento (II)

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Días después, a la tarde, por una vez insultante de luz, hemos ido a despedirte, Chini. Tenía la iglesia una foto tuya sobre un caballete y flores blancas y orquídeas en el altar, pétalos en el suelo. Como ha cantado una soprano después, eran como una ofrenda blanca. Sobre tu cuerpo aquella luz, no volvería ya a la rama…

En el taxi, de camino a tu funeral, los edificios iluminados por ese derramamiento de luz me ofrecían una mueca inaceptable. Me parecía una broma pesada estar yendo a tu funeral: he tenido que enmascarar mi pena de cinismo para soportar el trayecto.

Al llegar y ver tu foto. Al verte tan guapa, con esa mirada dulce y sabia, dominando toda la nave de la iglesia, he sentido un escalofrío seco. Al contemplarte rodeada de orquídeas, esa flor que tan bien cultivabas, he pensado en un café en tu cocina, preguntándote sobre el arte de su cuidado. Y al escuchar de un buen amigo tuyo palabras en las que recordaba que las cosas que te gustaban, las amabas de veras, he visto cómo le asaltaba el llanto a tu marido e inmediatamente, por simpatía inconsciente, una ofrenda blanca de lágrimas me ha venido a visitar.
El párroco ha dicho que sin amor, se puede vivir pero estar muerto y que hay gente muerta, que gracias al amor, sigue viva. Que mientras un pensamiento sobre ellas cruce nuestras mentes, esas personas continúan aquí. Y esto último no lo he creído tanto como lo primero. El sermón predicaba que el amor es más poderoso que la muerte y lo puede todo. Ver a tu hija, que siempre ha sido tan pequeña, encogida, disminuida y enajenada por el dolor, asistida por tu hijo, tan protector y obligado a la entereza, me ha hecho desear que sea cierto.
Ver el cónclave de personas poderosas que habían acudido a tu entierro, me ha parecido menos conmovedor que la cara de Esteban, nuestro técnico de mantenimiento, la mañana siguiente a tu muerte, cuando entró en mi despacho, mesándose los cabellos, retorciendo sus manos y con los ojos enrojecidos, ofreció su aportación para cualquier cosa que se hiciera en tu memoria. Contemplar su amor a tu persona desaparecida, ese amor que le hacía ofrecer dinero cuando pasa apuros a fin de mes, me ha hecho pensar que tu paso por aquí no había sido vano, que tu persona no se había ido, que las palabras de un cura congolés podrían ser verdad.
A la salida, he abrazado a tu marido, roto por la pena y he querido pensar que solo un futuro mejor le esperaba a tu familia, pero en ese instante, cruel e interminable, el corazón de tu marido sólo decía que quería ser afán de flor y como un lirio, dar su vida encima de tu pecho.
 
Y he vuelto a casa, febril, desconcertado, removido y triste deseando que cayera la luz, que se apagara la tarde, que viniera el sueño, que esta pesadilla increíble se esfumara y pudiéramos comer juntos mañana, tú me contaras tus progresos y yo te narrara el último cotilleo del trabajo, que compartiéramos una sonrisa y pensáramos toda la samba que te quedaba por bailar en Brasil.
Luego ha tocado lo más duro: recoger las cosas de tu despacho. Todasaquellas cosas que nos dejó un tiempo de rosas…como había cantado Serrat en tu despedidaUna compañera que está embarazada, me ha pedido que la ayude porque se había puesto a ello, y había, horrorosamente, despertado del sueño. Había comprendido que te habías ido, que no tenía sentido mantenerte en las paredes, en los cajones, en las estanterías, porque ya no ibas a volver. Era cierto, el funeral lo había dejado claro y tocaba devolver lo tuyo a los tuyos.
Nos hemos puesto a ello, como arqueólogos que trasladan un arca; con el respeto, la angustia y el dolor de aspirar tu perfume como si aspiráramos los momentos pasados, hemos ido colocando en bolsas tu vida de tantos años. Tu enciclopedia de la Salud, tu Larousse francés-español, tus agendas turcas, las notas y post-it con tus claves sobre la pantalla del ordenador, tus fotos de una niña vietnamita que sonríe, tu mural de imágenes de la familia…todo ha ido desapareciendo de nuestra vista. En orden inverso a nuestra pena. Pena que le ha hecho sentarse a nuestra compañera, y tocarse la barriga, esperanzada en que las niñas que vienen le hagan olvidar estos días. Dos rosas que llegan y no dejaron de darle patadas durante tu funeral.
Cuando dejaste de trabajar, una orquídea y un hibiscus, quedaron a nuestro cuidado, y hubo un tiempo, coincidente con tu primera recuperación, que les brotaron muchas flores. Te mandé una foto, para decirte: fíjate, el rosa de tus orquídeas, subirá a tus mejillas, ya verás cómo esto es una señal de que pronto, muy pronto, vuelves.
Pensaba en ello, en tu despacho, junto a la compañera, tras manejar todas tus cosas, con la desvergüenza de quien ya ha hurgado en tu intimidad, con la impudicia de quien se libra de los recuerdos, con la culpa de quien no te ha visitado lo suficiente, con la conciencia de quien despierta del sueño y descubre la pesadilla, con la excentricidad del que lo da todo por perdido, cuando he apretado contra mi pecho unos apuntes tuyos, la compañera me ha dado las gracias por ayudarla, y he salido al pasillo, precipitado, cobarde y fugaz, para que no me viera llorar.
Tus cosas han salido al rato, camino del despacho de tu marido. Y un silencio se ha instalado en el corredor. Un silencio de viernes, de víspera de descanso y olvido. Luego ha llegado la visita del hijo de una de tus mejores amigas, y la sonrisa del niño, sus carreras y besos, la vida en estado puro nos ha devuelto la sonrisa. Y sólo el niño, residenciada en él la alegría y la verdad, ha suavizado el viento, tranquilizado las olas y devuelto a los elementos la benevolencia que nunca debieron abandonar…
Mi querida Chini, descansa en paz, descansa en estos corazones que no te olvidan, vive en ellos y apodéralos de tu amor mientras sigan aquí. Gracias por haber sido mi amiga. Para ti, para tu recuerdo, todos los besos…
cabello al viento
Nota: esta es la continuación de la primera parte «Soave sia il vento» que puede leer en el siguiente enlace : http://goo.gl/Rh1t9G
http://nightingaleandco.es/soave-sia-il-vento-i/

«The summer is coming» y con él… las quemaduras solares

Un año más, “the summer is coming”… concretamente, y según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, comenzará el próximo 21 de junio a las 12h 51min hora peninsular. Esto implica días más largos y noches más cortas, temperaturas más altas, paseos por la playa, días de piscina… y con todo esto, las largas exposiciones al sol.

Debemos recordar que tanto las elevadas temperaturas como las exposiciones solares pueden jugarnos una mala pasada si no tomamos las medidas preventivas oportunas. Disfrutemos del calor y del sol veraniego, pero eso sí, con precaución. Ya el año pasado le dedicamos una entrada al GOLPE DE CALOR, por lo que este nos gustaría dedicársela a las quemaduras solares y su prevención…

¿Qué es una quemadura solar?

Las quemaduras solares son lesiones agudas de la piel provocadas por la radiación solar ultravioleta y que frecuentemente se presentan como piel roja, sensible y caliente al tacto. En ocasiones pueden presentar ampollas o flictenas (quemaduras de segundo grado) y provocar reacciones más graves como fiebre, náuseas… o incluso desembocar en un golpe de calor. Además, son consideradas como un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel.

¿Por qué se producen?

Las quemaduras solares se presentan cuando la exposición al sol o a una fuente de luz ultravioleta (UV) excede la capacidad de la melanina para proteger la piel. Las lesiones pueden aparecer de minutos a horas tras la exposición al sol, y va a depender de la capacidad que tenga nuestra piel para adaptarse a las radiaciones solares, o lo que es lo mismo, va a depender de nuestro fototipo. Existen 6 tipos de fototipos que están determinados por el tono de la piel, color del cabello, presencia de pecas o efélides y a la propensión a quemarse y/o broncearse:

  • Fototipo I: piel muy clara (pelirroja), siempre se quema, no se broncea nunca, numerosas pecas.
  • Fototipo II: piel clara, siempre se quema, a veces adquiere un ligero bronceado, numerosas pecas.
  • Fototipo III: piel de clara a mate, a veces se quema, siempre se broncea (bronceado medio), algunas pecas.
  • Fototipo IV: piel mate, no se quema nunca, siempre se broncea (bronceado oscuro), sin pecas.
  • Fototipo V: piel morena, no se quema nunca, siempre se broncea (bronceado muy oscuro), sin pecas.
  • Fototipo VI: piel oscura, no se quema nunca, sin pecas.

Sobre el riesgo de padecer una quemadura solar:

  • Las personas que poseen fenotipos bajos tienen mayor probabilidad de sufrir una quemadura solar.
  • Todas las personas son susceptibles de sufrir quemaduras solares si no se toman las medidas oportunas, sin importar el tipo de fenotipo.
  • Los rayos del sol son más agresivos durante las horas de 12:00 de la mañana a 4:00 de la tarde. Los rayos del sol también son más fuertes en las grandes altitudes y latitudes bajas (más cerca de los trópicos). El reflejo del agua, la arena o la nieve puede intensificar los efectos de los rayos solares.
  • Algunos fármacos como la doxiciclina pueden hacerle más susceptible a las quemaduras solares.
  •  Los bebés y los niños son especialmente sensibles a los efectos nocivos del sol.

¿Qué medidas de fotoprotección existen?

  • Medidas de fotoprotección física: Empleo de ropa, sombreros, gafas solares con protección ultravioleta. Evitar las exposiciones en horas en las que el sol es más agresivo.
  • Medidas de fotoprotección biológica: Marcan la predisposición a sufrir quemaduras solares y van a depender del fototipo de la persona.
  • Medidas de fotoprotección química: Fotoprotectores tópicos. Los fotoprotectores tópicos son cremas, geles, lociones… que se aplican sobre la piel con el fin de crear filtros para así protegerla de los efectos nocivos de las radiaciones ultravioletas A y B (UVA y UVB). Las radiaciones UVA actúan oxidando la melanina, para provocar el “bronceado directo” (desaparece rápidamente), y las raciaciones UVB actúan sobre los melanocitos activando la producción de melanina y su oxidación, provocando el “bronceado indirecto o duradero”.

El grado de protección frente a las raciaciones UVB está determinado por el Factor de Protección Solar (FPS), lo que indica el número de veces que se aumenta la capacidad de protección frente a las radiaciones solares. La protección frente a las radiaciones UVA está determinada por el índice PPD (capacidad de producir pigmentación duradera).

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Los índices de protección solar son siempre orientativos. Un fotoprotector con un FPS 12, bloqueará aproximadamente el 92% de los rayos solares indicados, con un índice FPS 20 el bloqueo será del 95%, con uno de FPS 25 un 96%, mientras que con uno de FPS 60 tendremos un 98,3% de protección promedio ante los rayos solares nocivos.

Para un correcto empleo de los fotoprotectores se recomienda:

  • Utilizar protectores solares adecuados a cada fototipo, y que contengan filtros frente a radiaciones UVB y UVA. Es recomendable emplear FPS iguales o superiores a 30.
  • Extender la cantidad suficiente que cubra la superficie corporal expuesta a radiaciones.
  • Aplicar los productos sobre la piel seca, ya que sobre piel mojada el riesgo de sufrir quemaduras solares se ve aumentado.
  • Realizar la primera aplicación al menos 30 minutos antes de la exposición solar.
  • Aplique el producto cada dos horas o tras un baño prolongado (superior a 20 minutos).
  • Si la exposición a sol va a ser en agua, se recomienda el empleo de protectores resistentes al agua.

¿Qué debo hacer frente a una quemadura solar?

El tratamiento de las quemaduras solares debe ir dirigido principalmente a impedir la extensión de las lesiones, aliviar el dolor, prevenir las infecciones (extremar higiene) y la deshidratación cutánea. Algunas de las medidas no farmacológicas a adoptar son:

  • Darse un baño o aplicar compresas de agua fría, nunca hielo ya que produciría una intensa vasoconstricción que podría agravar aún más la lesión.
  • Evitar el contacto con sustancias irritantes (benzocaína, alcohol) y vasodilatadoras.
  • Evitar la exposición a radiaciones ultravioletas.
  • Evitar el contacto con agentes que dificulten la transpiración.
  • Hidratación abundante.
  • Aplicación de lociones calmantes (after-sun).
  • Si hay ampollas o flictenas evitar tratamientos oclusivos.

¿Cuándo  acudir a un centro sanitario?

Se recomienda acudir a un centro sanitario cuando exista:

  • Fiebre asociada a la quemadura solar
  • Signos de shock, insolación, deshidratación…
  • Presencia de mareo o desmayo.
  • Pulso rápido o respiración acelerada.
  • Ojos sensibles a la luz y/o dolorosos.
  • Presencia de ampollas dolorosas.

 

 

 

 

MORALES-MOLINA JA, GRAU S, JIMÉNEZ-MARTÍN J, MATEU-DE ANTONIO J, ESPONA M, BERGES FRAILE MJ, ZARZUELO A, SALAS E. Quemaduras solares: fotoprotección y tratamiento. Ars Pharm 2006; 47 (2): 119-135.

AECC

Ministerio de Fomento

MedlinePlus. Quemaduras solares


1 de Junio, “Día Nacional del Superviviente de Cáncer”

 

 

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Cada día son diagnosticadas miles de personas de cáncer. Siempre nos centramos en el paciente como en el protagonista activo de una historia que se narra día a día, minuto a minuto. Pero, y ¿después? , cuando las personas han de volver a su vida cotidiana; cuando reciben eso tan añorado como es el “alta médica” que te convierte en superviviente de una enfermedad tan crucial en tu vida como es el cáncer, …

Pacientes, y familiares han de volver a reestructurar su vida. Han de dotarla de sentido y significado tras largos momentos de angustias, miedos, síntomas físicos importantes y, en algunos casos, permanentes. Han de generar estructuras de seguridad para continuar con una vida que sufrió un tiempo de parada y que, en muchos cambios, cambia de manera radical para siempre. Han de convivir con una particular “Espada de Damocles” que conlleva el miedo a la recaída, a la posibilidad de que mañana se vean otra vez teniendo que pasar por todo lo ocurrido. Han de elevar sus propios puentes entre el pasado y el futuro y comenzar a andar por ellos con la mayor tranquilidad posible porque su vida continua.

El día 1 de junio de este año, GEPAC (Grupo Español de Pacientes con Cáncer) volvió a salir a las calles en el Día Nacional del Superviviente de Cáncer,  una iniciativa que sigue la línea de la National Cancer Survivors Day Foundation, que lleva veintisiete años conmemorando este día en EEUU.

Esta entidad en 2012 presentó el Informe sobre las Necesidades de los Supervivientes de Cáncer resultado de una encuesta entre 2.067 pacientes de cáncer que ya habían finalizado los tratamientos oncológicos y en el que se evidencian las principales barreras a las que se enfrenta este colectivo concreto.

De las conclusiones del estudio se destaca que:

  • En relación al seguimiento clínico. Para 6 de cada 10 encuestados (64%) la pérdida de energía y el cansancio resultó el mayor de los problemas. Otra de las dificultades se detectó en el área de la sexualidad afectando al 40% de los participantes, mientras que alrededor de 3 de cada 10 encuestados presentaron problemas para orinar, pérdida de memoria y concentración y dificultades paracaminar o desplazarse. 6 de cada 10 declararon no haber recibido ningún tipo de asistencia para resolver estas situaciones.
  • En relación al seguimiento psicológico y social. Para 6 de cada 10 participantes, el miedo a la recaída es el mayor problema a nivel emocional después de haber finalizado los tratamientos, mientras que más de la mitad de los encuestados (53%) declararon padecer angustia, ansiedad y preocupación. Un 33% de los encuestados mencionó además preocupaciones relativas a los cambios en el aspecto físico. 3 de cada 10 han tenido dificultades en las relaciones sexuales (33%) y alrededor del 20% ha declarado problemas de pareja o ruptura de la relación durante o después de los tratamientos.6 de cada 10 no recibieron ningún tipo de asistencia para resolver estas preocupaciones.
  • En relación al seguimiento económico y laboral. 3 de cada 10 encuestados se han sentido discriminados o perjudicados en el ámbito laboral a causa de la enfermedad, mientras que alrededor del 20% ha perdido su empelo o ha tenido problemas en la reincorporación laboral. Uno de cada 10 confirmó haber sufrido una reducción del sueldo o que la enfermedad ha constituido un obstáculo en la promoción profesional, les ha imposibilitado trabajar durante una jornada completa o continuar con los estudios. Para un 5% de los consultados la enfermedad ha sido también motivo de problemas económicos. Nadie recibió ningún tipo de asistencia para resolver estas situaciones.
  • En relación a las necesidades de información y formación en la fase post tratamientos. Rol de las asociaciones de familiares y afectados.  6 de cada 10 encuestados realiza alguna actividad física (62%) entre las que se cuentan caminar, gimnasia y yoga entre otras, y más de la mitad lo practica tres veces por semana. Uno de cada 10 padece una enfermedad crónica entre las que se pueden mencionar obesidad o sobrepeso, hipertensión y problemas óseos, entre otros.Para más de la mitad de los afectados es necesario recibir formación en técnicas de relajación y control de las emociones, implementar una alimentación saludable e incorporar una actividad física a la rutina cotidiana, así como entrar en contacto con personas que han vivido la misma experiencia. Para 3 de cada 10 encuestados también es importante recibir formación para comunicar mejor con los profesionales sanitarios y aprender estrategias que puedan aliviar al cuidador principal. Alrededor del 69% de los participantes en el estudio pertenece a una organización de pacientes y de 3 de cada 10 realiza o ha realizado actividad de voluntariado. Más de la mitad de los encuestados han recibido apoyo y orientación por parte de las organizaciones de pacientes, familia y los amigos.

 

En base a estas conclusiones creo que podemos afirmar que tenemos mucho trabajo pendiente. Muchas áreas quedan desvinculadas de la atención posterior y seguimiento de los pacientes y su entorno. Creo que la enfermería debe poder detectar aquellas necesidades que favorezcan la recuperación y potenciar tanto sus recursos propios como disciplina como insistir y fomentar aquellos de colaboración. Siempre yendo hacia delante.

 

Desde nuestro blog, sólo nos queda deciros: ¡Feliz día del superviviente de cáncer!!!!

 

Para más información: http://www.gepac.es/docs/informe_supervivientes.pdf


Cuando todos fuimos uno

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La imagen que contemplan no es real, se trata solamente de un sueño, el mío. La de un niño rodeado de sus hermanos y amigos que miran curiosos a la cámara con engañosa quietud, dispuestos al asalto de nuevos juegos y búsquedas. Pero la verdadera imagen de ese niño permanecerá siempre en el anonimato y la invisibilidad de casi todos. Pero nunca en mi mente. Su rostro se me ha aparecido incesante a lo largo de estos años preguntándome cómo no pudimos salvarle, el por qué de su muerte y la injusticia de una vida perdida en aras de la miseria y la enfermedad. Los cooperantes que tenemos la suerte de trabajar en otros lugares, traemos de vuelta un equipaje lleno de dudas, errores y preguntas sin respuesta. Y también el reconocimiento de nuestros límites, que de forma frustrante se manifiestan una y otra vez,  ajustando nuestro paso y cuidado por aquellos que están enfermos.

En un día sofocante del verano nigeriano del 2011, el ruido de tu difícil respiración, pequeño niño, ser, hermano, me alertó de inmediato al entrar en la sala pediátrica. Apenas eras capaz de introducir aire en tus pulmones y tus ojos hundidos en una cara de hambre infinita me miraban relatando una angustia que tus labios habían perdido la capacidad de expresar. No estabas solo. Tu madre te sostenía angustiada, sin saber que hacer por ti. La lucha hasta llegar a nuestro  centro debió ser prolongada, porque apenas te quedaban ya fuerzas y finalmente, dejaste de respirar. Te tomé de sus brazos y con los demás enfermeros y médicos iniciamos una batalla que se prolongó durante al menos tres cuartos de hora. Yo me negaba a rendirme y un doctor nigeriano tuvo que sujetarme las manos para que dejara de dar el masaje cardiaco. Me negaba a aceptar el horror de contemplar tu rostro inmóvil y frío, que seguro había sido la alegría de tus padres, hermanos, amigos…

Al levantar mi cara y contemplar el resto de la sala, repleto de camas oxidadas ocupadas por madres con sus niños,me llegó su silencio extremo y su mirada llena de vacío y dolor. Estas mujeres, que compartían la dureza de su vida y lo que supone la lucha por que sus hijos lleguen con vida a la etapa adulta, eran conscientes de lo vivido con ese pobre niño y su madre, de forma ferozmente desnuda y a la vista de todos. Tras el silencio, todas, de forma unánime, se cubrieron la cabeza y el rostro con las telas con las que sostenían a sus hijos y abrazándoles angustiosamente, empezaron a llorar en un duelo que las transformaba  de repente en la madre del niño fallecido. En ese momento todas fueron una en su llanto: madre e hijo.

La escena me conmovió intensamente en ese momento, pero mis responsabilidades me obligaban a no perder el control, debía  acompañar a la madre y asegurarme que alguien de la comunidad avisara al resto de la familia.

Más tarde, cuando había repasado cien veces el protocolo de actuación en mi cabeza y me angustiaba al compararlo con las posibilidades y  medios a los que podía haber tenido acceso el niño en cualquier hospital occidental, me embargó la tristeza. Recorrí el perímetro del edificio hacia la parte trasera donde el pequeño esperaba ser recogido, e hice lo único que me restaba por hacer: llorarle. Al hacerlo, más allá de las diferentes culturas y lugares de pertenencia, me uní a sus madres y me convertí en una con ellas.

“Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo”[1]

Eduarno Galeano

 

 


[1] Eduardo Galeano, Carta de agradecimiento al recibir el Premio Stig Dagerman, en Suecia, 12 de Septiembre del 2010.


Medidas no farmacológicas en la rinitis alérgica estacional.

Falta poco para el verano, ya anochece más tarde, suben las temperaturas y los árboles vuelven a tener hojas, ¡todo muy bonito! pero también vuelven los estornudos, la nariz congestionada, el picor de ojos, otras veces te lloran o los tienes rojos o todo a la vez y sin olvidar  la sensación de tener los oídos tapados ahhhhhhh!!!! Que bonita la primavera.

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La rinitis alérgica aparece a cualquier edad, aunque es más frecuente en niños y adultos jóvenes, es estacional cuando se produce por la inhalación de pólenes y perenne cuando se debe principalmente a ácaros y epitelios de animales.

Si alguno de vosotros tenéis esta sintomatología os recomiendo pedir cita con vuestro médico de cabecera para que os pueda hacer una correcta anamnesis, exploración física y pediros pruebas complementarias para poder tener un diagnóstico certero ya que esta sintomatología es un motivo común en las consultas de medicina general y pueden deberse a infecciones virales de las vías respiratorias, alergia a antígenos inhalados o irritación por otras causas de vías respiratorias altas, problemas todos ellos habituales.

En la rinitis alérgica estacionaria, que representa el  75% de las rinitis alérgicas, la aparición de los síntomas coincide con la polinización de las plantas a las que están sensibilizados, por lo general en primavera, suelen ser las gramíneas y el olivo. Los síntomas son los expuestos al principio y son más intensos si nos exponemos al aire libre de forma prolongada y con ejercicio.

Las horas de mayor polinización se encuentran entre las 5 y 10h y entre las 19 y 22h incrementándose los días soleados y con viento, los días húmedos por el contrario disminuye la concentración de polen. Los años en los que llueve mucho en otoño suelen presentar mayores índices de polinización estacional. En las siguientes fotos les ponemos cara a algunas especies de gramíneas.

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El tratamiento no farmacológico comprende las siguientes recomendaciones:

  • Evitar el contacto, en la medida de lo posible con el alérgeno, reducir los tiempos de exposición y realizar actividad física al aire libre en las horas de menor concentración de polen entre la 11h y las 18h.
  • El uso de gafas en el exterior para proteger los ojos.
  • Lavarse la cara y las manos con agua regularmente.
  • Evitar los desplazamientos en bicicleta o moto.
  • Evitar conducir con las ventanillas bajadas del coche.
  • Mantener la casa cerrada y ventilarla tras la caída del sol.
  • Ducharse después de pasar tiempo al aire libre o cambiarse de ropa para eliminar los restos de polen adheridos.
  • Evitar secar la ropa al aire libre, para evitar el contacto con el polen.
  • El uso de aplicaciones de móvil gratuitas como Alertapolen alertan sobre los niveles de polen medidos por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

Tomando estas medidas esperamos ayudados a sobrellevar los síntomas de la alergia, ninguno es un remedio definitivo pero son complementarios al tratamiento farmacológico que dependerá de la gravedad de los síntomas y siempre bajo prescripción médica. En ella se incluyen antihistamínicos, corticoides  tópicos o sistémicos, cromoglicato disódico, anticolinérgicos, descongestionantes o inmunoterapia.

Fuentes:

Ministerio de sanidad, servicios sociales e igualdad: http://www.mspsi.gob.es/gl/biblioPublic/publicaciones/docs/rinitis.pdf

Consejería de sanidad de la Comunidad de Madrid: http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_InfPractica_FA&cid=1354193192562&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura

Webs de interés:

Niveles de polen en la Comunidad de Madrid: http://www.madrid.org/cs/Satellite?vest=1156329829961&pagename=PortalSalud%2FPage%2FPTSA_servicioPrincipal&cid=1265185299945&language=es

Comité de Aerobiología: http://www.polenes.com

Aplicación AlertaPolen: http://www.polenes.com/moviles.html


Soave sia il vento (I)

 

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Por Juan Aranda Jaraíces

(A la memoria de Chini, que en paz descanse)

Llevo el libreto de la obra en las manos. Estoy pasando mi texto, mientras paseo camino de la sala de teatro, donde esa tarde, representamos por última vez “El loco de los balcones”. Tengo que recitar las líneas de Vargas Llosa en calles tranquilas, donde los viandantes no me distraigan de la labor. Dejo atrás la Catedral, por los bulevares que conducen al jardín botánico y me pongo a la tarea de recordar.

Hay una luz crepuscular, una temperatura primaveral inesperada, un silencio algo quebrado por la alegría de la poca gente que me encuentro; todo parece calmado y feliz…pienso en la tarea realizada, antes de que mi cerebro me juegue una mala pasada.

Queremos vivir aceleradamente y olvidar lo malo, que pase la tarde, la noche, la mañana…, que la luz y la temperatura sean siempre perfectas y que nuestro cuerpo no sufra embestidas ni padecimientos, sin pensar que a veces, es inevitable.

Comienzo la tarea nemotécnica… es un constructor, en todo el sentido de la palabra, le gusta ganar dinero, pero se lo gana trabajando…esa frase que siempre se me resiste…y aquella otra, que requiere de una réplica rápida, ¿cómo era? ah, sí…no te desmoralices Ileana, así no se ganan las guerras… no bien salen esas palabras de mi boca, cuando pienso que en ese mismo lugar, hace un año, le mandé un mensaje a mi amiga Chini donde le decía algo parecido. Y ella me contestaba inmediatamente para desearme suerte en la representación.

Chini llevaba entonces sólo dos meses de tratamiento. Le acababan de descubrir un tumor y se enfrentaba a meses de visitas al hospital, controles médicos, analíticas, reposo, dolor y sentimientos encontrados sobre el futuro.

He seguido caminando, pero con cien kilos de más sobre mis huesos. Hace tres días, me habían dicho que a Chini le había aparecido líquido en el estómago, y no pintaba bien. He pensado que tenía que mandarle un mensaje, para decirle que estaba con ella, que su fuerza, su capacidad de superación, su coraje, estaban plenamente acreditados después de aquél año horrible y que no podía, no debía, no se iba a desmoralizar, porque allí tenía a su familia, nos tenía a todos para recordarle lo maravillosa, lo necesaria, lo especial que era.

Sin saberlo, ese pensamiento mío, en aquella avenida donde los edificios administrativos, la torre de finanzas, el banco central belga, las torres en rehabilitación de Congrès dan la vuelta al aire y hacen que las corrientes arremetan contra el transeúnte…sin advertirlo, ese pensamiento ha sido mi despedida.

Sólo un día más tarde, inopinadamente, Chini, ha fallecido.

La semana anterior, al enterarme de su empeoramiento, había contemplado sus fotos, haciendo lo que más le gustaba: viajar. Con la familia y con sus hijos, en lugares maravillosos y exóticos. El Machupichu, el glaciar Perito Moreno. Chini abrazada a su marido, que la adoraba. Chini sonriente, entre amigas. Su gato Caco, peludo y tímido con las visitas, en distintos planos.

Entrar en su despacho y ver aquellas piezas de vida en la pared. Revisar, en busca de antecedentes, los expedientes tramitados por Chini. Ver su letra en lápiz, redonda y grande, de persona buena, generosa y discreta. Recibir su llamada para ofrecerte su ayuda cuando tengas el menor problema con el trabajo que ella ya no puede hacer y ahora se te ha encomendado. Ir a visitarla, contemplar su cuerpecito de bailaora de flamenco, disminuido por la quimio, pero su sonrisa, siempre aumentada por la alegría sincera de volver a verte. Conversar en su salón sobre la vida, sobre los planes de futuro ya en España, cuando pudieran descansar de toda una vida agitada de expatriados con obligaciones de alta esfera. Ver sus ojos rasgados, que le dieron el apodo, Chini, de chinita. Observar sus inquietudes, de madre esperanzada en la felicidad de sus hijos. Acariciar su sensibilidad con las modestas flores que le has llevado, que ha trasformado por ensalmo en un bouquet elegante. Escuchar una ópera a su lado, verla emocionarse con los cantantes, con la puesta en escena, con toda esa cultura que ha dado contenido a su vida….

En el autobús, de camino al trabajo, cuando un mensaje me ha anunciado su muerte, todos esos momentos, aumentados y corregidos, me han precipitado a la calle, y me han hecho llorar.

Esta semana, cabizbajos, mis compañeras y yo, hemos cruzado los pasillos con la sensación de que no nos preparan para vivir, pero aún menos para aceptar la muerte. He visto ojos rojos, silencios, y sobre todo, he sentido la pena de una de sus amigas, que a cada minuto, se ha tenido que recomponer, en memoria de la pobre Chini, que tanto se preocupaba por ofrecer un aspecto cuidado, limpio, profesional.  Esta semana, reactivos al dolor, hemos pensado todo el tiempo en las cosas que Chini se lleva y yo, me he esforzado en recordar las cosas que nos deja. He insistido en que su alegría, su humor, el tiempo compartido no eran cosas menores, que la oportunidad de conocerla ha sido un privilegio que no se puede soslayar.

Y eso mismo he pensado, cuando, la tarde de este martes, un amigo me ha ofrecido su tiempo, su compasión y su ternura para que le hablara de Chini y el jueves, que nos hemos ido a ver una ópera, he sentido, que sin saberlo, aquello era otro homenaje personal, una despedida necesaria cuando, en el primer acto de Cosí fan Tutte, tres personajes,  Fiordiligi, Dorabella y Don Alfonso han interpretado el terceto Soave sia il vento. Las mujeres se despiden de sus novios, que parten a la guerra. Y Mozart, que por algo es Mozart, les hace interpretar al ritmo de una melodía maravillosa.

Y sobre esa melodía ondulante, en las alas de las notas de la soprano, de la mezzo, sostenida por la voz del bajo, ha llegado la despedida de mi corazón, que, reconfortado por la armonía, la belleza del momento, que ella tanto hubiera amado, le decía a Chini: compañera y amiga,

que sea suave el viento, 

tranquilas las olas,

y que todos los elementos

benignos respondan

a nuestros deseos.

 

 

 

 


Día de la Enfermería. Reflexiones de dos enfermeros.

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 Gonzalo Amaro
A lo largo de la semana hemos repasado la trayectoria de Florence Nightingale, se puede decir que no fue un camino de rosas, la oposición de su familia a que estudiase enfermería, la idea extendida de que una enfermera no precisaba adquirir conocimientos para desarrollar su trabajo, la oposición de las instituciones a cambiar e introducir nuevos sistemas de organización no hicieron más que reforzar su creencia en la renovación de una profesión que siempre estuvo cerca de los enfermos pero desde un nuevo enfoque desvinculada de la religión y con una base científica. Es lo que diferenciaba las enfermeras instruidas en la Escuela Nightingale donde a través de la experiencia, la observación y la reflexión saldrán nuevos profesionales que han seguido formándose al ritmo de la sociedad y la ciencia, siempre en constante evolución.
Evolución es lo que destacaría del pasado y del presente de nuestra profesión, en la actualidad no se ha detenido, la incorporación del grado en los planes de estudio y la regulación de nuevas especialidades hacen desde mi punto de vista que el futuro sea incierto pero no menos prometedor, desde hace muchos años somos una realidad necesaria y reconocida por la sociedad que como en tiempos de Florence Nightingale tiene su mayor activo en la sociedad que quiere que le atiendan y le traten profesionales bien formados sin perder de vista la importancia de la salud en la vida de las personas.
En sus últimos años de su vida Nightingale criticaba la profesionalización de las enfermeras, en su opinión pondría un punto final a la formación lo que llevaría a la presunción, entendiendo que la actividad de la enfermera y la responsabilidad personal de ésta es el bienestar del paciente, siendo más fácil alcanzarlo si se entiende el trabajo como una vocación, más que como una profesión.
Este es un reto que sigue vigente, la tecnificación nos puede hacer perder el sentido de nuestra vocación humana, el equilibrio entre ambas es necesario.

Oscar Fernández
Volver la vista atrás y replantearte tu profesión supongo que ha sido algo que hemos hecho todos en algún momento. Hace 11 años que acabé la carrera, en aquella época llamada diplomatura y, creo, han cambiado muchos planteamientos sobre lo que yo creía, soñaba y, sobre todo, sería mi profesión.
No os podéis imaginar la de veces que habré escrito esta entrada. Conmemorar el día de la enfermería, aunque sea desde este modesto blog, es algo grande. Somos muchos los profesionales orgullosos de su trabajo a pesar de que las circunstancias no siempre nos enseñen lo maravilloso de nuestro trabajo.
Si tuviera que definirla sé que no usaría ninguno de los términos que me enseñaron en la carrera. Términos como paradigma cargados de significados, semánticamente portentosos, ilustre sonoridad al pronunciarlos, largas palabras para definir algo tan básico y profundo en el ser humano como es “cuidar al otro”. Sé que no daría tanta pompa y platillo a lo que se supone es la enfermería moderna, sino que iría a la esencia de las cosas y de las personas para destacar el hecho de que la cercanía entre las personas me permite compartir aquello que las compone y que llena a mi profesión de esperanzas, sueños, ilusiones, momentos , pasiones, recuerdos, encuentros, … Sé que no sería tan formal para demasiadas cosas que ni los propios profesores de mi escuela se creían.
Insistiría más en el cuerpo de conocimientos, gran ilustrador de mi profesión y de mi formación. Pero no físico ni tecnológico en exclusiva. No soy mejor enfermero porque sea capaz de canalizar todas las vvps (siglas profesionales) o porque controle como nadie el respirador más moderno del mercado. Me falta algo importante en ese cuerpo de conocimientos. Yo añadiría actitudes, creencias y planteamientos. Me es curioso comprobar como esa esencia del cuidado huye por la puerta de atrás cuando una nueva técnica aparece. Como las nuevas promociones de esta nuestra profesión usan tantas veces a lo largo del día esas frases tan interesantes y, al mismo tiempo alarmantes, como “esa no es mi función” o “yo no sé nada, pregunte al médico” aunque la cuestión sea profesionalmente enfermera.
Fomentaría la unión de los enfermeros. Crearía esperanzas en que ésta, nuestra profesión, se basa en eso. Insistiría más en el concepto de trabajo en equipo, un concepto curioso; todo el mundo lo usa y parece ser que por mucho repetirlo en las conversaciones se genera por combustión espontánea. Gritaría más alto a los demás compañeros que todos vamos juntos en el cuidado, cada uno en su campo sí, pero todos complementados. Les diría a todos nuestros responsables, los competentes y los no tanto (que son muchos) que siguen siendo los líderes de la enfermería aunque tengan sus Reinos de Taifas personales en muchas de las unidades asistenciales a su cargo. Cómo me viene a la memoria en este momento lo que decía Antoine de San Exupery cuando el Principito se encuentra con el Rey!!!!!!!!!
Les diría a los nuevos compañeros que dejen lastres atrás. Que uno se forma como enfermero recorriendo pasillos y desgastando suelas de zapato. Acompañando y tendiendo puentes con las personas con las que trabaja. Enfrentándose a mil y una batallas en el transcurso de un único turno. Que después de la formación básica comienzas a gestar realmente el curriculum, no en papel, sino en esencia profesional. Que después de la carrera es cuando estudias más ya que estudias la vida, los aspectos más destacados de ella pero, sobre todo, como enfermeros estudiamos como enfrentarnos a ellos con la esperanza de ser lo más eficaces posibles.
Les invitaría a coger más manos sin tener que tomar pulsos, mirar más caras y no tantos edemas con fóvea, escuchar corazones sin fonendoscopio, interpretar la vida más certeramente que la enfermedad, sentir más que canalizar catéteres, …. Descubrir que su profesión va más allá de un título expedido colgado en la pared; es más, cuántas paredes desprenderían las alcayatas que soportan esos títulos si supieran el uso que se hace de ellos!
Para mí, celebrar el día de la enfermería es algo grande. Nuestra profesión mantiene vivos muchos de los valores que hacen que las personas se enorgullezcan de ser quienes son. Es un orgullo personal y propio de cada individuo.
Así que disfrutadla todos aquellos que la desarrolláis cada día y los que no, ved más allá de la persona que la desarrolla porque es una profesión que define a las personas que la viven y la sienten.
Feliz día de la Enfermería!!!!!!!!