NIGHTINGALE & CO
Nightingale&Co es un blog de carácter personal, formado por un grupo de profesionales sanitarios preocupados por el cuidado integral de las personas, y cuyo compromiso se centra en aportar una visión reflexiva donde la experiencia y los diferentes puntos de vista de los profesionales implicados en los cuidados, puedan servir para mejorar la calidad en la asistencia profesional basada en la evidencia.

Esa gran mujer llamada Enfermería

 

 @OscarAlandris

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Hoy en día, abrir la tapa del álbum de fotos de toda una vida trae recuerdos de película navideña o de viejas historias que, ancladas en el pasado, intentan llevarnos a tiempos impertérritos y ancestrales donde, no siempre, queremos ir. Nos llevan a momentos de estufa y manta en el sofá. A divagaciones sobre decisiones no tomadas y planteamientos de futuro modificables en función de deseos y pasiones apagadas por el correr del tiempo.

Abrir un álbum de fotos tiene una voz propia y, en muchas ocasiones, tantos narradores con tal cantidad de historias que contar que enriquecen ese momento de contemplación.

La enfermería, o al menos como yo la entiendo, es una mujer de edad pasada, con un increíble presente y un prometedor futuro. Una mujer que con cada paso marcaba un tiempo y una forma de entender el mundo. Un personaje de época, coetánea de su tiempo. Con canas, tal vez demasiadas, señorial y orgullosa de ser quien es. Una vividora de alcoba, sentidora de pasillos y experta en el arte de cuidar la fragancia de cada persona y su propia historia.

Una señora no siempre con todo el glamour que representaba pero siempre la estrella invitada, añorada y exigida en todos los eventos de una Historia que, en más de una ocasión, la ha relegado a segundos puestos.

 

Pero ella siempre ha sido paciente, ha sabido escuchar a su tiempo, adaptarse a las mentalidades y enseñar al mundo que ser persona no es un derecho sino algo tan natural como la sucesión de las estaciones en las que participa con tan ávida actividad.

Ha cogido la mano a tantas personas a lo largo de su vida, las ha escuchado con tal avidez que ha demostrado que su eficacia y efectividad es el más alto de los criterios de calidad, ha innovado a lo largo de su historia (no tanto como debería, ya que como gran luchadora, ha tenido que abrir y llamar a muchas puertas para que se la dejara entrar) que se ha abierto paso avanzando, exigiendo y luchando por ella misma.

Trabajadora innata, de sol a sol y de luna a luna. En momentos de difícil existencia y en aquellos de fácil apariencia. Cosechadora de triunfos y fracasos, de sueños y realidades. Líder de masas que la apoyaban y daban nombre a acciones, técnicas, diagnósticos, instituciones, teorías, escalas, organizaciones,…….

Revisar el álbum de sus fotos, es desnudarla ante el mundo. Contemplar su vida es contemplar la vida del mundo desde lo más abajo posible. Es bajarse al mundo cotidiano de la gente.  Es ver a una mujer que se ha recorrido las calles, se las ha bebido chupito a chupito, ha saboreado cada momento de la Historia lentamente. Es analizar el dolor y la alegría de cada época y cómo ha podido ejercer su función con demostrada eficacia. Es contemplar a una gran dama de la Historia.

La Enfermería nunca ha llevado abrigos de visón. No es mujer de collares de perlas ni vestidos de Luis Vuitton. Es mujer sencilla donde las haya. De fácil conversación, de mirada soñadora pero penetrante con esos grandes ojos que todo lo ven. Mujer de corazón fuerte, ajado por el tiempo pero con un latido fuerte y rítmico, marcapasos de su tiempo. Es sencilla es sus formas, o eso cree ella. Exigente con la contaminación que empaña los cielos y válvula de oxígeno para el que tiene que respirarla. Firme en sus creencias, el ser humano es un todo y eso siempre ha sido así. De voz no fácil de callar y de gestos diarios. Es curiosa por naturaleza.

Es ducha en aptitudes y desarrolladora de actitudes. Fortalecedora de conceptos y prácticas. Potenciadora de derechos y libertades y, sobre todo, reflexiva y capaz.

Ojear esas fotos de papel sepia o carbón es comprobar cómo la nostalgia de toda una historia nos envuelve y llena de orgullo a quienes día a día, estamos trabajando en su nombre.

Nuestras compañeras pasadas, presentes y futuras decidieron, deciden y decidirán hacer del arte de cuidar una forma de vida. Dieron nombre a la mujer en momentos donde había que callar, se enfrentaron al caos de mundos convulsos y siguieron adelante pensando que su profesión era merecedora de continuar existiendo porque formaba parte del ser humano como la propia respiración. Hoy todas la conocen. ¿Quién sabe hacia dónde se dirigirá mañana?

Mi ventana de hoy sólo pretende ser un reconocimiento a esa gran señora llamada “Enfermería” y a las muchas y muchos enfermeras y enfermeros que día a día trabajan en su nombre. No sé si cuidar es un arte, una vocación, unos estudios universitarios o una mezcla de todos ellos. Es más un sentimiento, una emoción, un planteamiento de vida. Es creer que las personas somos personas y tenemos que serlo por encima de todo. Es una lucha contra el todo y la nada. Es un cuidado más allá de la propia lesión porque la Enfermería sabe que existen muchas formas de ser dañados. Es alegría y tristeza, es esperanza de futuro. Pero, sobre todo y ante todo, es trabajo e ilusión

 


Intervenciones educativas para la prevención de ITS en el ámbito penitenciario

Por @mrubio_p7

Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS)[1], constituyen un importante problema de salud pública a nivel mundial, representando importantes repercusiones a nivel social, económico y sanitario. El empleo del término ITS en vez de ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual), como había sido empleado tradicionalmente, fue modificado y promovido por la OMS en 1999,ya  que  muchas de estas infecciones presentan cuadros subclínicos asintomáticos.

En España, según los datos recogidos a través de las EDO (Enfermedades de declaración Obligatoria) [2], el SIM (Sistema de Información Microbiológica)[3] y la RNVE (Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica)[3]; las tasas de incidencia en lo que a ITS se refiere, presentan una tendencia ascendente durante los últimos años, viéndose aumentados los casos en infecciones por gonorrea, clamidia, lúes, herpes virus y hepatitis víricas principalmente.

Determinados factores causales tales como la libertad sexual, el aumento en el número de parejas sexuales, la prostitución, la movilización geográfica, el empleo de drogas y alcohol durante la actividad sexual, la edad, las características propias de los agentes patógenos y el tipo de práctica sexual entre otras; se plantean como marcadores influyentes en la transmisibilidad de las ITS que influyen en la incidencia y prevalencia de estas.  A consecuencia de ello, los denominados “grupos de riesgo” han sido sustituidos por los términos “prácticas de riesgo” y “grupos vulnerables” en el discurso médico relativo a las ITS. El empleo del concepto “grupos de riesgo” provocaba por un lado la potenciación de la exclusión, la discriminación y estigmatización de determinados grupos poblacionales (como ocurría con el colectivo homosexual) y por otro disminuía el estado de alerta de aquellos que no eran considerados grupos de riesgo, haciéndoles más susceptibles de ser infectados. Es por ello que podríamos afirmar que “No se trata de quién eres, ni a quién perteneces; sino el tipo de prácticas que mantienes”. De ahí que la prevención y el control de las ITS cobre especial importancia.

Las medidas establecidas para la prevención y control de las ITS se cimentan en:

  • La intervención educativa sanitaria (el conocimiento y reconocimiento de signos y síntomas producidos por las diferentes ITS actúan como signo de alarma)
  •  La promoción del sexo seguro
  • El diagnóstico y tratamiento precoz de las infecciones que producen o no sintomatología (incluyendo el control prenatal y perinatal para el tratamiento y prevención de la transmisión vertical)
  • El empleo del estudio de casos.
  •  La inmunización de aquellas ITS de las que se dispone de vacuna
  •  La vigilancia epidemiológica de estas.

condones colores

Tal y como comentamos  en entradas anteriores [Breve recorrido por la Sanidad Penitenciaria Española], la sanidad en el ámbito penitenciario se dirige hacia la prevención y la restauración de alteraciones de la salud, la promoción de hábitos de vida saludable y la reinserción social en un ámbito de equidad efectiva. Para poder llevar a cabo este objetivo, resulta de gran importancia el conocimiento de las características definitorias de este grupo poblacional, el cual posee una relación directa con la población no penitenciaria (influye en la salud comunitaria y forma parte de la salud pública). La población penitenciaria española posee estadísticamente unas características determinadas[4] que no deben ser obviadas dado la importancia y repercusión que conllevan. Entre estas se encuentran elevadas tasas en personas que han desarrollado sus vidas en ambientes deprimidos,  muchas de ellas siendo carentes de recursos económicos, formación y cualificación profesional, y determinadas habilidades sociales[4]. Presentan altas tasas en episodios de maltrato, abandono o abusos en la infancia; y además cuentan con un gran número de reclusos extranjeros que presentan dificultades lingüísticas. Por otro lado, las estadísticas muestran una alta prevalencia de determinadas enfermedades transmisibles (Tuberculosis, hepatitis víricas y VIH-SIDA), problemas de drogodependencias y de salud mental[4], en comparación con la población no reclusa. Estos factores, entre otros, pueden obstaculizar tanto el empleo correcto, como el acceso a los recursos socio-sanitarios disponibles en las carteras de servicios, haciéndoles grupo vulnerable a determinados problemas de salud.

El ser humano viene enmarcado en cuatro amplias esferas, la biológica, la psicológica, la social y la espiritual que se correlacionan entre sí y que pueden a su vez, englobar otros aspectos. Estos ámbitos en los que las personas nos enmarcamos, deben ser cuidados con la intención de comprendernos como un todo. Cualquier alteración en alguna de estas dimensiones tiene una repercusión sobre el resto, influyendo en su estado de bienestar.

La aparición de determinados estresores provoca en cada individuo la necesidad de afrontamiento, lo cual es vivido de forma individualizada. Esta respuesta a los factores estresantes depende de la percepción y evaluación de la situación que este tenga, la cual vendrá dada por los conocimientos, observaciones, experiencias, ideas preconcebidas y emociones. Por lo tanto, en individuos con carencias en estos recursos la necesidad de afrontamiento puede verse truncada.

Supongamos el caso de una persona privada de libertad, con el entorno social propio de las instituciones penitenciarias (carencia de privacidad sujeta a las normativas de la institución,  espacios reducidos, aparición de nuevos roles sociales internos, relaciones interpersonales en una población con unas determinadas características definitorias, etc.) y sin estos recursos suficientemente implementados, que se enfrenta al diagnóstico de una ITS. Este estresor puede provocar en el individuo, además de las consecuencias  propias de la infección, situaciones de discriminación y rechazo por parte de su entorno (habitualmente viniendo relacionado con el tipo de infección), así como situaciones de estrés, que en ocasiones pueden desembocar en trastornos depresivos y/o reagudización de patologías en lo que a la salud mental se refiere, repercutiendo tanto al individuo como a su entorno más próximo, la familia.

habitación en sombra

Las intervenciones educativas sobre ITS, habitualmente se centran en grupos poblacionales jóvenes, generalmente en individuos que comienzan a vivir su sexualidad; centrándose en la prevención y en la promoción de hábitos de vida sexual saludable, hecho poseedor de una importancia incuestionable. Sin embargo, ¿Qué ocurre con la intervención en otros grupos poblacionales de mayor edad y con vidas y hábitos sexuales instaurados? Pues bien, parece que son menos comunes, a pesar de que las personas comprendidas entre 15 y 49 años presentan mayores tasas de incidencia en estas infecciones[1]…  Posiblemente este hecho sea consecuencia de otros factores, como la cultura

sexual que se venía viviendo en nuestra sociedad hasta hace relativamente poco tiempo, la cual se encontraba llena de mitos y tabúes.

En cuanto a la población penitenciaria, que posee unas características definitorias determinadas, sumadas a las particularidades de las diferentes ITS y a la influencia directa que este grupo poblacional tiene sobre la población no reclusa; considero que las intervenciones educativas cobran a este nivel un papel muy importante, dada la influencia directa en el control  y prevención de estas infecciones (Traducidas en la disminución de incidencia y prevalencia), de sus complicaciones reales y potenciales (co-infecciones, reagudizaciones de problemas de salud mental, aislamiento…), y del mantenimiento del estado de bienestar del individuo; aportando herramientas, aptitudes y habilidades que les harán menos vulnerables a llevar a cabo prácticas de riesgo y por lo tanto a desarrollar determinados problemas de salud.

Enlaces relacionados:

 

Bibliografía:

(1). Organización Mundial de la salud. Infecciones de transmisión sexual nota descriptiva nº110. Centro de prensa OMS; Agosto 2011

(2). Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Servicio de Vigilancia Epidemiológica. Centro Nacional de Epidemiología. EDO, situación General. Informe Semanal de Vigilancia CAM, año 2009; 7 de junio de 2010.

(3). M.Díaz, A.Díaz. Infecciones de transmisión sexual: epidemiología y control. Rev Esp Sanid Penit 2011; 13: 58-66.

(4) A Martínez Cordero. Perfil patológico del interno ingresado en la Enfermería de un Centro Penitenciario. Rev Esp Sanid Penit 2000; 2: 41-47.


Unidades de Cuidados Intermedios (UCIM): Una necesidad en la calidad del cuidado enfermero

  En nuestros medios hospitalarios somos testigos de la existencia de pacientes, que superando la fase aguda de un proceso patológico grave que ha requerido ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), son trasladados a la planta. Sin embargo, la experiencia práctica muestra que en esa realidad existe un salto asistencial, un “eslabón perdido”, entre la UCI y la unidad de hospitalización convencional que no garantizan una  continuidad de cuidados de calidad al paciente. Este espacio en blanco quedaría completado por la presencia de Unidades de Cuidados Intermedios o UCIM.

Para establecer una diferenciación clara entre una UCI y una UCIM, diremos que las primeras están dedicadas al cuidado del paciente grave que requiere un tratamiento específico o soporte mecánico a través del cual se mantendrán las funciones vitales. La razón principal de ingreso en este caso es la existencia de una amenaza real o potencial para la supervivencia del paciente. En el caso  de las UCIM, cuyo nacimiento tuvo lugar en los años 70, su atención está destinada a pacientes con un bajo riesgo de precisar medidas de soporte vital, pero que requieren monitorización continua no invasiva y mayor vigilancia, especialmente por parte de la enfermería.

Unidades de Cuidados Intermedios (UCIM): Una necesidad en la calidad del cuidado enfermero

Los pacientes candidatos a una UCIM serían por tanto aquellas que se encontraran fisiológicamente estables, pero que necesitan un control más continuado. En ellos existe el peligro potencial de presentar problemas que requieran una actuación rápida, que incluso puedan ser letales en caso de no intervención. Debido al alto ratio enfermera/paciente presente normalmente en nuestras unidades de hospitalización españolas, es claro que este tipo de pacientes no pueden ser atendidos con la atención y calidad suficientes en dichas unidades.

Entre los beneficios y ventajas detectadas en los medios hospitalarios poseedores de UCIM, según diversos estudios realizados al respecto,  se encuentran: reducción de estancia media y reingresos en UCI[1], disminución de la mortalidad[23]y del número de paradas cardio-respiratorias (PCR) en unidades de hospitalización convencional[4]. Todas estas ventajas incluyen una mejor recuperación psíquica y física, sin incrementar la estancia media hospitalaria.

Considerando los beneficios en cuanto a la optimización del empleo de  recursos humanos y materiales, diremos que la creación de unidades específicas, que agrupan a enfermos con la misma patología permite una mejor gestión de estos recursos. Es un hecho que en la actualidad, en nuestras Unidades de Cuidados Intensivos, permanecen enfermos que no cumplen criterios que justifiquen su permanencia pero que tampoco los cumplen para ser dados de alta. Diversos estudios, como el de Felipe Solsona[5],  jefe del Hospital del Mar, cifra la estancia inadecuada en un 28%, Wagner et al describe hasta un 45%[6] y Murata y Ellrodt [7]en un 40%, entre otros.

 

Ante la aparente ganancia que sería reportada por la presencia de las UCIM, cabe preguntarse por qué en la inmensa mayoría de los hospitales no hay dichas unidades. ¿Puede deberse a que los profesionales sanitarios no están de acuerdo con los servicios que puedan aportar dichas unidades? Para responder a esta pregunta, intenté averiguar la opinión de los profesionales sanitarios adscritos a los Servicios de Medicina Intensiva e Interna del Hospital Universitarios de Fuenlabrada. La investigación parte de un estudio descriptivo transversal, realizado en Marzo del 2009. La recogida de datos se realizó a través de un cuestionario auto-cumplimentado con opción de respuesta cerrada policotómica, utilizando la escala Likert. Con una muestra de 95 cuestionarios finales valorados, respondidos por 22 médicos y 75 enfermeros, las conclusiones en cuanto a su opinión respecto las UCIM fueron las siguientes:

 

  • Tanto los profesionales adscritos a los servicios de M. Intensiva como los de M.Interna estaba de acuerdo en cuanto a que la existencia de UCIM podría disminuir la estancia media en UCI de pacientes traqueostomizado, siendo una medida eficiente en el cuidado del paciente semi-crítico y una mejor gestión de recursos.
  •  Los médicos de los servicios de M.Intensiva y  los de M. Interna difieren  respecto a que las UCIM reduzcan el salto asistencial entre UCI y plantas de hospitalización, que proporcionen un cuidado más eficiente al paciente semi-crítico y que estas unidades proporcionen un ambiente más tranquilo que la UCI.
  • Las enfermeras de M. Intensiva y M. Interna no difieren en ninguno de los elementos comentados en el punto anterior, reflejando su acuerdo en cuanto al beneficio de la existencia de las UCIM.

 

Aún detectándose diferencias de opinión en el personal médico de los diferentes servicios consultados, parece claro que las UCIM son necesarias y pueden reportar al paciente semi-crítico una mejoría notable en la calidad de su cuidado, prioritariamente del personal que más precisa en ese período de tiempo: la enfermería. Por tanto sería altamente beneficioso que nuestros medios hospitalarios analizasen las necesidades y características de su centro para determinar si su cartera de servicios, objeticos asistenciales, recursos disponibles, volumen de posibles candidatos, etc. hacen prioritaria la creación de este tipo de unidades.


Vivir el duelo

 

 

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Recientemente, me recomendaron un libro en el que la autora expresaba sus sentimientos tras vivir ella misma la pérdida dolorosa y cercana de su pareja. Se trata de  “La ridícula idea de no volver a verte “, de Rosa Montero. La idea de estructurar su escrito, exponiendo su situación emocional a través de otro duelo distinto, el  que Madame Curie describió tras la pérdida de su marido Pierre en su diario personal, me atrajo tanto que no pude por menos que lanzarme a su lectura.

La muerte sucede cada instante y siempre nos sorprende, incluso en los fallecimientos esperados. Es misteriosa, extraña y supone un duro golpe a esa sensación de inmortalidad con que se desarrolla nuestra vida. Aunque todos sabemos que en algún momento moriremos, pocos son los que llegan a aceptar este rasgo humano de la mortalidad. Y mucho menos a ser condescendientes con el hecho de que aquellos a los que más amamos se marcharán también y no recorrerán junto a nosotros toda nuestra andadura vital.

Comparto con todos vosotros estas palabras del Dr J.Montoya Carraquilla tan oportunas sobre este tema y que tanto me gustan: “Durante el duelo, como  en ninguna otra situación crítica de la vida, el dolor producido es TOTAL. Es un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele la sociedad y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros) y espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida en su conjunto, duele”.

En nuestra sociedad, la muerte, y todo lo relacionado con ella, es  un tema tabú. La palabra” muerte” nos da respeto, no queremos hablar de ella, porque su mera mención conlleva implícitamente su reconocimiento. Cada vez que alguien cercano muere nos recuerda que nosotros también abandonaremos aquello que apreciamos y queremos, generando un alto grado de angustia y miedo existencial.

Para todos los que hemos vivido una pérdida, sabemos que en esos momentos se produce una verdadera explosión emocional de dolor y recuerdos, así como un estadio  inicial donde nos cuesta entender porqué esa persona ya no está en nuestras vidas. Nos planteamos en esos momentos preguntas tales como: ¿Por qué? ¿Para qué sucedió?, etc., y de forma relacionada volcamos esas mismas preguntas  hacia una  reflexión interior de nuestra propia vida: ¿Quién soy? ¿Para qué vivo? ¿Hacia dónde dirijo mis pasos? La muerte plantea en nosotros y pone de relieve cuál es el sentido de nuestra vida. Una pregunta inevitable y angustiosa, máxime en esos momentos dolorosos.

Nacemos, y nuestros padres luchan por alimentarnos, cuidarnos y educarnos. Nos apoyan en nuestro camino elegido.    Todo lo que viene después: estudios, trabajo, matrimonio, paternidad, tropiezos, equivocaciones, aciertos…parece incluso discurrir de manera fluida, como si pertenecieran a una cadena donde cada eslabón apareciera unido al siguiente sin apenas darnos cuenta de su elección. Pero algo se nos escapa de las manos cuando perdemos a alguien querido, ¿cómo vivir el duelo?, hoy quiero contaros mis sentimientos de cómo lo he vivido yo.

Muchos seres amados desgraciadamente me han dejado: familiares, amigos, conocidos, etc. Todos han sido pérdidas irreparables, pero dos de ellas siguen conmigo siempre presentes en mis pensamientos.  Es imposible olvidar su recuerdo.

Cuando alguien querido nos deja hablas con ellos en silencio, crees que es un sueño que no ha ocurrido, los sentimos a nuestro lado, los oímos, los escuchamos  y esperamos a que en cualquier momento abran la puerta de la casa, como si nada hubiera ocurrido. Evidentemente eso no es real, nos engañamos porque a través de esas ideaciones se intenta minimizar nuestro sufrimiento.

Pero inevitablemente llega un punto en el que comprendemos que esa persona nunca volverá a estar con nosotros. Es precisamente en ese momento, el de la plena aceptación, cuando nos aislamos y el dolor más intenso comienza. Se trata de  un dolor opresivo e  inexplicable que nada ni nadie nos calma. Incluso nos volvemos egoístas y ciegos al dolor de los que están a nuestro alrededor viéndonos sufrir e intentando ayudarnos a superarlo. Sólo al llegar a esta cumbre de dolor intenso se es capaz de reconocerlo como un hecho al que nos enfrentaremos en varias ocasiones de nuestra vida. Será entonces el momento de la consciencia y el aprendizaje de lo ocurrido, de levantar la cabeza,  seguir adelante, ponernos nuevas metas. Seguimos teniendo familia, amigos, trabajo, estudios, etc. Nos espera una vida por vivir, la nuestra, que ahora, por experiencia personal, sabemos que es finita.

Yo sé que tengo dos estrellas a mi lado. Ellas me cuidan y me dan fuerza en los malos momentos. También me hacen reír cuando los recuerdo. Es verdad que no sé si entregué todo lo que ellos necesitaban de mí, pero están en mi corazón.  Desde aquí quiero decirles: “gracias por teneros a mi lado siempre”.

El tiempo no es el olvido ni lo cura todo, pero nos enseña a vivir con el dolor. Aunque la mayoría de las veces nos parezca que eso no va a ocurrir nunca y que no seremos capaces de sobreponernos a él. De nosotros depende cómo superar y vivir con ese dolor.

Desde mi experiencia personal tengo que admitir que necesité un largo tiempo para dejar de sufrir y abandonar el dolor, pero lo conseguí, fue otra meta vital superada. Aquellos seres tan queridos por mí  ya no están conmigo, pero de alguna manera me acompañan. Recuerdo sus consejos y soy capaz de hablar de ellos y disfrutar de los buenos momentos que compartimos, nuestras experiencias juntos, Ojeo sus fotos para recordar cómo eran, ya que nuestra memoria, esa ingrata, a veces logra desdibujar con el tiempo los rasgos antaño tan amados. Recorro los  sitios que compartimos juntos, y ofrezco sus recuerdos a otros. De alguna forma ellos siguen  presentes en nuestra vida y nos empujarán a seguir adelante. La vida continua y ellos están con nosotros.

 


Complicaciones en cuidados paliativos: Compresión medular extradural metastásica.

Por @gonzalo_Amaro

Hasta el 40% de todos los pacientes con cáncer presentan metástasis espinales y alrededor del 10% sufren compresión medular metastásica[1].

 

¿Como afrontan los pacientes y sus familiares esta nueva realidad?, a una persona con cáncer en fase terminal se le presenta un dilema muy importante y la información inicial a cerca del tratamiento idóneo es primordial, sopesando las opciones con el paciente y la familia como una única unidad de atención.

En los últimos años la atención a pacientes paliativos en España ha ido cambiando lentamente, creándose equipos de atención domiciliaria que han permitido a muchos pacientes permanecer más tiempo en sus hogares con unos cuidados adecuados a la evolución de la enfermedad y manteniendo en la medida de lo posible la autonomía del paciente con la participación familiar, la compresión medular es una complicación con unas repercusiones devastadoras para los pacientes y sus familiares, limitando enormemente la autonomía del paciente.

Los orígenes más frecuentes de la compresión medular metastásica son los cánceres de mama, pulmón y próstata. En cuanto a su localización es predominantemente torácica (59-70%) seguida de lumbar (16-20%) y cervical (10-15%).

Se define como una compresión por una masa tumoral extradural, la extensión epidural comprime la médula espinal, el aumento de la presión en las arteriolas produce isquemia progresiva en la sustancia blanca y esta a su vez resultará en un daño neurológico que puede resultar permanente.

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Diagnóstico:

Una buena historia clínica es fundamental, el síntoma más frecuente (90%) es el dolor local o radicular de tipo progresivo,  de duración prolongada, no se alivia con el decúbito pero puede mejorar al sentarse, empeora con el movimiento. La pérdida de fuerza aparece después del dolor y su progresión puede ser rápida pudiendo desarrollar paraplejia, disfunción intestinal, vesical… [2]

Entre las pruebas diagnósticas tenemos las pruebas radiológicas que permiten observar las lesiones óseas, la tomografía axial computarizada (TAC) tiene una mayor resolución que permite observar una destrucción ósea de menor tamaño y ver la extensión tumoral en los tejidos anexos,[3] la resonancia magnética nuclear (RMN) nos proporciona la imagen más precisa que nos permite conocer con precisión la localización y extensión del tumor.

 

Opciones terapéuticas:

La compresión medular extradural metastásica se puede tratar con corticosteroides, bifosfonatos, cirugía, quimioterapia y radioterapia.

El tratamiento de urgencia es el uso de altas dosis de corticosteroides iv.[2] Tras el tratamiento inicial podemos observar una mejora en los síntomas neurológicos  entre las 4-6 primeras horas.[2]

Los bifosfonatos son un grupo de medicamentos inhibidores de los osteoclastos, su uso reduce el calcio sérico[4] y apoya la recalcificación de las lesiones líticas óseas. Estos fármacos están indicados en caso de metástasis ósea.[5]

La radioterapia está especialmente indicada en caso de no haber déficit neurológico,[6,7] de paraplejia con respuesta inicial a los corticoesteroides, en caso de ser inoperable o posterior a cirugía.

La radioterapia local está indicada en postoperatorio[8] para lograr el control local del tumor, se debe iniciar lo antes posible.

La cirugía está indicada en función de la estabilidad ósea, en los casos que se puede revertir los daños neuronales o en casos de incapacidad fisiológica, especialmente importante cuando afecta a los miembros inferiores.

La quimioterapia está indicada en adultos con tumores sensibles a la quimioterapia como los linfomas no hodgkin y los neuroblastomas[9] pudiendo usar la vía epidural para su administración. El tipo de quimioterapia dependerá del tipo de tumor primario y de la historia del paciente, la quimioterapia puede usarse como tratamiento coadyuvante a la radioterapia y a la cirugía.

En cuidados paliativos el tratamiento óptimo para cada paciente dependerá de su estado, de la calidad de vida previa y de las expectativas de vida de la persona, pero además de tener en cuenta al paciente tenemos que contar con la participación de la familia.

Cuando tu padre está ingresado en una planta de oncología de un hospital y un buen día recibes una visita de otro médico o enfermera que se interesa por su evolución, por el control de los síntomas, por su movilidad, por su apetito… te pones en lo peor y te haces preguntas que no las dices en voz alta, ¿Quiénes serán?, ¿le dirán la verdad a mi padre?, ¿no hay nada que hacer?… la cara te cambia, el pulso se acelera, la voz se quiebra y ¡ahora quieren hablar conmigo!

En este contexto se podría desarrollar una primera visita del equipo de soporte de cuidados paliativos hospitalarios.

Durante la visita al paciente es muy importante preguntar si conoce el diagnóstico y el pronóstico dando la oportunidad de que delegue esa responsabilidad en algún miembro de la familia, en ocasiones el paciente es conocedor del diagnóstico y pronóstico y él quiere tomar las decisiones, pero el paciente puede delegar esa responsabilidad en otra persona. Es por ello que la toma de decisiones ha de ser consensuada entre el equipo de paliativos, la familia y el paciente.

Cuando oyes paliativos se viene a la mente sedación, morfina, lo van a dormir, estará en la cama hasta que muera… creo que generalizar no es justo pero el desconocimiento de los cuidados paliativos en la sociedad es preocupante y las noticias que salen en la prensa han hecho que la desconfianza sobre los cuidados paliativos se generalice.

La muerte es una etapa natural e inevitable que todos afrontaremos como mejor podamos y como mejor sepamos.

Esta es la realidad a la que se enfrentan los profesionales en cuidados paliativos en las que el mejor tratamiento dependerá de múltiples factores, atendiendo los deseos de los familiares y del paciente tomando una decisión consensuada en la medida de lo posible

manos unidos

Bibliografía:

(1) George R, Jeba J, Ramkumar G, Chacko A, Leng M, Tharyan P. Interventions for the treatment of metastatic extradural spinal cord compression in adults. Cochrane Database Syst Rev 2008;8(4).

(2) Loblaw DA, Laperriere NJ. Emergency treatment of malignant extradural spinal cord compression: an evidence-based guideline. Journal of Clinical Oncology 1998;16(4):1613-1624.

(3) Colman LK, Porter BA, Redmond 3rd J, Olson DO, Stimac GK, Dunning DM, et al. Early diagnosis of spinal metastases by CT and MR studies. J Comput Assist Tomogr 1988;12(3):423.

(4) Body J, Bartl R, Burckhardt P, Delmas P, Diel I, Fleisch H, et al. Current use of bisphosphonates in oncology. International Bone and Cancer Study Group. Journal of Clinical Oncology 1998;16(12):3890-3899.

(5) Clemons M, Dranitsaris G, Cole D, Gainford MC. Too much, too little, too late to start again? Assessing the efficacy of bisphosphonates in patients with bone metastases from breast cancer. Oncologist 2006;11(3):227-233.

(6) Maranzano E, Latini P. Effectiveness of radiation therapy without surgery in metastatic spinal cord compression: final results from a prospective trial. Int J Radiat Oncol Biol Phys 1995;32(4):959.

(7) Walker MP, Yaszemski MJ, Kim CW, Talac R, Currier BL. Metastatic disease of the spine: evaluation and treatment. Clin Orthop 2003;415:S165.

(8) Helweg-Larsen S, Sørensen PS, Kreiner S. Prognostic factors in metastatic spinal cord compression: a prospective study using multivariate analysis of variables influencing survival and gait function in 153 patients. International Journal of Radiation Oncology* Biology* Physics 2000;46(5):1163-1169.

(9) Schiff D. Spinal cord compression. Neurol Clin 2003;21(1):67-86.

 


Dia Mundial del Lavado de Manos, 15 Octubre 2013.

Desde Nightingale&Co, hoy día 15 de Octubre, queremos apoyar a través de esta entrada, una iniciativa llevada a cabo por la Alianza Global entre los Sectores Público y Privado para Promover el Lavado de Manos (PPPHW), la cual pretende disminuir la mortalidad mundial infantil en niños menores de 5 años, provocada por enfermedades prevenibles mediante el lavado de manos con jabón.



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La práctica del lavado de manos con jabón, encabeza la agenda Internacional de higiene el 15 de octubre, con la celebración del día Mundial de Lavado de Manos; cuyo objetivo principal se centra en reforzar el empleo de las mejores prácticas de higiene a nivel mundial.

 

La visión que orienta este día se centra en una cultura local y global del lavado mediante el empleo de jabón, considerándose ésta una de las maneras más efectivas y económicas en la prevención de enfermedades infecto-contagiosas, principalmente las de origen gastrointestinal y respiratorias.

 

El principal desafío se centra en conseguir el uso extendido del lavado de manos con jabón como comportamiento automático en hogares, escuelas y comunidades de todo el mundo. El uso del jabón aporta un valor adicional al tiempo consumido durante la higiene de manos, ya que elimina la grasa y suciedad, la cual contiene la mayoría de los gérmenes.

 

El simple hecho de aumentar el número de personas que lavan sus manos con jabón, podría contribuir de manera significativa en el alcance de la meta propuesta en los objetivos de Desarrollo del Milenio: reducir en dos terceras partes la mortalidad infantil en niños menores de 5 años para el próximo año 2015. Para ello, durante esta semana y a lo largo de cinco continentes, se llevarán a cabo actividades que movilizarán a millones de personas, principalmente en el ámbito escolar.

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CINCO HECHOS CRITICOS:

 

Lavarse las manos solamente con agua no es suficiente:

El lavado de manos únicamente con agua es una práctica común en el mundo, y es significativamente menos efectivo que lavarse las manos con jabón. El lavado de manos apropiado requiere jabón y solo una pequeña cantidad de agua. Usar jabón facilita la frotación lo que permite disolver la grasa y eliminar la suciedad que contiene la mayoría de los gérmenes.

 

 

2- El lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas de prevenir enfermedades que matan a millones de niños y niñas cada año, tales como las diarreas y la neumonía. Cada año son más de 3,5 millones de niños y niñas los que no llegan a celebrar su quinto cumpleaños. El lavado de manos también pude prevenir infecciones cutáneas, conjuntivitis, parasitosis intestinales, etc.

 

3-Los momentos críticos para el lavado de manos con jabón son después de usar el baño o limpiar a un niño y antes de manipular alimentos: Las manos deben ser lavadas con agua y jabón después de usar el baño, después de limpiar las heces (o cualquier otro contacto con excretas humanas) y antes de manipular alimentos. Las manos son las principales portadoras de gérmenes que causan enfermedades. Es importante asegurar que las personas tengan facilidades para lavarse las manos en esos momentos críticos. Existen soluciones simples, de bajo costo que están dentro de las posibilidades financieras y tecnológicas de todas las comunidades, incluso de aquellas más pobres.

 

4-El lavado de manos con jabón es la intervención de salud de más costo-efectiva en comparación con el financiamiento que requieren otras intervenciones de salud.

 

5- Cuando se trata de compartir buenas prácticas de higiene, los niños y niñas pueden actuar como agentes de cambio y transmitir las “lecciones de lavado de manos” que aprenden en la escuela a sus hogares y comunidades. La activa participación de los niños, situados idealmente en la intersección formada por el hogar, la escuela, y la comunidad, junto con intervenciones culturalmente sensibles basadas en la comunidad, buscan asegurar el cambio sostenido de conducta. La finalidad del Día Mundial del Lavado de Manos es motivar a los niños para que hagan suyas y compartan las practicas apropiadas del lavado de manos y hacerlos “embajadores del lavado de manos” en cada una de las iniciativas del país en el nivel nacional y local.

niñas

 


El precio de ser enfermera

 

Aruna

La joven  Aruna Pereira no ha sido capaz de sonreir abiertamente a  la cámara. Intenta escapar del objetivo ladeando su cara y su mirada, deseando que su intromisión cese lo antes posible para permitirle seguir siendo invisible. A pesar de esta inclinación, casi natural, esa mañana se ha levantado a las 5 de la mañana para preparar su inmaculado uniforme, ha tratado de alisar y encerrar su rizada melena en un apretado moño y se ha aplicado polvos faciales para tratar de enmascarar el tono dorado de su piel. Una sombrilla la acompañará perpetuamente durante los paseos bajo el sol de su aldea. Aruna desearía, por encima de todo, que su piel se aclarase e hiciera presente su herencia portuguesa. Todo el mundo sabe que sólo una piel blanca es la esencia de la verdadera belleza.

La sonrisa tímida de Aruna está motivada por una noticia que toda mujer srilankesa desea por encima de todo: ha sido comprometida. Observen que esta expresión supone que  la mujer participa de esta decisión como un sujeto pasivo. Su familia ha recibido una carta desde Londres donde unos parientes lejanos, también originarios de Sri-Lanka, han solicitado a Miss Aruna Pereira como esposa de su hijo mayor. Los futuros esposos únicamente han podido contemplar sus rostros a través de las fotos intercambiadas para ello. Cualquier otro tipo de contacto antes de la ceremonia de compromiso (donde se saludarán cortésmente en presencia de toda la familia) sería considerado indecoroso. Ella ha hecho lo esperado, es decir, obedecer y entregarse silenciosamente a lo que sus padres decidan para ella. Consentirá este matrimonio concertado rodeada del aura que se espera en una mujer “bella”. La belleza de la mujer  consiste en la total ausencia de deseos en relación a su persona para dar prioridad a lo que sea más beneficioso para su familia y sobre todo, para su padre y luego, para su esposo.
Al enterarme de las circunstancias del compromiso trato de controlar las emociones que me impulsan a sujetarla por los hombros y decir a Aruna que no lo permita, y que es ella la que tiene que decidir su destino. Por suerte Madhu, otra enfermera que trabaja conmigo me mira y adivina mis pensamientos. Lleva varios años trabajando con mujeres occidentales. Me invita a tomar un té ceilandés cargado de azúcar, como gusta en todo el país, para apartarme de la escena y no abochornar el “momento de  mayor felicidad” de Aruna.

Madhu me explica que entiende que nuestras culturas son diferentes y que para mí es incomprensible que una mujer acepte que la casen con alguien a quien no conoce.  Pero detrás de esta tradición existen connotaciones que escapan a nuestros ojos. Yo la escucho únicamente con media alma abierta, la otra sólo espera el grito de guerra para ponerse en marcha. Madhu sonríe ante mi impaciencia y me cuenta que al margen de ser mujer y como tal obediente a los deseos de su familia, Aruna tiene otro rasgo que la obligará a casarse fuera del país: la joven es enfermera.  Dicha revelación no me parece nada sugerente ni explicativa y así se lo hago saber a Madhu. Sin embargo si lo es y mucho.  En nuestro país, Sri-Lanka, prosigue  Madhu, cualquier contacto con el sexo opuesto exceptuando al marido, está totalmente prohibido. Eso implica la crianza y educación de los niños de manera segregada.  Cualquier mujer que sea descubierta tocando a un hombre que no sea de su propia familia quedará deshonrada y será apresuradamente apartada de la comunidad. Las enfermeras, como sabes, continuó Madhu, nos vemos obligadas a cuidar tanto de hombres como de mujeres.

Yo la observo atónita porque empiezo a comprender. Madhu me mira directamente a los ojos: sí, para los nuestros somos mujeres impuras a causa del trabajo que desempeñamos. De nada sirve pensar que también ayudamos a quienes lo necesitan. Ningún hombre de la aldea querrá casarse ni con Aruna ni conmigo. Únicamente tenemos dos alternativas: permanecer solteras y quedar por siempre sometidas a las decisiones de padres y hermanos, donde nuestra misión será cuidar a los ancianos, los bebés y los niños de la familia ; o aceptar un matrimonio concertado y emprender una nueva vida fuera del país, quizás con suerte, algo mejor. Para la familia política, en Londres, la llegada de Aruna supondrá el ingreso de un sueldo aceptable (ya que allí sí se espera que siga trabajando como enfermera). El que toque a otros hombres no supondrá una vergüenza social ni una alteración de su status. La tradición es engullida por la urbe.

Camino lentamente hacia mi casa y no puedo evitar sentirme avergonzada por haberme indignado ante la actitud alegre y pasiva de Aruna. Esta enfermera, mi compañera,  no ha conocido otra cosa que la guerra desde el día en que nació. Ha sido destinada a trabajar por el gobierno a lugares donde sus inocentes ojos han contemplado lo que Conrad llamaría “El corazón de las tinieblas”. Para ella una futura vida en Londres supone una luz de esperanza. Por esta razón, Aruna pagará el precio de ser enfermera. Esto sucede en el año de gracia del Señor del 2007. Intento dormir y pienso en lo que a Aruna y a mí nos hace iguales: somos mujeres y enfermeras. Las dos tratamos de jugar la partida con las cartas que nos han sido dadas. La vida nos dirá como termina este juego.


Una puerta a la emoción

 

Agua

Que unos brazos se apoyen en el control de enfermería no es nada nuevo.  Que una historia sea contada, tampoco lo es. Pero cuando la historia y los brazos apoyados narran la biografía de una persona ese momento adquiere el protagonismo de la rutina diaria.

Muchos nombres propios coinciden en el espacio y en el tiempo en las unidades asistenciales. Nombres compuestos que no de pila, nombres con historia, nombres que comienzan a crear su propia historia, nombres que se olvidaron de que la tenían y nombres que serían cambiados si no figuraran ya en la Historia Clínica.

Pero cada uno de ellos forja el tiempo en el que desarrollamos nuestro trabajo. Conversaciones robadas a las paredes de los pasillos o camufladas debajo de las sábanas de una cama hacen que segundo a segundo seamos capaces de conocer a quienes tenemos enfrente.

Cuando cada uno es capaz de elegir las palabras que van a crear su biografía se siente capaz de soñar con los ojos abiertos. Posiblemente esa también sea una función enfermera pendiente de descubrir, por el momento.

La historia de Marina posiblemente sea una más entre otras muchas. La Historia de una mujer ya enjuta por la edad con demasiadas muestras en su cara del paso del tiempo. La Historia de alguien que se convirtió en la primera concejala comunista de un municipio de la periferia de Madrid en un tiempo donde creer que se podía pensar de forma diferente era perseguido.  Ahora lucha contra un cáncer de mama avanzado, dos mastectomías, una imagen en el espejo, un sueño….. recuperarse y un sentimiento agridulce…. saber que no puede vencer a su enfermedad. Pero siempre con coraje y orgullo de ser quien es.

La Historia de Celso, un padre/madre que ha sentido en primera mano el rechazo de gente a la que ni siquiera conoce. Todo por el mero hecho de que su hijo se encuentra atrapado en la desidia y en algo que no es. Sólo el futuro no muy lejano pondrá todo en su lugar. Una Historia llena de momentos amargos, las palizas que sufrió su hijo en el colegio, un bulling muy agresivo e injusto. Los insultos de los vecinos de bloque y amigos (o quienes creían serlo). Las miradas furtivas en plena calle al hacer la compra en el mercado. Todo por tener un alma de mujer y un cuerpo de hombre.

La Historia de Verónica, una esposa y madre que atiende día a día a su marido. Sólo un detalle, hace 7 años tuvo un infarto isquémico cerebral con hemiparesia completa derecha, afasia motora y una gran incapacidad de comunicación. Hace 7 años que no recibe un beso de su parte. La Historia de los padres de Verónica que se mudaron con ellos durante 3 años para hacerse cargo de una situación complicada y estar con su hija y su nieto. La Historia de los Hermanos de su marido quienes decidieron separarse de la familia para no tener que colaborar en el cuidado diario de alguien enfermo. A día de hoy se siente superada, insatisfecha con la vida que la ha tocado vivir, exigiendo al destino explicaciones del por qué a ella le ha tocado todo esto y, sobre todo, pensando que hace 7 años su marido murió con aquel infarto cerebral.

Es curioso contemplar como la enfermera participa de diferentes maneras en la vida de las personas. Maneras propias y ajenas; muchas veces directas pero indirectas en las formas y en los planteamientos. Involucramos nuestro tiempo y nuestro trabajo en un servicio a los demás cargado de emociones de todo tipo y de esfuerzos complementarios. Aún así, son muchos los profesionales que siguen pensando que el apoyo emocional no es función enfermera, ni intervención ni objetivo de la profesión. Continúan creyendo que esa cuarta pared, de la que se habla en el teatro, existe y es necesario edificarla en cada momento de intimidad con el paciente.

Se sigue creyendo que la separación emocional es protección, como si las emociones fueran alérgenos o bacterias contagiosas que nos obligaran a aislar a todos los pacientes en contacto con nosotros.  Se nos continúa enseñando en la facultad que es necesario separarnos de las personas para ser mejores profesionales, con el énfasis de que la calidad asistencial se basa en parámetros de esta índole. Lo que no se nos enseña es que, tal vez y sólo tal vez, no debamos huir de las emociones, tal vez y sólo tal vez, debamos entenderlas como algo natural e intrínseco al ser humano. Algo que nos hace más personas porque hace que nos comportemos como personas.

Por eso, me gustan los brazos apoyados en el control de enfermería que como cuentacuentos narran historias. Disfruto con las anécdotas y chistes de pasillo contadas al aire y que recalan en los oídos de todos los que quieren escuchar. Imagino las risas y los llantos de quienes cierran las puertas de sus habitaciones. Pero sobre todo, como enfermero insisto en que haya emociones que surgen desde el alma y me ayuden a conocer a las personas con las que trabajo cada día.

 

 Óscar Fernández

 


Los ojos de Aminata

 

Aminata

Sí, lo sé.  Esta imagen es una más entre las tantas de niños desnutridos que aparecen en los medios de comunicación. Ya casi lo hemos logrado. Lo de normalizar el horror, digo. Incluso podemos continuar comiendo y haciendo las tareas del hogar sin que el pavor de lo visto en las noticias nos paralice. Hemos sido bien entrenados para ello.

Pero para mí Aminata no es una imagen más. Apareció una mañana del mes de Agosto del 2011 en un pequeño hospital de Lagos, Nigeria. Estaba levemente deshidratada pero sin síntomas de padecer ninguna complicación grave. Su madre no estaba en mejores condiciones que la niña. Tuvo que “escaparse” para que su hija pudiera recibir atención médica, ya que su marido lo desaprobaba completamente. La madre de Aminata estaba también preocupada por los otros hijos que ha dejado al cargo de familiares y vecinas. Sabe que su supervivencia depende casi exclusivamente de ella. Por el hecho de ser mujeres, dentro de la magra proporción de alimentos que llegan a su pobre hogar, la menor ración será destinada para ella y sus hijas. Así lo dicta su cultura y tradición. Niñas desnutridas para vidas desnutridas, de sumisión. 

Pero los ojos de Aminata, demasiado grandes en su pequeño rostro me hablan de su tenacidad. También sus manos. Al iniciar la tolerancia oral que seguimos en estos casos de desnutrición aferró la taza y se negó a que nos la lleváramos.  Lamió una y otra vez la cuchara como si hubiera probado un  manjar de dioses. Aminata fue una de las pocas niñas que no gritaba horrorizada Oyibo! (blanco en dialecto Yoruba) cada vez que me veía. Siempre me relacionó con una taza colmada de un alimento de sabor dulce y saciante. Cuando se dormía succionaba mi brazo como si fuera un chupete, quizás recordando el lugar que su hermano pequeño desplazó en el pecho de su madre.

Los ojos de Aminata  me dicen que quizás en un futuro sea capaz de escribir grandes novelas, o ser la cantora de sus tradiciones orales, o ser enfermera, artista, etc. Lo dramático es que esta pequeña viva la injusticia de no tener la esperanza de un futuro posible. Un futuro en el que  pueda decidir quien ser en el lugar en el que le ha correspondido nacer.

Saramago dijo una vez “yo no escribo por amor, sino por desasosiego”. Este desasosiego acude a mí muchas noches, lo confieso. Al cerrar mis ojos no puedo evitar ver los de Aminata y las de otros niños a los que no pudimos ayudar como a ella. Me pregunto si estará bien, si jugará con sus hermanos y si tendrá posibilidad de ir al colegio. También  me pregunto si hice todo lo posible por ella. Quizás esta es la razón por la que les escribo  en estos momentos, para que esa duda que me acompaña por las noches llegue a ustedes y también les interpele. Y les haga contemplar los ojos de Aminata. 

 

 @ANAMEREINA

 


Unidades de Cuidados Intermedios (UCIM): Una necesidad en la calidad del cuidado enfermero

 

Por Silvia Pérez Gómez

En nuestros medios hospitalarios somos testigos de la existencia de pacientes, que superando la fase aguda de un proceso patológico grave que ha requerido ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), son trasladados a la planta. Sin embargo, la experiencia práctica muestra que en esa realidad existe un salto asistencial, un “eslabón perdido”, entre la UCI y la unidad de hospitalización convencional que no garantizan una  continuidad de cuidados de calidad al paciente. Este espacio en blanco quedaría completado por la presencia de Unidades de Cuidados Intermedios o UCIM.

Para establecer una diferenciación clara entre una UCI y una UCIM, diremos que las primeras están dedicadas al cuidado del paciente grave que requiere un tratamiento específico o soporte mecánico a través del cual se mantendrán las funciones vitales. La razón principal de ingreso en este caso es la existencia de una amenaza real o potencial para la supervivencia del paciente. En el caso  de las UCIM, cuyo nacimiento tuvo lugar en los años 70, su atención está destinada a pacientes con un bajo riesgo de precisar medidas de soporte vital, pero que requieren monitorización continua no invasiva y mayor vigilancia, especialmente por parte de la enfermería.

Enfermo en camaLos pacientes candidatos a una UCIM serían por tanto aquellas que se encontraran fisiológicamente estables, pero que necesitan un control más continuado. En ellos existe el peligro potencial de presentar problemas que requieran una actuación rápida, que incluso puedan ser letales en caso de no intervención. Debido al alto ratio enfermera/paciente presente normalmente en nuestras unidades de hospitalización españolas, es claro que este tipo de pacientes no pueden ser atendidos con la atención y calidad suficientes en dichas unidades.

Entre los beneficios y ventajas detectadas en los medios hospitalarios poseedores de UCIM, según diversos estudios realizados al respecto,  se encuentran: reducción de estancia media y reingresos en UCI[1], disminución de la mortalidad[23]y del número de paradas cardio-respiratorias (PCR) en unidades de hospitalización convencional[4]. Todas estas ventajas incluyen una mejor recuperación psíquica y física, sin incrementar la estancia media hospitalaria.

Considerando los beneficios en cuanto a la optimización del empleo de  recursos humanos y materiales, diremos que la creación de unidades específicas, que agrupan a enfermos con la misma patología permite una mejor gestión de estos recursos. Es un hecho que en la actualidad, en nuestras Unidades de Cuidados Intensivos, permanecen enfermos que no cumplen criterios que justifiquen su permanencia pero que tampoco los cumplen para ser dados de alta. Diversos estudios, como el de Felipe Solsona[5],  jefe del Hospital del Mar, cifra la estancia inadecuada en un 28%, Wagner et al describe hasta un 45%[6] y Murata y Ellrodt [7]en un 40%, entre otros.

 

Ante la aparente ganancia que sería reportada por la presencia de las UCIM, cabe preguntarse por qué en la inmensa mayoría de los hospitales no hay dichas unidades. ¿Puede deberse a que los profesionales sanitarios no están de acuerdo con los servicios que puedan aportar dichas unidades? Para responder a esta pregunta, intenté averiguar la opinión de los profesionales sanitarios adscritos a los Servicios de Medicina Intensiva e Interna del Hospital Universitarios de Fuenlabrada. La investigación parte de un estudio descriptivo transversal, realizado en Marzo del 2009. La recogida de datos se realizó a través de un cuestionario auto-cumplimentado con opción de respuesta cerrada policotómica, utilizando la escala Likert. Con una muestra de 95 cuestionarios finales valorados, respondidos por 22 médicos y 75 enfermeros, las conclusiones en cuanto a su opinión respecto las UCIM fueron las siguientes:

  • Tanto los profesionales adscritos a los servicios de M. Intensiva como los de M.Interna estaba de acuerdo en cuanto a que la existencia de UCIM podría disminuir la estancia media en UCI de pacientes traqueostomizado, siendo una medida eficiente en el cuidado del paciente semi-crítico y una mejor gestión de recursos.
  •  Los médicos de los servicios de M.Intensiva y  los de M. Interna difieren  respecto a que las UCIM reduzcan el salto asistencial entre UCI y plantas de hospitalización, que proporcionen un cuidado más eficiente al paciente semi-crítico y que estas unidades proporcionen un ambiente más tranquilo que la UCI.
  • Las enfermeras de M. Intensiva y M. Interna no difieren en ninguno de los elementos comentados en el punto anterior, reflejando su acuerdo en cuanto al beneficio de la existencia de las UCIM.

Aún detectándose diferencias de opinión en el personal médico de los diferentes servicios consultados, parece claro que las UCIM son necesarias y pueden reportar al paciente semi-crítico una mejoría notable en la calidad de su cuidado, prioritariamente del personal que más precisa en ese período de tiempo: la enfermería. Por tanto sería altamente beneficioso que nuestros medios hospitalarios analizasen las necesidades y características de su centro para determinar si su cartera de servicios, objeticos asistenciales, recursos disponibles, volumen de posibles candidatos, etc. hacen prioritaria la creación de este tipo de unidades.

Bibliografía:

  1. Martínez  Estalella G. Cuidados Intensivos: necesidad de cuidados intermedios. Enferm Intensiva  2002; 13(3):113-124.
  2. Peiró A. Cuidados Intermedios en Cardiología. Enferm Cardiol. 2005; 34:34-45.
  3. Castillo F, López  JM, Marco R, González JA, Puppo A.M, Murillo F y Grupo de planificación, Organización y Gestión de la SEMICYUC. Gradación Asistencial en Medicina Intensiva: Unidades de Cuidados Intermedios. Med. Intensiva.2007; 31(1):36-45.
  4. Córdoba  A, Bueno Mª. I, Fernández D, Monterrubio J, Corcho G. Utilidad de una Unidad de Cuidados Intermedios en un hospital comarcal. Emergencias 2000; 12:418-23.
  5. Kanauss WA, Wagner DP, Draper EA, Zimmerman JE. The range of intensive care services today. JAMA 1981; 246:2711-6.
  6. Durbin CG, Kopel RF. A case-control study of patients readmitteds to the Intensive Care Unit.Crit Care Med 1993;21;1574-753.
  7. Stanley A, Nasraway MD, Cohen I, et al. American College of Critical Care Medicine of de Society  of Critical Care Medicine. Guidelines on admission and discharge for adult  intermédiate care units. Crit Care Med 1988; 26: 3:607-10.
  8. Charlson ME, Sax FL.Intermediate Care.How do it Works?.Arch Intern Med 1988;148:1270-1.
  9. Franklin C, Burke G, Weil MH. Decreases in mortaly on a large urban medicalservice by facilitating access to critical care. An alternative to rationing.  Arch Intern Med 1988; 14: 1403-5.
  10. Byrck RJ, Power JD, Ycas JO, Brown KA,.Impact of intermediated care unit area on ICU utilizacion after cardiac surgery.Crit Care Med 1986;14:869-72.

 

  1. Vázquez G, Benito S, Cáceres E, Net A, Ruscalleda J, Rutllant M et al. Una nueva concepción de urgencias: el Complejo de Urgencias; Emergencias y Críticos del Hospital de Santa Cruz y San Pablo. Cal Asistencial 2001; 16:45-54
  2. Solsona J.F, Porta M, Alonso  J, Díaz-Prieto A, Masdeu G, Miró G y Vázquez-Sánchez A. La Unidad de Cuidados Intermedios en el sistema de atención al paciente crítico: estudio comparativo. Med  Intensiva 1995; 19:111-7.
  3. Elpern EH, Silver  MR, Rosen LR. The noninvasive respiratory care unit: Patterns  of use and financial implications. Chest 1991; 99:205-8.
  4. Heras A, Abizanda R, Belenguer A, Vidal B,  Ferrándiz A, Micó M.L y Álvaro: Unidades de Cuidados Intermedios. Consecuencias Asistenciales en un Hospital de referencia. Med Intensiva 2007; 31(7):353-60.
  5. Solsona JF. Optimización de los recursos humanos en Medicina Intensiva. Análisis de Cuidados intermedios versus cuidados intensivos convencionales. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Barcelona.1992. p. 116-7.
  6. Cabré Ll, Artigas A, Bonfill X,Rué M, Granados A, Cruspinera A. Estat actual dels  Serveis de Medicina Intensiva a Catalunya.  Grup d’estudi de l’ACMI.
  7. Douglas S, Daly B, Rudy E, et al.The cost-efectiveness of a special care unit to care the Chonically critically ill.j Nurse Amd 1995;25:47-53.
  8. Hilberman M. The evolution of intensive care units .Crit Care Med 1975;3: 159-65.
  9. Wagner DP, Knauss WA, Draper RN, Zimmerman JE. Identification of low-risk monitor patients within a medical-surgical Intensive Care-Unit. Med Care. 1983; 21: 425-34.
  10. Murata GE, Ellrodt AG. Medical Intensive Care in a community teaching hospital. West J Med. 1982; 136:462.
  11. Martín Arribas MC. Diseño y validación de cuestionarios. Matronas profesión 2004; vol. 5 (17):23-29.
  12. Solano MC, Siles J. Las vivencias del paciente coronario en la unidad de cuidados críticos. Index de Enfermería (edición digital) 2005; 51. Disponible en http://www.index-f.com/index-enfermeria/51/6021.php>Consultado el 10/2/2009.
  13. Abizanda R,  Carrió M, Ibáñez P, et al. Estudio sobre el costo económico de una unidad de cuidados intensivos. Policlínica 1980; 1:58:61.
  14. Abizanda R. Consideraciones sobre la evaluación de los costes se la Medicina Intensiva. Med Intensiva 1984; 8:213-7.
       Silvia Pérez Gómez